Se calcula que en España se registra un 46% de diagnóstico tardío del virus VIH, el agente infeccioso causante del sida. El doctor Jorge del Romero, director del Centro Sandoval de la Comunidad de Madrid y vicepresidente de la Fundación para la Formación e Información de tratamiento en VIH y Sida, ha destacado que “el diagnóstico tardío tiene importantes repercusiones en el pronóstico de las personas infectadas por el VIH, pues conocer la infección precozmente implica una mejor respuesta virológica al tratamiento y como consecuencia, disminuye el riesgo de desarrollar la fase sida”.
En España hay entre 130.000 y 150.000 personas con el VIH y, de ellas, alrededor de una cuarta parte (25-30%) aún no lo sabe. Es decir, hay unas 35.000 personas que por miedo al estigma y a la discriminación, por falta de una adecuada percepción del riesgo o por vergüenza a acudir a su médico habitual, han contraído el virus y aún no se han realizado la prueba para detectarlo.
Realizar la prueba del VIH tras una práctica de riesgo
El alto número de personas infectadas por el VIH sin diagnosticar también tiene implicaciones sobre la salud colectiva, en tanto que aumenta el riesgo de transmisión a otras personas por no adoptarse las medidas de protección necesarias y por la mayor transmisibilidad derivada de una carga viral elevada en ausencia de tratamiento. Se recomienda someterse a la prueba del VIH tras realizar una práctica de riesgo de contraer el virus, como por ejemplo mantener una relación sexual no protegida con una persona de la que se desconoce si está infectada o no con el VIH.
La prueba del VIH, un sencillo análisis
La prueba del VIH consiste en un sencillo análisis de sangre o una prueba oral, como el test rápido del VIH, con objeto de determinar el estado serológico, es decir, la presencia o ausencia de anticuerpos frente al virus. El análisis se puede realizar también en centros sanitarios de la red pública y en centros de Infecciones de Transmisión Sexual.