La Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) es la enfermedad respiratoria crónica más frecuente y conlleva un gran consumo de recursos sanitarios, sobre todo asociado a las agudizaciones de la patología. Aunque el tratamiento broncodilatador inhalado es la base fundamental del tratamiento en la EPOC, otras terapias dirigidas a mejorar aspectos sistémicos de la enfermedad (programas de rehabilitación y aumento de la actividad física, vacunaciones, control de infecciones respiratorias, etc) inciden de manera directa en el pronóstico de los pacientes. También los corticoides inhalados (CI), administrados junto con un broncodilatador, representan una terapia eficaz para el control de síntomas y agudizaciones en algunos pacientes con EPOC.
Sin embargo, los nuevos fármacos broncodilatadores, especialmente diseñados para el tratamiento de la EPOC, administrados de manera individual o conjunta, han mostrado mejoras importantes en los principales outcomes de esta patología, como síntomas, calidad de vida y actividad física, situación que de manera indirecta repercute en un mejor pronóstico.
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