Redacción Farmacosalud.com
El bruxismo (rechinar de dientes) debe diagnosticarse antes de colocarse un implante, ya que puede entrañar complicaciones mecánicas que pongan en riesgo las piezas, según una revisión de estudios del Instituto Dental ImplanT con motivo del Día Mundial de la Salud Bucodental, que se celebra el 20 de marzo. El estrés y la ansiedad son causas directas del bruxismo, según diversos estudios, explica el doctor Rodrigo Martínez Orcajo. Por ese motivo, afirma, “se ha incrementado el número de personas que lo sufren a consecuencia de estos motivos”. En las mujeres es mucho más frecuente que en los hombres, lo mismo que sucede con el síndrome de la articulación temporomandibular (ATM). Sin embargo, advierte, no es un trastorno exclusivo de los adultos: “Los niños también lo sufren y, de hecho, se ha notado un aumento considerable de casos en los últimos años”.
Una investigación publicada en el último número de la revista ‘Clinical implant dentistry and related research’ asegura que hay una relación directa entre el bruxismo y el fallo del implante. “Las prótesis en los bruxistas tienen un porcentaje de fallo mayor que en los no bruxistas. Por tanto, se podría sugerir que el bruxismo es un factor que causa complicaciones técnicas y biológicas y juega un papel importante en el fallo del implante”, asegura esta investigación. Otro estudio anterior, publicado en la misma revista concluye que el bruxismo no implica complicaciones biológicas para el implante, y sí lo relacionan con disfunciones mecánicas que pueden dañar dichas prótesis.
El trastorno suele conllevar mucha sensibilidad dental
“El bruxismo produce un impacto continuado en los dientes e implantes que puede causar la fractura en la pieza dental o incluso el fallo de los mismos”, destaca Martínez Orcajo, director del Instituto Dental ImplanT. Entre el 30 y el 50% de la población mundial, adolescente y adulta, padece bruxismo, según datos de la sección odontológica de la Organización Mundial de la Salud (OMS). “Es habitual que pasen años hasta que el bruxista acude al dentista, ya que no es consciente de que lo es, a menudo hasta que alguien del entorno oye el rechinar de dientes, se detectan desgastes dentales, comienzan los dolores o la mandíbula se bloquea. El paciente suele tener mucha sensibilidad dental porque se erosiona el esmalte y queda expuesta la dentina, que tiene sensibilidad a los estímulos térmicos y mecánicos”, precisa el doctor Martínez Orcajo.
Sin embargo, “también pueden aparecer otros síntomas como dolor en la mandíbula, en los oídos o cefalea, trastornos del sueño e incluso bloqueos o disminución de la apertura bucal; hay pacientes que se quedan con la boca abierta sin poderla ni abrir ni cerrar”, añade. Por ello, este especialista insiste en la importancia de solicitar diagnóstico y más de cara a una cirugía como la implantológica. “Con una exploración clínica y un estudio radiológico (radiografías especiales de la articulación o resonancias) se puede confirmar el diagnóstico y tratar de solucionarlo, sobre todo si se va a realizar un implante”, resalta. De otro modo, no sólo se pone en peligro las nuevas piezas dentales sino que pueden producirse problemas mandibulares, como el síndrome de la articulación temporomandibular (ATM). Una vez diagnosticado este trastorno se suele recomendar el uso de una férula de descarga que puede ser utilizada durante la noche. Este tipo de tratamiento ha demostrado ser eficaz para devolver la calidad de vida al paciente. Según un estudio reciente publicado en ‘Oral Health and preventive dentistry’, quienes utilizan la férula, un 75% de la muestra del estudio, aseguran haber mejorado su salud bucodental.