Redacción Farmacosalud.com
El riesgo cardiovascular está representado, básicamente, por tres factores que son dañinos para la pared arterial y que pueden ocasionar arterioesclerosis: hipertensión, consumo de tabaco y aumento del colesterol ‘malo’ o LDL. En el caso concreto de la hipertensión, el objetivo “deseable” es que el límite superior de cifras de presión arterial no superara los 130/80, afirma el doctor Blas Gil Extremera, presidente del Comité Organizador del XXIX Congreso Nacional de la Sociedad Española de Arteriosclerosis (SEA), quien agrega que ahí hay que tener en cuenta las recomendaciones existentes sobre la dieta y, fundamentalmente, sobre la sal: “Debemos de consumir no más de dos gramos de sal al día y desgraciadamente el consumo medio en España está entre 8 y 10 gramos diarios. Es un problema serio”.
Un sujeto que presente esos tres factores de riesgo “ya es candidato” a ser estudiado exhaustivamente con el fin de evitar que sufra “complicaciones a veces irreversibles como pueden ser un infarto de miocardio, un ictus cerebral o cualquier otra patología”, explica Gil Extremera, que ha atendido a www.farmacosalud.com en el marco del encuentro científico de la SEA.
El doctor ha impartido la conferencia inaugural de dicho Congreso bajo el título ‘La enfermedad, una fuerza creadora’. En el vídeo que ilustra este artículo, Blas Extremera aclara el mensaje que ha querido enviar con este título.
Una nueva molécula frena la proteína que favorece el incremento del colesterol ‘malo’
Según el facultativo, en el encuentro de la SEA se ha recalcado la importancia que tiene para la salud cardiovascular adoptar y mantener la dieta mediterránea (legumbres, pescado, frutas, verduras, etc). En el ámbito de la terapéutica, se ha hablado de “una novedad muy interesante”, como es la aparición de una molécula “orientada a frenar una proteína que está en la sangre y que es la que favorece el incremento del colesterol ‘malo’ o LDL”, asegura Blas Extremera. “Hay unos estudios preliminares muy interesantes” centrados en dicha molécula, subraya.
En cuanto al hecho de que la dislipemia aterogénica esté tan infradiagnosticada e infratratada, el especialista señala que, a pesar de los esfuerzos pedagógicos e informativos y de las actualizaciones en conocimientos realizados en los sucesivos congresos, no solamente en los de la SEA sino también en los de otras sociedades como la de cardiología o medicina interna, “desgraciadamente todavía no ha calado suficientemente en la población general” ni tampoco “en la población profesional la importancia de este problema”. Para Blas Extremera, hay que hacer un “máximo esfuerzo para que se refleje la importancia patológica que tiene el aumento elevado del colesterol como factor de riesgo”.
Por otro lado, el galeno admite que aplicar las guías terapéuticas -no solamente en relación a esta afección sino también en un sentido general- “muchas veces” es complicado “porque cada persona tiene su propia individualidad” y no puede hacerse un “mismo traje para todo el mundo”, lo que “a veces plantea ciertas dificultades a la hora de adaptar” las directrices orientativas que figuran en esos manuales. Y es que, según el presidente del Comité Organizador del XXIX Congreso SEA, “a veces las guías son un poco rígidas o estrictas para poder llevarlas a cabo”, si bien “en la Sociedad se está trabajando con el máximo esfuerzo y difusión” para que sean más asequibles y fáciles de aplicar.