Redacción Farmacosalud.com
Hay un montón de personas que ya no conciben un verano sin aire acondicionado. La climatización artificial cada vez está más presente en nuestra vida cotidiana: en el automóvil, en la oficina y otros centros de trabajo, en espacios como entidades bancarias, supermercados, bibliotecas… y, como no, en casa. En aquellas noches veraniegas de auténtico insomnio, en las que el bochorno es prácticamente tropical, ahí es donde aparece el aire fresco artificial como gran solución para poder conciliar el sueño. Ahora bien, ¿dormir con el aire acondicionado activado puede comportar algún perjuicio para la salud? “No tiene por qué ser perjudicial. Cuando la temperatura nocturna es mayor de 24-25 grados es difícil conciliar el sueño y el aire acondicionado permite descansar mejor. Sin embargo, es necesario mantener alguna precaución, como que la corriente de aire frío no se dirija directamente al cuerpo porque puede producir contracturas musculares y dolor, y que el ambiente de la habitación se mantenga húmedo, dado que el aire acondicionado reseca las mucosas de la faringe y de la nariz”, explica la doctora Eloísa Fernández Santiago, médica de familia adscrita a la Unidad de Gestión Clínica de Las Palmeritas (Sevilla) y vicepresidenta de la Sociedad Andaluza de Medicina Familiar y Comunitaria (SAMFyC).
Si se toma como referencia unas 8 horas para dormir, permanecer durante ese período de tiempo bajo el influjo del aire acondicionado puede causar sequedad de garganta y afonía “si no se toman las precauciones referidas anteriormente. En este caso, el aire acondicionado ocasiona picor en los ojos, sequedad de piel y mucosas de la faringe y de la nariz, ronquera, congestión nasal, tos seca, dolor en oídos e incluso obstrucción bronquial”, advierte Fernández Santiago. Y, aunque la climatización artificial destinada a refrescar los espacios cerrados no causa resfriados, sí que “es cierto que el aire acondicionado hace más vulnerables las mucosas de la nariz y de la faringe a la invasión de virus y bacterias que circulen en el ambiente”, comenta la doctora. “Además, el aire acondicionado puede albergar virus, bacterias, pólenes y ácaros que se dispersan en micropartículas que pueden causar patología respiratoria. Para evitar esta diseminación de partículas contaminantes se recomienda utilizar equipos de aire acondicionado que permitan regenerar el aire ambiente y purificarlo a través de su sistema de filtros, y que sea óptimo el mantenimiento”, agrega.
“Si la temperatura ambiente lo permite es mejor dormir sin aire acondicionado”
Y la pregunta del millón: ¿es mejor refrescar el dormitorio y apagar el equipo de climatización justo antes de acostarse, o bien es mejor mantener el equipo encendido durante toda la noche? Según la vicepresidenta de SAMFyC, “si la temperatura ambiente lo permite es mejor dormir sin aire acondicionado para evitar la sequedad de las mucosas. Es importante proteger el hogar del sol y del calor durante el día con las medidas habituales, y si es posible, utilizar un ventilador nocturno en vez del aire acondicionado”.
Existen varios perfiles de personas que deben vigilar especialmente los efectos del frío artificial. A este respecto, la médica de familia detalla que “los pacientes con enfermedades reumáticas o articulares pueden empeorar si la temperatura es muy baja, o si la salida de aire les afecta directamente”. A lo que añade: “Las personas con enfermedades de las vías respiratorias, como asma bronquial o enfermedad pulmonar crónica, tienen más facilidad para contraer infecciones respiratorias en estancias cerradas con falta de renovación del aire… y el frío favorece la obstrucción bronquial, y con ello las crisis de asma. Estas consideraciones no contraindican el uso del aire acondicionado, puesto que mantener una temperatura adecuada es beneficioso para los enfermos; sencillamente, hay que observar con cuidado las precauciones”. En cuanto a bebés y personas de edad avanzada, la facultativa señala que “los niños pequeños y los ancianos tienen las mucosas, músculos y huesos más sensibles a las corrientes de frío y ambiente seco y pueden no reconocer, o no saber explicar, si tienen frío o calor. Además, su organismo tiene más dificultad de autorregulación de la temperatura corporal”.
Los cambios bruscos de temperatura pueden causar varios tipos de molestias
Por otro lado, la inmensa mayoría de la gente ha pasado por la experiencia de salir de un espacio con aire acondicionado y, de repente, notar una ‘bofetada’ de calor tremenda al entrar en contacto con la temperatura ambiente del exterior. De hecho, a veces no hay espacios de ‘transición’ que nos permitan ir adaptándonos gradualmente y durante unos segundos al cambio de temperatura que nos espera. Un ejemplo de esta situación: en pleno verano salimos de un vagón de tren climatizado y enseguida, en un segundo, ya estamos pisando un andén ubicado en el exterior, donde la sensación de calor es agobiante. Hay personas que por diferentes razones -laborales, sin ir más lejos- pueden experimentar cambios bruscos de temperatura con cierta frecuencia en períodos de extremo bochorno ambiental, por lo que la experta avisa: “Los cambios bruscos de temperatura pueden causar síntomas parecidos a los de una alergia, como congestión nasal, picor de ojos, intolerancia a las lentes de contacto, dolor de cabeza y cambios de la tensión arterial que se traducen en malestar y sensación de mareo”.
Por último, la doctora Fernández Santiago da una serie de consejos para que los usuarios utilicen correctamente los aparatos de aire acondicionado:
-Mantener la temperatura entre 20-27ºc, aproximadamente alrededor de los 24-25ºc, con humedad ambiental entre 40-60%.
-Verificar el estado de limpieza y revisión de filtros de los aparatos para que permanezcan libres de polvo, polen, bacterias y hongos.
-Ventilar las estancias donde se conecta la climatización para favorecer el recambio de aire ambiental.
-Ubicar las salidas de aire donde no haya personas.
-Reducir al máximo el nivel de ruido para facilitar el descanso y evitar el stress.
Los que ponen el aire acondicionado a la temperatura recomendada no son mayoría
Por otra parte, un estudio determina que 8 de cada 10 personas no pueden dormir en verano sin aire acondicionado. Esta es una de las conclusiones que se desprenden de un estudio difundido por la empresa Daikin para conocer las costumbres de uso de este tipo de tecnología doméstica. El 45% de los encuestados que disponen de dichos aparatos los activan frecuentemente por las noches o los programan en modo noche y un 37% enfría la habitación antes de irse a dormir. Respecto a la temperatura a la que los usuarios programan el equipo para estar a gusto en casa, el 52% afirma que pone el termostato entre 21 y 22ºC y sólo un 23% lo programa a 23-24ºC, que es la temperatura generalmente recomendada, indican las mismas fuentes; el 17%, entre 19-20ºC, y a un 5% comenta que suele tener el sistema de climatización entre 17-19ºC. Otra de las curiosidades que refleja este sondeo es que el 58% de las personas reconocen que nunca han limpiado el filtro de su equipo de aire acondicionado. Sólo 4 de cada 10 encuestados reconoce que limpia los filtros de su equipo de climatización, al menos una vez al año, concretamente antes del verano a pesar de que la limpieza de filtros de la unidad interior es un aspecto clave para mantener el equipo en perfecto estado de funcionamiento durante más tiempo, con lo que también se ahorra energía y se evitan malos olores.