John Gage, autor de ‘Color y significado’ (Acantilado): John Gage (Bromley, 1938-2012) fue docente y director del departamento de Historia del Arte en la Universidad de Cambridge (Inglaterra). Su trabajo académico sobre el color y las artes es reconocido internacionalmente, y asimismo las obras que ha escrito sobre el tema, como la presente, o ‘Color and Culture’ (1993) y ‘Color in Art’ (2006). `
Redacción Farmacosalud.com
Según difunde la BBC, los esquimales tienen centenares de vocablos diferentes para distinguir entre los distintos matices del blanco de la nieve. Claro, eso ocurre en esas latitudes ultranórdicas, pero en las nuestras, en las mediterráneas, no estamos por tal labor. De acuerdo con el Heraldo de Aragón, el verde es el color de la esperanza […] La idea de que la esperanza es verde -que ya aparece mencionada en documentos medievales- tiene que ver con el mundo rural y la agricultura. En primavera, la esperanza viene marcada por las nuevas cosechas, que garantizan alimento y riqueza para los meses siguientes […] La vinculación del verde con la esperanza la consideramos habitual en Occidente, pero no existe en todas las culturas. Así, en el mundo oriental, este color aparece relacionado con la armonía y el equilibrio.
Más madera: hasta hace un tiempo, la definición parecía sencilla: o eras niño o eras niña. Las niñas se vestían de rosa, y los niños de azul; las niñas jugaban con muñecas y los niños con camiones. Pero, en todas las partes del mundo, estos conceptos tradicionales relacionados con el género están cambiando rápidamente y las etiquetas ya no están tan definidas, publica El Mundo en relación al documental ‘Gender Revolution: A Journey with Katie Couric’.
¿Es el color tan sólo una reacción psicológica, o una pura sensación física? ¿Tiene un efecto en nuestros sentimientos o estados de ánimo? «Estoy convencido de que en la vida cotidiana lidiamos mucho más con matices que con colores ‘primarios’ saturados, cuya identificación es reciente y de interés exclusivo en el ámbito restringido del taller del pintor o el laboratorio del psicólogo o el físico», según se indica en ‘Color y significado’, el libro de John Gage.
Mezclas ópticas, simbología medieval de los colores…
En esta obra Gage examinó desde una perspectiva nueva y extraordinaria el fenómeno cromático, convencido de que, como el lenguaje, es un hecho históricamente determinado cuyo significado reside en los diversos contextos en los que se experimenta e interpreta. Así, su erudita investigación abarca temas tan diversos como las mezclas ópticas en una técnica como el mosaico, la simbología medieval de los colores, la sintaxis de los colores y sus usos en Latinoamérica en tiempos de la conquista, la temprana historia de la óptica y el prisma, o las ideas sobre el color en la obra de Goethe y Runge, Blake y Turner o Seurat y Matisse.
«Quizá parezca extraño que un fenómeno que para la mayoría de nosotros no es más que una experiencia sensorial primaria, y que además ha merecido profusos comentarios desde los más variados puntos de vista, esté lejos de ser comprendido en su totalidad. ‘El color -reza una útil definición estándar- es aquel atributo de la experiencia visual que posee dimensiones cuantitativas mesurables de tonalidad, saturación y brillo’. Esta definición reconoce, en la experiencia visual, tanto el elemento subjetivo como el estímulo objetivo y cuantificable, y nos ayuda a explicar por qué el color ha sido, desde hace tanto tiempo, objeto de investigación y experimentación en las artes y las ciencias. Sin embargo, no aporta explicación alguna sobre la manera en que tales aspectos subjetivos y objetivos se relacionan entre sí. Las dificultades propias de todo intento de cuantificación de las sensaciones han llevado a que el color -efecto subjetivo de un proceso de estimulación objetiva- rara vez haya sido estudiado de manera exhaustiva. Desde Newton, la ciencia y el arte del color han sido comúnmente tratadas como realidades inconexas, aunque ello haga que se pasen por alto algunos de los aspectos más fascinantes del fenómeno», escribió Gage.
Según parece, en términos cromáticos, no todo está tan claro ni es tan uniforme como pueda parecer: «Nuestros mecanismos visuales parecen capaces de reconstituir la gama completa de percepciones cromáticas a partir de una serie sumamente limitada de estímulos (rojo, verde, azul, así como luminosidad u oscuridad), del mismo modo que el vocabulario cromático parece operar con una serie muy limitada de términos ‘básicos’ o ‘primarios’. No obstante, como trataré de mostrar en capítulos subsiguientes, en la práctica la idea de los colores fundamentales ha estado lejos de ser universal», se lee en ‘Color y significado’.
«La historia del arte es un ámbito idóneo para la elaboración de una visión unificadora del color, habida cuenta de la incidencia directa que la práctica de artistas profesionales y artesanos ha tenido en las ideas sobre el color, amén de la ocasión que la supervivencia de tantas obras ofrece para el análisis mediante métodos técnicos cuya precisión y alcance no deja de aumentar», escribió Gage.
'¿Cuando la economía entra por la puerta, la calidad cromática salta por la ventana?'
Alguien dijo que ‘cuando la pobreza entra por la puerta, el amor salta por la ventana’… ¿Así pues, 'cuando la economía entra por la puerta, la calidad cromática salta por la ventana'? «El lapislázuli fue -y sigue siendo- una piedra rara y costosa, y nada sugiere con tanta firmeza la pervivencia en pleno Renacimiento de la actitud medieval hacia el valor intrínseco de los materiales como el hecho de que, bien entrado el siglo XVI, los contratos italianos de pinturas estipularan con frecuencia el uso del ultramarino y el oro exclusivamente para las áreas más importantes de la obra. Su compleja preparación propició la producción de pigmentos de otras calidades, y en ocasiones los contratos mencionan precios específicos, por ejemplo el del pigmento de máxima calidad que debía utilizarse para el manto de la Virgen María. Las razones de fondo de este énfasis en el uso de un pigmento específico son complejas, pero parece lícito suponer que, más allá de la simbología -sin duda propiciada por las cualidades ópticas del material-, obraba la justificada creencia en la durabilidad del ultramarino en contraposición a su rival principal, la azurita o carbonato básico de cobre, que solía tornar verde la humedad.
Un azul estable era, por tanto, costoso, y en consecuencia los técnicos del color buscaron con denuedo imitar estos pigmentos mediante sustitutos más económicos. La principal colección italiana de fórmulas de colorantes del siglo XV dedica un espacio muy extenso a los azules sintéticos (‘artificiales’), más económicos, que se pensaba poseían características visuales similares a los azules ‘naturales’, pero que probablemente eran mucho menos estables: resulta significativo que no haya rastro de dichos pigmentos en las pinturas italianas del Renacimiento que han sobrevivido hasta nuestros días», señalaba el autor del libro.
«Lo cierto es que, en los Países Bajos del siglo XV, donde la pintura al óleo conoció por primera vez su forma moderna, el uso del preciado lapislázuli fue menos extendido que en el sur de Europa: la nueva técnica de preparación de los colores tenía la ventaja de recubrir cada partícula de color con una capa de aceite, aislándola así de posibles interacciones químicas con otros pigmentos y reduciendo el riesgo de variaciones tonales. El empleo generalizado de la mezcla se hizo mucho menos arriesgado de lo que había sido hasta entonces, lo cual permitió la confección de una gama inédita de pigmentos».
Blanco y negro: el debate está servido
Para todos aquellos que reivindiquen el blanco y el negro, cabe destacar que ‘el arcoíris demuestra que el negro no está en el espectro visible del color. Todos los colores son reflejos de luz, a excepción del negro, ya que es la ausencia de luz', sostienen desde www.adobe.com. 'En comparación con el blanco y otros tonos -agregan las mismas fuentes-, el negro puro puede existir en la naturaleza sin ninguna luz. Algunas personas consideran que el blanco es un color debido a que la luz blanca incluye todas las tonalidades del espectro de luz visible. Por otro lado, otras personas consideran que el negro es un color, ya que se combinan otros pigmentos para crearlo en un papel. Sin embargo, en el ámbito técnico, el blanco y el negro no son colores, sino tonos que resaltan los colores’. Ok, vale, pero nadie podrá negar que ver una buena película en blanco y negro es como colorear los sentidos.
Y, por cierto, las letras de los libros son negras bajo un fondo blanco… ¡Viva los tonos que resaltan los colores!