Redacción Farmacosalud.com
El snus tradicional es un producto tabáquico-nicotínico sin combustión, originario de Suecia y Noruega, que se consume colocándolo entre la encía y el labio superior. Debido a su alto contenido en nicotina, es adictivo y genera gran dependencia, especialmente entre los consumidores jóvenes, según dictaminan los expertos en la materia. La Dra. Regina Izquierdo Fort, coordinadora del grupo de Cesación Tabáquica de la Sociedad Española de Periodoncia y Osteointegración (SEPA), sospecha que la toma prolongada de la nueva versión de este producto, el conocido como snus ‘blanco’, podría llegar a causar bruxismo (afección en la que un sujeto rechina, aprieta o hacer crujir los dientes estando despierto o también dormido), entre otras posibles afecciones.
El snus sueco, elaborado a partir de tabaco, tiene más de 200 años de historia. Lleva nicotina y actualmente lo consume casi un 20% de la población de Suecia, si bien está prohibido en el resto de la Unión Europea desde 1992.
Saborizantes, aromatizantes y metales pesados
Pero en los últimos tiempos ha surgido una nueva versión de este tipo de producto nicotínico sin humo: el conocido como ‘snus blanco’ o ‘nicotine pouches’, que no contiene tabaco y que comenzó a producirse de manera industrial hace poco más de una década. “Este snus viene dispensado en unas pequeñas bolsitas porosas de color blanco que contienen nicotina sintetizada junto a saborizantes, aromatizantes y metales pesados en pequeña cantidad. Al colocarlo en boca y mantenerlo durante 30 a 40 minutos, se infusiona con la saliva y pasa al torrente sanguíneo, alcanzándose niveles altos de nicotina en sangre”, comenta la Dra. Izquierdo.
“Al tratarse de un producto con nicotina sintética -prosigue la experta-, las concentraciones son superiores a las del tabaco convencional y el snus sueco, de modo que tanto su efecto local como el sistémico son más fuertes. Algunos de los que lo prueban por primera vez describen que ‘les arde la boca’ y sienten mareos, náuseas o dolor de cabeza. Por analogía, podemos pensar que los efectos del snus blanco sobre la encía y la mucosa labial han de ser similares a los del snus tradicional, puesto que la mayor parte de la nicotina se absorbe directamente a través de la mucosa oral y se relaciona con la aparición de heridas o aftas, si bien no disponemos de suficiente información. Faltan también estudios científicos sobre los efectos de su contacto prolongado con las mucosas orales con respecto a la posible aparición de lesiones malignas o premalignas”.
Aumento del riesgo de padecer cáncer de esófago y páncreas
“Asimismo, si el consumo es continuo, el potente efecto estimulante de la nicotina podría relacionarse con la aparición de bruxismo, apretamiento dental e incluso fracturas dentales. Por último -y aunque aparentemente los riesgos para la salud derivados del consumo de productos de tabaco sin humo son más bajos que con el tabaco convencional-, en estudios recientes realizados en Suecia el consumo de snus sueco se ha vinculado con un aumento del riesgo de padecer cáncer de esófago y páncreas, además de los ya sabidos efectos en la salud cardiovascular o la diabetes tipo II. Son muchos los especialistas que temen que se cometan los mismos errores que hace décadas, cuando se esperó demasiado tiempo a tener los suficientes estudios sobre los graves peligros de los cigarrillos convencionales para la salud”, sostiene Izquierdo, a su vez periodoncista y representante de SEPA en el Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT).
A todo esto, y de acuerdo con el documento ‘Bolsitas de nicotina – nicotine pouches’- (informe del Instituto Federal para Valoración de Riesgos [BfR] de Alemania)’, publicado en España por el Ministerio de Sanidad español, en Suecia se llevó a cabo un estudio de cohortes poblacional para investigar el riesgo de muerte neonatal en hijos de madres consumidoras de tabaco o snus en comparación con madres que no usan estos productos.
La investigación se realizó mediante un análisis del registro de nacimientos entre los años 1999 y 2006 (n = 610.879). Este registro también contiene información sobre el consumo de tabaco de la madre, entre otros datos. Un total de 7.629 mujeres tomaban snus, 41.488 se describían como fumadoras ligeras (de 1 a 9 cigarrillos al día), y 17.014 se describían como fumadoras empedernidas (al menos 10 cigarrillos al día). No se disponía de datos sobre el consumo de tabaco en 39.734 mujeres.
El documento aporta una tabla [página 10] en la que se ‘muestra que el consumo de snus aumenta el riesgo de fallecimiento fetal. Las fumadoras empedernidas de cigarrillos presentaban un riesgo aún mayor de nacimiento de mortinatos’*.
*mortinato: dicho de una criatura, que nace muerta (diccionario RAE)
Alegalidad en España
Hoy en día, el snus blanco o sintético (o bolsitas de nicotina) no es ni legal ni ilegal en España, dado que falta regular su venta. A este respecto, la Dra. Izquierdo habla de un problema de salud pública: “para las personas que no han fumado ni consumido nicotina anteriormente (en este caso, los adolescentes) cualquier forma de consumo de nicotina representa un riesgo para su salud. En el caso del snus blanco, una sola dosis de intensidad fuerte equivaldría al consumo de varios cigarrillos de golpe. Sin embargo, al no contener tabaco, este snus se encuentra en una situación alegal y se aprovecha del vacío jurídico en la UE (Unión Europea) para entrar por la puerta de atrás en muchos países de esa zona de Europa".
"Su alta concentración en nicotina y su efecto estimulante hace que sea un producto mucho más adictivo. Esto, unido a que su consumo pasa aún más inadvertido (al no producir humo ni vapor), además de ir asociado a un bajo precio (similar al de una cajetilla de tabaco), induce a poder prever que, al igual que ha sucedido en países nórdicos, su uso se expanda rápidamente… y por ello hemos de considerarlo una seria amenaza para la salud de adolescentes y jóvenes y un problema de salud pública”, agrega Izquierdo.
A su juicio, el Gobierno español “ya llegó tarde a la regulación del vapeo, de ahí que la facilidad con el que el snus blanco está llegando a los jóvenes (pues se vende libremente en páginas web de vapeadores, en comercios y en estancos) demande una rápida intervención de las Autoridades Sanitarias. Los organismos reguladores deben actuar en sintonía con las medidas restrictivas aplicadas en otros países de la UE, como Bélgica o Países Bajos, en los que este snus está prohibido desde el año 2023”.
“En mi opinión, además de reglamentar el consumo, es también prioritario regular su publicidad en redes sociales, ya que son muchos los influencers y tiktokers que, teniendo millones de seguidores, fomentan el consumo de nicotina en cualquiera de sus formas. El hecho de que este producto acelere el metabolismo (al tener un hipotético efecto como ‘quemagrasas’) e incremente el estado de atención/alerta y el efecto saciante, hace que sea muy valorado por algunos deportistas como futbolistas, tiradores de arco, jinetes o culturistas”, explica la coordinadora del grupo de Cesación Tabáquica de SEPA.
“El snus es un ‘cuento de hadas’ vendido por las tabacaleras”
La Dra. Izquierdo lo tiene claro… el snus es un nuevo intento de la industria tabaquera para dar salida a los productos que llevan nicotina, aunque en esta ocasión sin humo ni vapor: “al igual que ha sucedido con los vapeadores, el snus ofrece una falsa sensación de seguridad entre aquellos consumidores que lo consideran como un producto de ‘riesgo reducido’, lo que fomenta aún más su consumo entre adolescentes. La industria tabaquera sigue reinventándose para buscar alternativas al cigarrillo convencional, puesto que cada vez es mayor el cerco al tabaco (más trabas legales, más advertencias sobre sus efectos en la salud e incluso mayor censura social). Según algunos expertos, este uso del snus es un ‘cuento de hadas’ vendido por las tabacaleras para adaptarse a los tiempos actuales, en un intento de buscar nuevas formas de consumo y, con ello, un mayor número de clientes”.
El caso es que el snus sintético está empezando a ponerse de moda entre la población joven, informa mediante un comunicado la Clínica Salud en Mente (Madrid). De acuerdo con el mismo comunicado, el sabor neutro o en ocasiones mentolado de este snus facilita su aceptación social y puede acelerar la dependencia a la nicotina. La población joven es más susceptible a desarrollar una adicción rápida debido a la alta concentración nicotínica de este producto, lo que podría derivar en un aumento de problemas relacionados con la nicotina, incluidos trastornos de ansiedad y problemas cardiovasculares.
La búsqueda de aceptación grupal empuja a algunos jóvenes a pasarse al snus
El proceso de dependencia del snus puede ser más acelerado que en el caso del tabaco tradicional por diversos factores. En primer lugar, la alta concentración de nicotina permite una absorción más rápida a través de las mucosas bucales, efecto que conlleva una respuesta inmediata del sistema de recompensa en el cerebro. Así, el primer consumo puede tener un efecto mucho más potente que el tabaco tradicional, de modo que muchas personas experimentan síntomas inmediatos como mareos, náuseas -tal y como se ha apuntado anteriormente- y visión borrosa. La nicotina actúa sobre los receptores de acetilcolina liberando dopamina y creando una sensación de placer y bienestar, lo que refuerza el comportamiento de consumo.
Todo ello comporta que el cerebro se adapte a la presencia constante de nicotina y comience a requerir dosis regulares para evitar los síntomas de abstinencia, tales como como irritabilidad, ansiedad y dificultad para concentrarse.
Además, el consumo de snus entre algunos jóvenes no se relaciona únicamente con la búsqueda de una cierta aprobación social, sino también con la necesidad de pertenencia al grupo. De hecho, existe la percepción de que la adaptación a este producto nicotínico facilita la aceptación en ciertos círculos recreativos, donde la presión del entorno juega un papel significativo. "El deseo de ser parte de un colectivo y de adaptarse a las normas y comportamientos grupales contribuye a la adopción de este hábito”, afirma la psicóloga Conchita Sisí, directora de la Clínica Salud en Mente. “Todo ello subraya la influencia del contexto social en el comportamiento de los jóvenes”, remarca la psicóloga.