Redacción Farmacosalud.com
El verano no es un buen aliado de la dermatitis atópica. “Los niños atópicos en verano es cuando mejor están; o sea precauciones pocas, las precauciones deben tomarse en invierno, o en épocas de polen o en cambios de temperatura o de estaciones, que es cuando se ponen peor”, explica la doctora Eulalia Baselga, quien añade que “el sol es un tratamiento para la dermatitis atópica” (sin olvidar que hay que prevenir las quemaduras solares). De hecho, el sol, combinado con la humedad propia de las zonas próximas al mar, son ideales para los niños atópicos. Estos pacientes deben evitar en la medida de lo posible las picaduras de insectos (los niños atópicos pueden ser muy alérgicos a ellas). También se recomienda usar filtros solares físicos (pantallas minerales) con el fin de evitar posibles alergias derivadas del uso de los filtros químicos, comenta Baselga, que es dermatóloga pediátrica del Hospital de Sant Pau y de la Clínica Dermik de Barcelona.