Redacción Farmacosalud.com
La Asociación Española para el Estudio de la Menopausia (AEEM), junto con la Sociedad Española de Cardiología y la Federación Española de Medicina Deportiva, ha elaborado un consenso publicado en la revista ‘Maturitas’ por el que instan a prescribir ejercicio físico como una terapia más durante la menopausia, puesto que “la inactividad física puede poner en riesgo la salud de las mujeres o agravar los trastornos existentes”. Sin embargo, antes de que la mujer llegue a esa etapa, se empiezan a producir una serie de cambios hormonales que pueden dar lugar a síntomas propios del climaterio como sofocos, sudores nocturnos, insomnio, sequedad vaginal o incluso depresión. “Se trata de un período clave en la vida de la mujer, por lo que los profesionales sanitarios implicados, el médico de Atención Primaria, la matrona o enfermera, y el ginecólogo, deben tener las herramientas necesarias para detectar riesgos y prevenirlos”, indica el doctor Rafael Sánchez Borrego, presidente de la Fundación Española para el Estudio de la Menopausia (FEEM).

(de izq. a dcha) Drs. Dolores Juliá, jefa de Sección de Ginecología del Hospital La Fe de Valencia; el doctor Plácido Llaneza, presidente de AEEM; el doctor Antonio Cano, jefe del Servicio de Ginecología del Hospital Universitario Clínico de Valencia, y el doctor Rafael Sánchez Borrego, presidente de la Fundación Española para el Estudio de la Menopausia (FEEM)
Fuente: COM SALUD
Los ginecólogos españoles, reunidos en Valencia en el XIV Congreso Nacional de la AEEM, reclaman a la Administración programas integrales de asistencia sanitaria para las mujeres a partir de 40 años, como existen en otros países, y reducir así los riesgos de salud que aparecen en este período. El objetivo es “promover hábitos de vida saludables, detectar enfermedades de manera precoz y prevenir problemas que se inician antes de la menopausia y que pueden tener consecuencias importantes en el resto de vida de la mujer”, según el doctor Plácido Llaneza, presidente de la AEEM. Más de ocho millones de españolas tienen entre 40 y 64 años, "un período que requiere especial atención sanitaria para tener una buena calidad de vida después”, señala.
Desde la AEEM reclaman que, al igual que existen planes específicos de atención durante el embarazo o para la de detección de cáncer de mama o de cuello de útero, “se creen programas de salud en todas las comunidades autónomas en el periodo anterior a la aparición de la menopausia”, indica el doctor Llaneza. La edad media del cese de la función ovárica (menopausia) es de 51 años, aunque puede variar entre los 45 y los 55 años. En estos programas, añade, “deben incluirse pruebas de cribado para el diagnóstico precoz de ciertas enfermedades, un estudio de antecedentes cardiovasculares, prevención de la osteoporosis, o incluso la prescripción de ejercicio físico”.
Nuevos fármacos para la menopausia
En cuanto a los nuevos fármacos que actúan de manera eficaz y segura contra los síntomas relacionados con la menopausia, como los sofocos y la atrofia vaginal, la principal novedad es el lanzamiento del primer tratamiento hormonal libre de progestágenos para el tratamiento de los síntomas vasomotores como los sofocos. “El TSEC es un medicamento que combina estrógenos con bazedoxifeno que no conlleva riesgo de cáncer de mama, tiene mayor seguridad y eficacia en la protección del endometrio y mejora la adherencia al tener menos sangrado”, afirma el doctor Santiago Palacios, director del Instituto Palacios. Un estudio publicado en mayo confirma la eficacia de este nuevo medicamento para prevenir el crecimiento del cáncer de mama. Otro de los avances que se presenta es el Ospemifeno, “una auténtica revolución en el tratamiento de la atrofia vaginal, ya que es el primer medicamento oral que no contiene hormonas”, asegura el doctor Llaneza. Según el presidente de la AEEM, “va a permitir mejorar su cumplimiento y mejorará la calidad de vida de muchas mujeres que, durante la postmenopausia, sufren incomodidad vaginal y dolor durante sus relaciones sexuales, pudiendo incluso ser empleado en mujeres con cáncer de mama que han finalizado su tratamiento”.
El consumo de calcio, fundamental
Por su parte, la Federación Española de Industrias de la Alimentación y Bebidas (FIAB) sostiene que el consumo de calcio y vitamina D, que fija el calcio en los huesos, es fundamental durante la menopausia. “Se recomienda ingerir 1200 mg de calcio al día, siendo recomendables los productos lácteos, frutos secos y legumbres, entre otros. Sin embargo, no solo influye la cantidad de calcio que ingerimos, sino el que nuestro organismo absorbe. Para ello, el consumo de vitamina D aumenta la absorción y su fijación en los huesos”, explican los expertos de FIAB.

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La vitamina D está presente en distintos alimentos como el hígado, pescados azules, leches enriquecidas y yema de huevo entre otros; se recomienda una exposición solar moderada, ya que favorece la síntesis de vitamina D.
El 40% de mujeres sufre rechazo durante la menopausia
Más de un 40% de las mujeres vive situaciones de rechazo o incomprensión durante la menopausia y una de cada cinco sufre pérdida de autoestima, sobre todo entre los 45 y 50 años, según datos de la Fundación Española para el Estudio de la Menopausia (FEEM). La AEEM advierte que el adjetivo ‘menopáusica’ se utiliza a menudo para menospreciar a mujeres de más de 50 años, en lugar de asumirlo como una etapa más en la vida de la mujer, a pesar de que cada vez hay más mujeres que hablan abiertamente de ello, como la actriz Angelina Jolie.
Para la doctora Dolores Juliá, “tanto la menopausia como la etapa anterior, premenopausia, “son situaciones en las que la mujer tiene muchos miedos, sobre todo a la soledad y a no sentirse comprendida, a los cambios físicos y psicológicos, además de al inicio del proceso de envejecimiento, a los riesgos de fracturas, de enfermedad cardiovascular y de cáncer”. Un estudio realizado por matronas de la Comunidad de Madrid en mujeres durante la premenopausia concluyó que la mayoría tienen una connotación negativa de la menopausia a la que asocian con envejecimiento o pérdida de la feminidad, y que conocen mejor los tratamientos farmacológicos que los cuidados diarios. La menopausia debe considerarse como una etapa más en la vida de la mujer, “no es una enfermedad y no es el fin, aunque la sociedad aún lo vea como un retroceso o incluso el final de su vida por la creencia antigua de con ella termina su actividad reproductiva y por tanto ya no sirve para nada”, añade.