Redacción Farmacosalud.com
El doctor Miguel Ángel Calleja, nuevo presidente de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH), defiende la actuación de los profesionales de su especialidad de la siguiente manera: “Se ha trabajado en los hospitales realizando programas de intercambio terapéutico, de cambio de unos medicamentos por otros medicamentos, no sólo en el ámbito de los biológicos, pero también en los biológicos, incluso entre moléculas diferentes, no sólo biosimilares… Pero esto se ha realizado de una forma consensuada en el seno de una comisión hospitalaria asesora de la dirección. Y ese es el ámbito en el que el farmacéutico del hospital se suele mover. El farmacéutico de hospital no hace sustituciones automáticas, esto no lo hemos hecho nunca; hacemos programas de intercambio terapéutico, que es muy diferente, porque está consensuado y aprobado por la comisión de farmacia”.
Calleja, que es jefe del Servicio de Farmacia del Hospital Universitario Virgen de las Nieves de Granada, opina también que la farmacia hospitalaria puede contribuir a que “la innovación sea sostenible. El farmacéutico de hospital es un aliado fundamental para que la innovación terapéutica se vaya incorporando de una forma ágil, eficaz y segura a nuestros hospitales. Esta alianza también puede ser aprovechada para financiar la innovación, que suele ser de alto coste; hay que aprovechar las bolsas de mayor eficiencia que podamos tener en las áreas terapéuticas”.
En cuanto al Proyecto Paciente Experto VIH 2.0., en el que los pacientes forman a otros pacientes o cuidadores, el nuevo presidente de la SEFH destaca que “hay una fase previa de preparación de aquellos pacientes que han de transmitir la información. Al principio hay un acompañamiento para evitar y minimizar que pueda producirse algún tipo de error”.
-Entre los retos para la nueva Junta Directiva está potenciar la formación a partir de la nueva denominación de la especialidad de Farmacia Hospitalaria y de Atención Primaria. ¿Qué nos puede contar acerca de esa nueva denominación?
La nueva denominación nos da la oportunidad de tener un nuevo enfoque para la especialidad. Un enfoque más amplio, más integrador entre Atención Primaria y Atención Hospitalaria, ambas especializadas a partir de ahora también en el ámbito de Farmacia. Especializadas en Primaria y en el ámbito hospitalario pero estrechamente unidas para dar la mejor continuidad asistencial de la prescripción al paciente en Atención Primaria, en centros socio-sanitarios, en instituciones penitenciarias, en el hospital…
Este cambio de enfoque va a hacer que se incorporen una serie de competencias nuevas en el programa formativo de la especialidad. Estas competencias nuevas (dispondremos de ellas a partir del 15 de diciembre) van a ir en la línea de proporcionar atención farmacéutica al paciente en Atención Primaria, en centros socio-sanitarios… Y también va a haber una serie de competencias transversales, de forma que se nos abre un panorama fantástico para dar una mejor formación a nuestros residentes del futuro y para dar también un grado de especialización a la Atención Primaria.
La nueva denominación salió publicada y, en principio, ya está en vigor. Por tanto, los especialistas en Farmacia Hospitalaria pasarán automáticamente a tener el título de Farmacia Hospitalaria y de Atención Primaria, pero la convocatoria de plazas con esta nueva denominación no se producirá hasta la convocatoria de 2017 o 2018. Cuando se tengan las competencias en diciembre se abrirá una plazo para que todos los centros que recibimos residentes se reacrediten. Por lo tanto, al menos durante un año vamos a estar reacreditando las unidades docentes. Hasta que no se reacrediten no puede convocarse la primera plaza. Así que ahora hay un proceso de adaptación en el que se va a hacer un esfuerzo importante para que los servicios tengan una guía, tengan una documentación preparada, tengan un plan realizado para que la reacreditación sea sencilla, especialmente en aquellas competencias menos trabajadas.
-¿Qué otros objetivos se ha marcado para su mandato?
a) Realizar un plan de comunicación -tanto interna como externa- potente para conseguir, por un lado, mayor nivel de participación aun todavía si cabe entre los propios socios. Porque, si bien ha habido un crecimiento muy importante en los últimos años gracias al impulso de las dos juntas anteriores, hay un ‘pool’ importante de socios que nos gustaría que participaran más contando sus experiencias en las jornadas y en los cursos, interviniendo en las actividades formativas que organizamos y participando en los grupos de trabajo.
Desde el punto de vista externo, nos gustaría tener una comunicación mayor, más fluida, mediante convenios, si es posible, con el resto de sociedades, especialmente las médicas pero también las farmacéuticas. Hemos avanzado en esto: recientemente hemos firmado convenios con sociedades como SEFAC, los farmacéuticos comunitarios, pero creemos que hay que impulsar esta vía de diálogo estable con el resto de sociedades médicas y farmacéuticas y también con asociaciones de pacientes; queremos que los proyectos se adapten también a las necesidades del paciente y que éste pueda estar en el diseño de los mismos.
Y, por último, un tema de visibilidad: la ciudadanía en general puede conocer más al farmacéutico de hospital y requerir de él más atención, más servicio y más cercanía. En este sentido, vamos a hacer un plan potente para que el paciente sepa que detrás de cada medicamento que recibe en el hospital o en su domicilio, pero con implicación del hospital, detrás de cada uno de esos medicamentos hay un farmacéutico de hospital trabajando para ofrecer un servicio efectivo, seguro y de máxima calidad.
b) Trabajar de forma intensa en programas de superespecialización del farmacéutico en áreas de mucha innovación terapéutica: me estoy refiriendo a terapia biológica, inmuno-oncología, terapias avanzadas… en aquellas áreas donde hay una especial innovación que hace que el farmacéutico tenga que estar a ese nivel. Donde esta superespecialización ya esté creada, la potenciaremos. Por ejemplo, con el BPS, que es un título americano que tienen muchos farmacéuticos a nivel español, pero que queremos que más profesionales lo tengan. Y donde no haya BPS, trabajaremos en sistemas de certificación propios, propios con otras sociedades científicas, o bien propios con universidades.
c) Potenciar la figura del técnico de farmacia. Creemos que el farmacéutico debe orientarse hacia espacios muy cercanos al paciente para mejorar la calidad del servicio y esto requiere que nuestros técnicos de farmacia, nuestro personal auxiliar, esté muy capacitado. Para ello vamos a trabajar en programas de certificación en áreas de trabajo como logística y tecnología y en todas aquellas áreas en las que el técnico en farmacia pueda hacer una labor importante. Ya se ha hecho algo, trabajando colaborativamente entre los grupos de farmacotecnia en oncología y nutrición, pero creo que podemos hacer mucho más… también desde un punto de vista colaborativo con federaciones de técnicos en farmacia.
d) Trabajar mucho en la internacionalización de la Sociedad. La internacionalización de la Sociedad es necesaria. En España, el farmacéutico de hospital está muy bien formado, además de estar muy bien valorado en el resto de países… tenemos que darle más visibilidad, ya que así aumentamos las posibilidades curriculares científicas y también laborales de nuestros profesionales jóvenes. El ámbito laboral de estas personas va a mejorar con la ampliación de competencias a la Atención Primaria, si bien va a tardar un tiempo en notarse. En ese tiempo queremos centrarnos en el farmacéutico hospitalario joven, para que pueda tener salidas laborales a la altura de su preparación.
En este sentido, la internacionalización puede ser una salida muy interesante: países como Japón, Australia, los Emiratos Árabes o los Estados Unidos pueden ser un destino laboral temporal que mejore la formación de los recién titulados, lo que además podría mejorar el nivel de toda la profesión dentro de unos años.
-Para información del público general: ¿Qué funciones lleva a cabo la farmacia hospitalaria?¿En qué se diferencia de la farmacia más conocida, la más próxima, la comunitaria?
El farmacéutico de hospital requiere de una formación especializada posterior en el hospital, que es similar a la que el especialista médico tiene. La formación dura cuatro años y se realiza preferentemente en el hospital, a partir de ahora entre el hospital y Atención Primaria. El farmacéutico hospitalario puede trabajar en un hospital público o privado y su objetivo fundamental es garantizar un uso adecuado de la medicación, un uso efectivo, seguro, de gran calidad y, en la medida de las posibilidades, que sea eficiente.
¿La diferencia con la farmacia comunitaria? El tipo de fármacos con los que habitualmente trabajamos en los hospitales son fármacos que generalmente son de uso en pacientes ingresados, o en pacientes no ingresados que usan fármacos de dispensación hospitalaria. Debemos trabajar colaborativamente con los compañeros de comunitaria y de Primaria para que aquella medicación no dispensada en el hospital pueda tener un nivel de seguimiento más cercano por parte del hospital cuando proceda.
-Según la Sociedad Española de Reumatología (SER), la normativa vigente indica que la Farmacia Hospitalaria carece de la facultad de sustituir medicamentos biológicos sin la autorización del médico prescriptor. ¿Por qué lanza este mensaje la sociedad de los reumatólogos? ¿Qué ocurre con los medicamentos biológicos y la farmacia hospitalaria?
La farmacia hospitalaria ha estado implicada desde hace muchos años en la selección y posicionamiento de los fármacos a nivel hospitalario mediante el trabajo colaborativo con médicos, clínicos, muchas veces reumatólogos, y también muchas veces farmacólogos. Hemos estado implicados en la selección de los mejores fármacos y en la creación de los llamados formularios o vías fármaco-terapéuticas de los hospitales. Esto pretende protocolizar el uso de los fármacos en el ámbito hospitalario, de forma que se reduzca la variabilidad y se mejoren los resultados en la salud de los pacientes.
En este sentido, el trabajo del farmacéutico hospitalario ha consistido en potenciar, colaborativamente, la creación de protocolos en una guía consensuada con los clínicos que la utilizan. Se ha trabajado en los hospitales realizando programas de intercambio terapéutico, de cambio de unos medicamentos por otros medicamentos, no sólo en el ámbito de los biológicos, pero también en los biológicos, incluso entre moléculas diferentes, no sólo biosimilares… Pero esto se ha realizado de una forma consensuada en el seno de una comisión hospitalaria asesora de la dirección. Y ese es el ámbito en el que el farmacéutico del hospital se suele mover. El farmacéutico de hospital no hace sustituciones automáticas, esto no lo hemos hecho nunca; hacemos programas de intercambio terapéutico, que es muy diferente, porque está consensuado y aprobado por la comisión de farmacia.
Evidentemente, haremos aproximaciones entre sociedades. Aunque todos nos llevamos estupendamente, habría que clarificar estos temas. Indudablemente, los posicionamientos no acaban de quedar suficientemente claros y seguro que llegamos a buen acuerdo.
-La SEFH ha elaborado la ‘Guía para la mejora de la seguridad del proceso farmacoterapéutico antineoplásico en pacientes oncohematológicos’. El proceso farmacoterapéutico en pacientes oncohematológicos resulta altamente complejo, de manera que existe el riesgo de que se produzcan errores que repercutan en la seguridad del paciente. ¿Qué errores son esos?
Los errores pueden estar en el momento de la prescripción, en el momento de la preparación, de la dispensación, de la administración… en todo el circuito del medicamento. Esta guía es una guía muy completa que establece mecanismos de seguridad para que no se produzcan este tipo de errores. Y, sobre todo, se marcan unas pautas para clínicos, enfermería y farmacéuticos con el fin de establecer todos los controles necesarios.
En el nivel de la prescripción, ya sea manual o electrónica, pueden cometerse errores en cuanto a la dosis prescrita. Una vez prescrita la dosis, cuando es interpretada por el profesional que la prepara también pueden producirse equivocaciones con el tipo de medicamento y de diluyente que se emplea. A la hora de la administración también pueden producirse errores en un hospital de día. Pero con esta guía establecemos los medios necesarios para que, apoyándonos en las nuevas tecnologías, podamos acercarnos lo máximo posible al nivel 0 de errores, que yo creo que debe ser nuestro objetivo.
-¿Cómo puede contribuir la farmacia hospitalaria a la sostenibilidad del sistema sanitario?
La farmacia hospitalaria puede contribuir haciendo que la innovación sea sostenible. El farmacéutico de hospital es un aliado fundamental para que la innovación terapéutica se vaya incorporando de una forma ágil, eficaz y segura a nuestros hospitales. Esta alianza también puede ser aprovechada para financiar la innovación, que suele ser de alto coste; hay que aprovechar las bolsas de mayor eficiencia que podamos tener en las áreas terapéuticas. Precisamente, comentaba hace un momento el tema de los biosimilares. Favorecer el uso de los biosimilares o la competencia que se crea con la marca y seguir utilizando la marca a un precio menor nos permite generar una bolsa de eficiencia para pagar la innovación que viene, que además es una innovación importante que aporta medicamentos eficaces y seguros. Y necesitamos un nivel económico mayor para poder pagarlo todo. Dentro del presupuesto en sanidad que tenemos podemos utilizar estas estrategias, o sea, podemos buscar la eficiencia en alguna área terapéutica para poder financiar otras áreas de mayor innovación.
-Se ha presentado el Proyecto Paciente Experto VIH 2.0., que promueve el autocuidado de estos enfermos. La iniciativa tiene la particularidad de que los pacientes forman a otros pacientes o cuidadores. Evidentemente, se habrán tomado las medidas oportunas, pero… ¿dicha particularidad entraña algún riesgo?
En el Proyecto Paciente Experto lo que hacemos es empoderar a todos los pacientes, no sólo a los que explican cosas a los demás, sino también a los nuevos, los que reciben esas explicaciones y asesoría, porque haciéndoles a ellos protagonistas de la mejora del plan terapéutico conseguimos en ellos una mayor implicación en su propio tratamiento. Con un mensaje más lineal de paciente a paciente, dicho mensaje llega mucho más fuerte a determinados enfermos. Indudablemente, hay una fase previa de preparación de aquellos pacientes que han de transmitir la información. Al principio hay un acompañamiento para evitar y minimizar que pueda producirse algún tipo de error. Hay pacientes con patologías crónicas que llevan años tomando cierta medicación, informándose y formándose en contacto con nosotros. Por tanto, queremos aprovechar esa gran experiencia.