Enric Arandes
El Dr. Javier Gutiérrez Valls, médico de la clínica dermatológica muntaDERM (Barcelona), es el autor del libro El doctor responde (Tu guía médica en casa), obra en la que se aborda, entre otros y muchos variados temas, el Burn Out o síndrome de ‘estar quemado’. El propio Gutiérrez Valls admite que él lo estuvo “bastante” cuando trabajaba en el sector sanitario público, por lo que “dejar la sanidad pública” le ha supuesto vivir “un respiro”. Para este dermatólogo, la frontera entre la publicidad y la información sobre salud es muy débil, tal y como lo demuestra el hecho de que haya “páginas en medios de comunicación que son publicidad encubierta”. El Dr. Javier Gutiérrez Valls opina, además, que el considerado como ‘padre de la medicina’, Hipócrates, “se llevaría las manos a la cabeza si viera que sus remedios aún hoy se practican”.
-¿Falta información comprensible en materia de salud entre los ciudadanos?
Falta lo que los médicos llamamos educación sanitaria. Hay una serie de conocimientos que deberían ser básicos en todos los estratos de la población.
-Pero hay quien dice que... en ocasiones, hay paciente que está mejor informado que ciertos profesionales…
En algunos casos se cree que es así, lo cual no es bueno, pues una persona tiene conocimientos en torno a su enfermedad o la que padece un familiar… pero el profesional los tiene de múltiples casos y de muchas situaciones respecto a determinada enfermedad, y, por lo tanto, las posibilidades de eficacia son muchísimo más elevadas.
-¿Cómo nació la idea de publicar El doctor responde (Tu guía médica en casa)?
Durante 10 años publiqué cada semana en el ‘Periódico de Cataluña’ la página de ‘Medicina y calidad de vida’. Cuando dejé de hacerla, y durante mucho tiempo, los lectores me solicitaban que la continuara en otro medio escrito o hablado. Quedó una asignatura pendiente, que gracias a Penguin Random House he podido superar.
-¿Cuál es, a fecha de hoy, la enfermedad de la que hay más desconocimiento?
Todas las víricas son las que más traen de cabeza al médico, y también las que son de origen desconocido y tienen padecimiento crónico. Es duro para el médico encontrarse con un enfermo crónico para cuyo padecimiento no hay tratamiento.
-¿Y en la que más conocimiento hay entre la población y en la que menos errores se producen?
Creo que los resfriados, catarros y gripes. Antiguamente se solucionaban a base de leche con coñac y antibióticos a discreción. Hoy, la población sabe que los antibióticos no tienen aquí utilidad, que sudar tras beber un licor no es recomendable y que el mejor tratamiento es sintomático.
-Alopecia. Una de las 50 enfermedades que se abordan en esta guía. Usted que es dermatólogo: ¿No hay nada para hacer crecer el pelo, en pleno siglo XXI?
Claro que hay, disponemos de fármacos muy eficaces; dejando aparte el clásico minoxidil, estamos obteniendo muy buenos resultados con el finasteride, el dutasteride, la flutamida, la espironolactona, etc.
-¿Por qué esas 50 enfermedades y no otras?
Porque son las que más frecuentemente padece la población general, y es importante conocer las cuatro cosas importantes de cada una de ellas.
-En esta guía se incluye el Burn Out: ¿Hay mucho profesional sanitario ‘quemado’?
Supongo que como en otras profesiones de responsabilidad que se quieran ejercer con seriedad y eficacia.
-¿Lo estuvo usted cuando trabajaba en el sector público?
Bastante. En 40 años hice de médico rural, de cabecera, de urgencias, de familia y como dermatólogo. Trabajé en ambulatorios, CAPs y hospitales. Y aunque hubo alegrías más allá de las penurias, dejar la sanidad pública fue un respiro.
-¿Y hay tratamiento eficaz para el Burn Out?
Claro que sí, y más de uno. Frecuentemente se necesita la colaboración de varios profesionales, pero es evidente que se aprende a convivir con él y en muchos casos llegar a superarlo sin ningún problema.
-¿Qué aporta una guía de enfermedades que no responda el Dr. Google?
Es un libro muy trabajado -antes de empezarse a escribir- con mi editora Teresa Petit, a la cual le debo las mil facilidades que me ha ofrecido. Creo que tratar un tema determinado de un modo sencillo y comprensible para la población general es muy didáctico. En el libro contamos con la inestimable ayuda de un experto en cada tema, lo cual añade el broche de oro a cada apartado.
-El Dr. Google es un cajón de sastre donde todo vale. Y hay quien se fía más de él, que de su médico. ¿La frontera entre la publicidad y la información es muy débil?
Totalmente de acuerdo. Además, hay páginas en medios de comunicación que son publicidad encubierta y, con frecuencia, diciendo verdades a medias o no llegando al fondo del tema, lo cual es desinformativo.
-¿Cuál cree que es la enfermedad más predominante, de la que es necesaria más información?
La enfermedad más frecuente es difícil de determinar, pues puede ser en invierno una y en verano otra, puede ser una en la infancia y otra en la vejez. En general, creo que conociendo las cosas básicas de estas 50 enfermedades se puede obtener un ‘máster en sanidad hogareña’.
-La desinformación puede acarrear serios problemas de salud pública. ¿Puede llegar el día en que el antibiótico no nos sirva?
A algunos antibióticos y antivíricos ya les ha llegado el día… las resistencias a antibióticos es una cosa tan seria y preocupante como el deterioro del planeta.
-¿Qué profesionales le han ayudado a responder aquellas preguntas que casi todo el paciente se hace en la consulta?
Profesionales de todas las especialidades de la medicina; pero más que ayudarme, han respondido con sus conocimientos y experiencia. A todos ellos les agradezco sinceramente su inestimable colaboración, y espero que en un segundo volumen de otras 50 enfermedades pueda contar con ellos.
-42 años lleva usted de profesión: ¿qué avance le ha impactado más durante este tiempo?
He visto que la higiene ha tenido un papel protagonista importante. La prevención de enfermedades también lo ha tenido, si bien creo que lo más espectacular ha sido el avance de la cirugía.
-Si tiene que elegir el dolor más intenso que existe, el que puede provocar desmayo, ¿cuál diría?
Las neuralgias, cualquiera que sea su origen.
-Hipocondríacos… ¿abstenerse de leer la guía?
En absoluto, todo lo contrario. El hipocondriaco, conociendo las enfermedades, debe perder el miedo. Esconder la cabeza como los avestruces genera ignorancia y temor a lo desconocido.
-¿En dermatología -recordemos que usted es dermatólogo- es donde surgen más mitos y leyendas por aquello de que cada paciente suele ser médico para el prójimo y recomienda lo que le ha ido bien?
En todas las ramas de la medicina hay mitos y leyendas y ‘curaciones milagrosas’. Es curiosa la firmeza con la que, de una persona a otra, se suele recomendar un tratamiento o incluso el nombre de un médico. Creo que eso es fruto de un afán por ayudar al prójimo. No es raro visitar a un paciente y, al acabar la visita, verle con cierta decepción porque él venía por recomendación de otra persona ‘a la que le hicimos un determinado tratamiento’ y a él ‘no se lo hemos hecho’… él venía para que le hiciéramos tal o cual tratamiento.
-¿Usted aboga como antaño por las fórmulas magistrales en dermatología?
Sí, porque pueden personalizarse para cada paciente y en muchísimas ocasiones permiten disponer de medicamentos aún no comercializados.
-Si Hipócrates resucitara, ¿se daría por satisfecho o se llevaría las manos a la cabeza?
Supongo que se sorprendería, pero Cajal, Pedro Pons, y Bañuelos también lo harían. Eso es bueno. Hipócrates se llevaría las manos a la cabeza si viera que sus remedios aún hoy se practican.
-¿Qué mensaje quiere dar al lector cuando éste lea ‘El doctor responde (Tu guía médica en casa)’?
Que sepa que se ha hecho con la intención de informar en lo posible y con el cariño que merece el que está interesado en los padecimientos de los humanos.
-Sepa que a veces, en la consulta, el médico no responde adecuadamente y falta empatía... y el paciente necesariamente debe acudir al Dr. Google o a lo que se le preste... ¿nos da algún consejo?
Que cambie de médico. Si no hay empatía se deteriora la relación médico-enfermo. No es bueno para ninguna de las dos partes.