Redacción Farmacosalud.com
La carencia de vitamina D es especialmente frecuente en zonas geográficas donde hay menos incidencia de rayos solares. A pesar del importante número de horas de sol al año que hay en España, los últimos estudios realizados apuntan “que el 87% de los españoles mayores de 65 años presenta insuficiencia de vitamina D, fundamentalmente por la combinación de varios factores: la falta de exposición al sol, la insuficiente ingestión alimentos ricos en vitamina D, la inadecuada absorción de ésta por parte del intestino debido a la edad, o la presencia de sobrepeso y obesidad”, apunta el profesor Jordi Salas-Salvadó, catedrático de Nutrición de la Universidad Rovira y Virgili. Para que el organismo aproveche la vitamina D es necesaria la energía solar, ya que mediante la acción de los rayos del sol el organismo será capaz de sintetizar esta vitamina. En este sentido, el experto asegura que para prevenir su déficit “es recomendable una prudente exposición solar diaria”.
En los últimos años, la vitamina D se ha visto involucrada en un mayor número de procesos fisiológicos, y como consecuencia, “la incidencia de diversas patologías como el cáncer, la esclerosis múltiple, la enfermedad inflamatoria intestinal, la diabetes tipo 2, la hipertensión o las enfermedades cardiovasculares se ha relacionado con niveles bajos de vitamina D, e incluso se ha demostrado que la administración de esta vitamina puede ser beneficiosa en el tratamiento de algunas de ellas”. Así lo explica Salas-Salvadó, han indicado desde la Real Academia Nacional de Medicina (RANM).
Raquitismo en la infancia por falta de vitamina D
La ingesta inadecuada de vitamina D y calcio durante la infancia y adolescencia puede provocar raquitismo, lo que dará lugar a la deformación y ablandamiento de los huesos, mientras que en la edad adulta su déficit puede provocar osteomalacia (debilidad muscular) y osteoporosis. Además de la moderada exposición al sol, para prevenir su déficit no deben faltar ciertos alimentos en la dieta. “Son ricos en vitamina D el pescado azul, el aceite de hígado de pescado (sobre todo el aceite de hígado de bacalao), la margarina, el huevo, la leche, derivados lácteos y alimentos fortificados”, explica el profesor Salas-Salvadó.
Esta vitamina participa en la homeostasis mineral, en la regulación de la expresión genética y en la diferenciación celular. Esta vitamina estimula la absorción de calcio y fósforo de los alimentos en el intestino delgado, especialmente en el yeyuno, y además incrementa en el riñón la reabsorción de calcio y fósforo, siendo esencial para mantener la concentración de estos minerales en la sangre y para la mineralización ósea. La cantidad diaria recomendada de vitamina D es de 10 µg (microgramos) al día (400 UI/día). Esta cantidad asegura la prevención del raquitismo y garantiza el adecuado desarrollo óseo en niños y adolescentes. Según explica el profesor, “la mayoría de niños y adolescentes recibe suficiente radiación solar, lo que suele asegurar niveles adecuados de esta vitamina. No obstante, hay necesidades especiales en momentos puntuales, como es el caso del embarazo, la lactancia o menopausia, donde la ingesta de calcio puede incrementarse hasta los 600 U/día”.