Dos importantes avances para dos tipos de cáncer de piel. Por una parte, la combinación de fármacos biológicos Vemurafenib y Cobimetinib consigue detener el melanoma avanzado durante más de un año, ha revelado la compañía Roche. Por otro lado, Vismodegib, la primera terapia específica para el carcinoma basocelular (o carcinoma de células basales), mantiene la respuesta más de dos años en la fase avanzada de este tipo de tumor, ha informado la misma compañía.
La lucha contra el melanoma avanzado acaba de registrar un avance clave en el control de la enfermedad en fase avanzada al comprobarse que la combinación de dos fármacos biológicos permite frenar la progresión de este tumor durante más tiempo. Concretamente el uso conjunto de la terapia experimental Cobimetinib (GDC-0973) y la recién aprobada en España Vemurafenib (Zelboraf®) logró que los pacientes vivieran una mediana de 13,7 meses sin experimentar un avance de la enfermedad (supervivencia libre de progresión / SLP). Se estima que el 83% de ellos estaba vivo al cabo de un año. Los datos relativos a esta estrategia proceden del estudio fase Ib, BRIM7.
Doble golpe al melanoma
El especialista español Antoni Ribas, del Centro Oncólogico Jonsson de la Universidad de California y uno de los investigadores principales de este estudio, asegura que el objetivo de la combinación es obtener más respuestas, más duraderas y menos tóxicas. “Con los datos disponibles todo apunta a que esto es precisamente lo que estamos consiguiendo. Hay más pacientes que responden reduciendo el tamaño del tumor y además de forma más prolongada porque logran evitar algunos de los mecanismos de resistencia que el tumor desarrolla a estos fármacos. Además las toxicidades que genera Vemurafenib en solitario son menores cuando se usa combinado con el inhibidor de MEK. Todos los pacientes incluidos en el estudio experimentaron una reducción del tamaño del tumor al tiempo que las toxicidades disminuyen igualmente en la mayoría de los casos”.
Con la combinación, explica el doctor Ribas, “lanzamos un doble golpe al melanoma al duplicar el bloqueo de la señal que hace crecer al tumor. De este modo el riesgo de resistencia es menor, o al menos el tumor tarda más tiempo en hacerse resistente al efecto de la medicación. Eso, en términos de supervivencia libre de progresión, supone más de un año y no podemos olvidar que hace solo tres o cuatro años la supervivencia media no pasaba de los 6-9 meses. De hecho, es que mucho de lo que tenemos ahora era impensable hace poco tiempo; hablamos de una enfermedad que en fase avanzada podíamos, con suerte, tratar a uno de cada nueve pacientes. Ahora con los inhibidores y las inmunoterapias podemos tratar a muchos más y obtener respuestas que se traducen en pacientes que están viviendo años”.
3.600 casos anuales de melanoma en España
El estudio BRIM7 mostró que la combinación de Cobimetinib y Vemurafenib podría administrarse de forma conjunta, permitiendo a los pacientes incluidos recibir la pauta óptima de la combinación. En el total de pacientes que participan en el estudio (n=129), los efectos adversos más comunes fueron diarrea (64%), erupción no acneiforme (60%), fatiga (48%), nausea (45%), alteración hepática según prueba de laboratorio (40%) y fotosensibilidad (40%). Las complicaciones de grado ≥ 3 fueron alteración hepática según prueba de laboratorio (11%), carcinoma cutáneo de célula escamosa (9%), erupción no acneiforme (8%), anemia (7%), dolor en articulaciones (6%), fatiga (5%) y diarrea (5%).
En España se detectan al año unos 3.600 casos de melanoma, una proliferación maligna de los melanocitos que se desarrolla en la piel en más del 95% de los casos, sobre todo en tronco y extremidades. El melanoma cutáneo constituye un 4-10% de todos los tipos de cáncer diagnosticados en nuestro país. La supervivencia a los cinco años tras el diagnóstico es del 90% en fase temprana e inferior al 10% cuando está avanzado o en fase metastásica.
El carcinoma basocelular avanzado provoca deformidades
Vismodegib es el primer fármaco específico para el carcinoma basocelular avanzado, el cáncer de piel más común. Un tumor que cuando se ha diseminado y ya no puede operarse provoca deformidades que condicionan seriamente la vida de los pacientes. Nuevos datos de una investigación internacional acaban de confirmar su eficacia y seguridad, así como su respuesta a largo plazo en un centenar de pacientes, 71 de ellos con la enfermedad localmente avanzada y 33 con metástasis. Así lo ha mostrado una actualización de 30 meses de seguimiento respecto al análisis primario, lo que supone 39 meses desde que el último paciente inició el tratamiento, del estudio ERIVANCE.
Concretamente los datos de esta investigación internacional concluyen que entre los primeros la respuesta al tratamiento se cifró en más de dos años (26,2 meses) y que en aquellos con metástasis la supervivencia global (SG) alcanzó los 33,4 meses. En la enfermedad localmente avanzada, aún no se ha alcanzado la mediana de supervivencia global. La respuesta al tratamiento supone poder reducir el tamaño del tumor alcanzándose una respuesta completa en el 32% de los pacientes. Estos pacientes con la enfermedad avanzada ya no pueden ser operados o la cirugía no es apropiada; el carcinoma basocelular (o carcinoma de células basales) se considera, en general, curable particularmente cuando está limitado a un área pequeña de la piel. En algunos pocos casos el tumor avanza a una forma que o bien dificulta o imposibilita su extirpación pudiendo desfigurar al paciente (cáncer localmente avanzado) o bien se disemina a nódulos linfáticos cercanos u otros órganos del cuerpo (metástasis). En esta forma avanzada, la cirugía o la radioterapia ya no resultan tan eficaces. El CBC avanzado causa a menudo graves deformidades o pérdida funcional.
Vismodegib, novedad en un arsenal terapéutico muy limitado
El doctor Luis de la Cruz Merino, del Servicio de Oncología Médica del Hospital Universitario Virgen Macarena de Sevilla, asegura que en pacientes con la enfermedad metastásica los datos presentados reflejan una respuesta de varios años y eso en una patología como el carcinoma basocelular (CBC) resulta “muy alentador”. “Para estos casos, no teníamos ninguna terapia sistémica. Los intentos por mejorar la situación de los afectados con quimioterapia han sido frustrantes por su alto índice de toxicidad. Tampoco disponíamos de nada paliativo ni curativo para los pacientes con enfermedad localmente avanzada, que son la mayoría de los candidatos a este nuevo fármaco. En ellos ya no resultaba posible hacerles una cirugía más y ahora tenemos por fin un medicamento con un balance riesgo-toxicidad muy favorable”, añade este experto.
Vismodegib supone una novedad en un arsenal terapéutico muy limitado; de hecho, más allá de la cirugía, o la radioterapia si es factible, los especialistas habían ido probando la quimioterapia con escasos resultados. Aprobado tanto en Estados Unidos como en la Unión Europea desde el pasado mes de julio, el medicamento fue desarrollado para inhibir selectivamente la vía de señalización de Hedgehog, causante de la proliferación tumoral en más del 90% de los carcinomas basocelulares.
El fármaco permite corregir lesiones ulceradas
“Este fármaco cubre una necesidad médica que arrastrábamos para estos enfermos, que sufren mayor morbilidad y un notable deterioro de la calidad de vida”, explica el doctor de la Cruz, ya que permite, “corregir lesiones ulceradas que suelen ocasionar dolor, que habitualmente son sangrantes y que presentan riesgo de sobreinfecciones. Es un alivio para pacientes que se han tenido que someter a muchas cirugías previas, a veces hasta en 30 o 40 ocasiones, habitualmente en zonas del cráneo y la cara, que es donde con más frecuencia se localizan este tipo de tumores.”
La doctora Susana Puig, dermatóloga del Hospital Clínico de Barcelona, opina que la irrupción de Vismodegib representa “un cambio radical en el manejo de la enfermedad avanzada porque no teníamos nada cuando la cirugía dejaba de ser efectiva. En el 80% de los casos la cara es la zona afectada y la destrucción que el tumor provoca es precisamente ahí más agresiva, con un enorme impacto emocional y estético que afecta a su integración social y a la relación con la gente de su entorno. Por eso el riesgo de depresión en ellos es considerable. Al reducir el tumor, el nuevo tratamiento contribuye a mejorar mucho la calidad de vida”.
El carcinoma de células basales, relacionado con la exposición al sol
También se hizo un seguimiento a un grupo de 13 pacientes que suspendieron el tratamiento con Vismodegib. Los autores de este trabajo observaron que 8 de ellos no experimentaron una progresión del tumor, por lo que concluyen que una vez que se consigue la estabilización de la enfermedad, dejar de tomar Vismodegib no supone un rápido empeoramiento y podría mantenerse la respuesta durante más de un año. En este sentido, el doctor de la Cruz cuenta que en su hospital, cuando se ha suspendido el tratamiento por alguna complicación y luego se ha reanudado, se ha comprobado que la respuesta no remitía. “Aplicar el tratamiento de forma intermitente puede ser una estrategia interesante que debe tenerse en cuenta, dado que estamos ante una enfermedad de una agresividad biológica relativamente baja pero de enorme impacto sobre la calidad de vida”, explica.
El CBC es un tumor relacionado con la exposición al sol y es más frecuente en la población mayor, y sobre todo entre personas que trabajan al aire libre. Los datos del estudio ERIVANCE han mostrado que Vismodegib consigue que las lesiones cicatricen y ese beneficio, según los expertos, es clave para la vida social y laboral de estos pacientes. Esta especialista en dermatología asegura que son varias las razones que llevan a algunos pacientes a sufrir el tumor en sus fases más avanzadas. “Una es la ‘negligencia’ del paciente o de la familia que tienden a pensar que es una lesión en una persona mayor y que ya no merece la pena tratarlo. En otros casos, hay afectados que empezaron de jóvenes a desarrollar este tipo de carcinomas y ya han pasado por múltiples cirugías. En ellos el tumor ha ido progresando, y muchas veces es porque la primera intervención, cuando tenían veinte años, no fue la adecuada o no fue atendido por un especialista y ahora, con cincuenta años, se suceden las recaídas y las posibilidades de curarlo van siendo cada vez menores. Un tercer grupo lo integran aquellos cuyo tumor de inicio es de tal agresividad que aunque el abordaje sea el correcto, el tumor reaparece de forma incesante”, explica la doctora Puig.
Ante una herida que no acaba de curarse, visitar un especialista
Aun así, como indica esta experta, es imprescindible que ante cualquier lesión nueva en la piel o herida que no que acaba de curarse, se consulte sin demora con el especialista. “Muchas veces”, aclara, “el carcinoma inicialmente puede no tener pigmento y, por tanto, no aparecer un lunar, y presentarse con aspecto rosado, con una herida o costra que no termina de desaparecer. Esto es algo que debe conocer la población, como igualmente debe saber cuáles son los factores de riesgo, que son similares a los del melanoma: antecedentes familiares de cáncer de piel o melanoma, pieles y ojos claros, exposición al sol o quemaduras solares”.