Redacción Farmacosalud.com
Con la llegada de las vacaciones de agosto, el período mayoritariamente vacacional en España, surge también la posibilidad de sufrir molestias en los oídos o que esos problemas aumenten. Tales contratiempos se suelen originar a través de bacterias u hongos que se encuentran en el agua y que entran en contacto con el conducto auditivo al sumergir la cabeza durante un largo periodo de tiempo. Por este motivo, los expertos señalan que el 84% de las otitis externas, también conocidas como ‘otitis del nadador’, se originan en verano, puesto que la combinación de agua y calor favorece su aparición.
La otitis ocurre con más frecuencia durante la época estival, sobre todo en niños de 0 a 7 años, ya que las visitas a las piscinas son más habituales. No obstante, puede producirse en cualquier otra estación del año siempre y cuando haya contacto constante con el agua. En esta situación, el conducto auditivo se inflama y se produce un fuerte dolor, que aumenta si se toca la zona auricular, especialmente en la parte frontal y también durante el masticado. Por ello, es importante aprender a detectar los signos de alarma, tales como la picazón o la sensación de tener la oreja taponada, puesto que, en el peor de los casos, puede incluso llegar a producir pérdida auditiva. Tal y como señala la Organización Mundial de la Salud (OMS), casi el 60% de las pérdidas auditivas en niños se debe a esta causa1.
Existe una serie de factores de riesgo que favorecen la aparición de otitis externa durante la temporada estival, tales como la humedad ambiental, temperatura elevada, sudoración excesiva, contaminación de las aguas o ausencia de cerumen en el conducto auditivo por limpieza excesiva del mismo.
Cómo prevenirla
En palabras de Julio Rodrigo Dacosta, director general de MED-EL en España y Portugal: “Antes de tratarla, es mejor prevenirla. Para ello es importante tener en cuenta que en el mar la presencia de algas, arena y cuerpos extraños favorece la formación de cerumen y la creación de tapones que aumentan el crecimiento bacteriano. En el caso de las piscinas, la concentración excesiva de cloro y un PH inadecuado favorecen la inflamación del conducto auditivo. No obstante, en cualquiera de los casos, si los baños son prolongados y hay un exceso de humedad que no se resuelve, también puede provocar otitis”.
Por tanto, para las personas propensas a padecer otitis es importante secar muy bien los oídos con una toalla limpia o con un secador de pelo, además de utilizar gorro de baño y tapones especiales en la playa o la piscina. También se debe evitar el baño en piscinas sin depurar o en sitios con aguas estancadas, puesto que son lugares donde proliferan las bacterias.
Cómo tratarla
En primer lugar, acudir a un médico, que recomendará el tratamiento a seguir según cada caso. Para tratar las otitis externas, es fundamental llevar a cabo una correcta higiene de los oídos. Para ello, se debe tener un control sobre las causas que predisponen a la aparición de otitis y mantener siempre limpio el conducto auditivo. Si fuese necesario, se puede recurrir a analgésicos y gotas óticas, compuestas de antibiótico, corticoides y pH ácido. Además, en los casos más graves puede ayudar la administración sistémica de antibióticos.
Cuando la otitis tiene un nivel avanzado y causa pérdida auditiva en el paciente, es necesario evaluar la posibilidad de utilizar un dispositivo auditivo.
Referencias
1. OMS (2021): Sordera y pérdida de la audición. Datos y cifras. https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/deafness-and-hearing-loss#:~:text=En%20los%20ni%C3%B1os%2C%20casi%20el,de%20audici%C3%B3n%20evitable%20y%20permanente.