Redacción Farmacosalud.com
Recientemente se ha puesto de moda el uso del veneno de abeja -apiterapia- como tratamiento contra el dolor. Sus defensores afirman que, por ejemplo, dicho veneno puede tener propiedades terapéuticas para la fibromialgia. El doctor Antonio Collado Cruz, coordinador de la Unidad de Fibromialgia del Hospital Clínic de Barcelona, no tiene "ninguna opinión" sobre el uso de la apiterapia como tratamiento para esta patología "porque no conozco ningún tipo de estudio mínimamente solvente en donde el veneno de abeja pueda haber demostrado algún tipo de beneficio sobre los pacientes de fibromialgia. Ojalá se nos demostrara que el veneno de abeja puede ser un instrumento de tratamiento para esta enfermedad y tengamos evidencia de algún estudio que así lo indique”. Según Collado, la apiterapia -en el caso de la fibromialgia- y “muchas iniciativas de este tipo” se aplican “sin evidencia científica, sin seguridad, absolutamente sin certeza sobre lo que se está haciendo, aprovechando” que “muchos pacientes refractarios al tratamiento no encuentran una alternativa”.
“Evidentemente, hemos de estar abiertos a cualquier acción terapéutica, pero hemos de estar abiertos con un mínimo procedimiento científico, si no no podremos avanzar. El único hecho que nos ha permitido avanzar en nuestra civilización ha sido el método científico; por tanto, creo conveniente que estas acciones deben estar siempre en la opinión y en la discusión pública cuando estén asociadas a algún estudio de calidad que haya mostrado alguna evidencia. Si no es así, no vale la pena ponerlas en discusión pública”, agrega el facultativo.
Uno de los síntomas asociados a la fibromialgia, el distrés emocional
Fibromialgia es un síndrome caracterizado por la presencia de dolor crónico extenso, centrado especialmente en zona cervical, trapecios, zona lumbar, trocánteres, tercio proximal de extremidades superiores e inferiores y con frecuencia también en manos, carpos, rodillas, tobillos o pies[1]. Su característica principal clínica es la hipersensibilidad para tener dolor que los pacientes presentan al recibir un estímulo en cualquier parte del sistema musculo-esquelético, y que ha determinado la construcción de los criterios clínicos actuales para el diagnóstico de esta enfermedad[2].
Según un documento del Consejo Andaluz de Colegios Oficiales de Farmacéuticos (CACOF), la fibromialgia también se caracteriza “por la imposibilidad de dormir bien, el cansancio persistente, la inflamación intestinal o la dificultad para concentrarse”. Otro de los síntomas asociados es el conocido como distrés emocional[1]. Se entiende por distrés emocional aquel estado marcado por sentimientos que varían en intensidad: desde tristeza, inseguridad, confusión y preocupación, hasta la experiencia de síntomas mucho más severos como por ejemplo ansiedad, depresión, expresión de ira, aislamiento social y pérdida de esperanza[3].
La fibromialgia es una afección que se ha visto rodeada por cierta controversia porque algunos científicos han venido sosteniendo que se trata de una afección claramente diferenciada, mientras que otros han venido argumentando que se trata de un trastorno de somatización. Hace ya algunos años que la fibromialgia ha sido reconocida oficialmente como enfermedad, pero por el camino han aparecido falsos conceptos y creencias equivocadas. A este respecto, el doctor José Alegre Martin, coordinador de la Unidad de Fibromialgia y Síndrome de Fatiga Crónica del Hospital Vall d’Hebron de Barcelona, considera que la oficina de farmacia, dada su condición de espacio sanitario más próximo y accesible para los pacientes, se erige como lugar “idóneo para desterrar falsos conceptos y errores” que rodean a la Fibromialgia y al Síndrome de Fatiga Crónica, así como para ofrecer “consejos y hábitos saludables” a los afectados por estos problemas.
“La fibromialgia es, claramente, una alteración física que tiene evidencia científica”
El doctor Collado destaca, a modo de concepto erróneo, “la minimización” de la enfermedad en el momento en el que se la vincula “a efectos psicosociales” o a efectos derivados del “estrés en la sociedad, etc. Es evidente que los factores de dificultad psicosocial y de estrés o de activación emocional empeoran todo el dolor, incluida precisamente la fibromialgia”. Sin embargo, a juicio de Collado esta patología va mucho más allá, por lo que los “falsos conceptos deben ir desterrándose y cualquier profesional, desde la oficina de farmacia, centro de Atención Primaria, hospital, centro de salud o asociación debe ir dando información” sobre el hecho de que la fibromialgia es “claramente una alteración física que tiene una evidencia científica”, lo que “nos ha llevado claramente a observar alteraciones corporales”. Para el experto, hay que tratar la patología teniendo en cuenta que ésta conlleva un “impacto severo y grave en muchos pacientes, desde el punto de vista de su calidad de vida o desde el punto de vista del efecto que tiene sobre su familia o sobre su trabajo”. Todo ello “es consecuencia de dicha enfermedad y, por tanto, el tratamiento de sus consecuencias está dentro de lo que es el tratamiento de la propia enfermedad, evidentemente, pero no hay que atribuir a las consecuencias la propia causa”, añade.
En esta línea, el doctor Collado considera que la controversia sobre si la fibromialgia es una dolencia claramente diferenciada o bien un trastorno de somatización ha pasado ya definitivamente a la historia tanto “para los pacientes” como para “los profesionales que nos dedicamos” especialmente a esta afección.
“Para los profesionales que tienen menos conocimiento del tema -explica Collado-, lo del trastorno de somatización queda en el ámbito de una descripción realizada desde un punto de vista psicológico que no traduce en absoluto la condición que en este momento estamos conociendo sobre la fibromialgia, como los mecanismos de producción de dolor y los mecanismos de alteración de las lesiones que se producen o que se están visualizando a nivel físico y corporal, o en el sistema nociceptivo de las personas con esta enfermedad. Creo que la controversia es una discusión estéril, en el sentido de que sólo hemos avanzado cuando hemos tenido claramente un conocimiento que nos ha llevado a un conocimiento mayor de que esto es una alteración, una patología con una fisiopatología concreta y con unos efectos clínicos sobre la calidad de vida de las personas que la padecen muy acusados”.
El doctor aboga por “transmitir todo el conocimiento que tenemos” acerca de la fibromialgia, entre otras razones porque en los últimos años “se ha avanzado de forma muy importante en los conocimientos de su fisiopatología”, algo que ha redundado en la configuración de una “evidencia científica” y la aparición de nuevos tratamientos farmacológicos y no farmacológicos.
“La Sociedad Española del Dolor, comprometida con el estudio-tratamiento de la fibromialgia”
De hecho, el abordaje terapéutico de la fibromialgia estará presente en el XIII Congreso de la Sociedad Española del Dolor, que se celebra este mes de junio en Pamplona. Esta patología se ha convertido en “uno de los problemas de dolor crónico más importantes” de la población española, en tanto en cuanto afecta “a un 4% de la población general”, afirma el coordinador de la Unidad de Fibromialgia del Hospital Clínic.
La fibromialgia, que se manifiesta como un “dolor crónico extenso”, representa “la tercera parte de toda la población que presenta dolor crónico extenso en nuestra población general”, comenta el especialista. Por todo ello, subraya, el hecho de que la Sociedad Española del Dolor muestre “una dedicación especial” a dicha enfermedad mediante la programación de una Mesa en su Congreso demuestra que esta sociedad médica “está francamente comprometida con el estudio y el tratamiento de la fibromialgia”.
Dieta mediterránea y ejercicio físico para tratar la fibromialgia
Por otro lado, a los pacientes de fibromialgia se les aconseja basar su alimentación en el modelo de la dieta mediterránea. “Este tema, el de la nutrición y la alimentación y su influencia en el tratamiento del dolor o en los mecanismos del dolor, lo estamos trabajando en una línea de investigación que yo creo que va a ser muy interesante. La doctora Laura Arranz, que es una gran experta en nutrición y dolor, nos ha explicado claramente que la fibromialgia es una enfermedad que está relacionada -como consecuencia o como predisposición- con el sobrepeso / obesidad”. Además, en el ámbito de la fibromialgia se han detectado “altos índices de estrés oxidativo y muchas alteraciones gastrointestinales que podrían estar asociadas a fermentaciones patológicas por acción de la microbiota. Por tanto, estamos delante de una enfermedad que está produciendo síntomas que podrían ser mitigados con lo que sería una nutrición más dirigida. Cada vez se está conociendo más que ciertas dietas pueden ser más favorables que otras para el manejo de la fibromialgia y la mejora de sus síntomas, entre ellas la dieta mediterránea, que es rica en nutrientes antioxidantes. Esta dieta puede mejorar lo que serían algunos efectos de la propia enfermedad sobre el sistema gastrointestinal y sobre la propia obesidad”, señala Collado.
El ejercicio físico es otro de los instrumentos terapéuticos que se utilizan en la práctica clínica diaria para los enfermos de fibromialgia, siempre y cuando se realice “de forma adecuada” (están indicados los ejercicios aeróbicos, más que los de estiramiento u otros) y su práctica se adapte “a la situación clínica de cada paciente, ya que hay pacientes a los que, si están muy afectados, les cuesta mucho hacer ejercicio”, explica el facultativo.
Se desaconsejan los sedantes, pero alguna vez pueden ser necesarios los hipnóticos
Así pues, en términos globales el ejercicio físico ha demostrado que tiene un efecto beneficioso sobre los síntomas de la enfermedad, incluido el descanso nocturno. En cuanto al tratamiento de las alteraciones del sueño en los afectados de fibromialgia, “es evidente que se indica a los pacientes no ingerir sedantes o ansiolíticos (los fármacos habitualmente utilizados para mejorar o tratar las alteraciones del sueño) porque en este tipo de pacientes no han demostrado ningún tipo de beneficio ni a corto ni a largo plazo, y además suelen tener un efecto sobre el sueño a largo plazo más perjudicial; por tanto, en el ámbito de la fibromialgia se tiende a desaconsejar el uso de ansiolíticos y sedantes. Otra cosa es que en algunos momentos o episodios de la enfermedad se necesite algún tipo de fármaco para ayudar durante unos días a mejorar un poco más el sueño, como son algunos hipnóticos o algunos otros reguladores del sueño como la melatonina, pero solo se utilizan durante unos meses o un corto espacio de tiempo”, precisa Collado. En cualquier caso, el doctor apuesta por “volver a recuperar elementos de higiene del sueño” y proceder al “control de preocupaciones y alteraciones que pueden influir negativamente en el sueño de las personas con fibromialgia”.
Recientemente, el Consejo Andaluz de Colegios Oficiales de Farmacéuticos ha puesto en marcha una campaña sanitaria sobre fibromialgia extendida a las casi 4.000 oficinas de farmacia existentes en toda la Comunidad Autónoma de Andalucía. Entre los materiales elaborados en el marco de la iniciativa destaca la edición de un díptico con un decálogo en el que, de manera muy resumida y fácilmente entendible, se recoge información de interés sobre la fibromialgia (tales como síntomas y los tratamientos más habituales) con el fin de favorecer un mejor conocimiento de la patología, habitualmente confundida con otras dolencias.
Referencias
1. Collado A.. Fibromialgia: "Una enfermedad más visible". Rev. Soc. Esp. Dolor [Internet]. 2008 Dic [citado 2016 Mayo 26] ; 15( 8 ): 517-520. Disponible en: http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1134-80462008000800005&lng=es
2. Wolfe F, Smythe HA, Yunus MB, Bennett RM, Bombardier C, Goldenberg DL, et al. The American College of Rheumatology 1990 criteria for the classification of fibromyalgia. Arthritis Rheum 1990; 33: 160-72.
Referencia (2) en: Collado A.. Fibromialgia: "Una enfermedad más visible". Rev. Soc. Esp. Dolor [Internet]. 2008 Dic [citado 2016 Mayo 26] ; 15( 8 ): 517-520. Disponible en: http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1134-80462008000800005&lng=es.
3. MOSCOSO, Manolete S. (University of South Florida, Estados Unidos) ‘El estrés crónico y la medición psicométrica del distrés emocional percibido en medicina y psicología clínica de la salud’. liber. [online]. 2011, vol.17, n.1 [citado 2016-05-26], pp. 67-76 . Disponible en: <http://www.scielo.org.pe/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1729-48272011000100008&lng=es&nrm=iso>. ISSN 1729-4827.