Redacción Farmacosalud.com
En España uno de cada cuatro pacientes hospitalizados presenta desnutrición al ingreso hospitalario. Eso, ya de por sí, es durísimo. Pero es que, de acuerdo con varios expertos, la denominada desnutrición relacionada con la enfermedad (DRE) puede empeorar durante la estancia hospitalaria, aspecto que es tan duro como chocante. Según el doctor Miguel León, jefe de la Unidad de Nutrición Clínica del Hospital Doce de Octubre (Madrid) y presidente de la Sociedad Española de Nutrición Parenteral y Enteral (SENPE), “la desnutrición relacionada con la enfermedad es una enfermedad ‘oculta’ diluida en la afluencia de la sociedad occidental. Se da la relevancia debida a la obesidad, pero se minusvalora la que realmente tiene la desnutrición”.
En opinión de León, hay que “establecer una cultura que dé la relevancia debida a los aspectos nutricionales. Se puede medir la presión arterial varias veces al día, pero es un hito que se mida y recoja en la historia clínica el peso y la talla, o que se haga un cribado nutricional en la valoración de enfermería cuando ingresa el paciente”. A juicio de este experto, las soluciones existen, pero para que se conviertan en realidad hay que llevar a cabo una serie de medidas correctoras en las rutinas asistenciales en general y en las hospitalarias en particular.
Reducción del índice de masa corporal y menos fuerza muscular
Se considera que una persona sufre DRE cuando presenta una enfermedad -aguda o crónica- y ese mismo sujeto ha reducido su consumo de alimentos al tiempo que ha experimentado una pérdida de peso significativa en los últimos meses. Dicha pérdida se manifiesta por una reducción del índice de masa corporal, o de la masa grasa y masa libre de grasa en la composición corporal, acompañada de una disminución de la capacidad para realizar funciones del organismo, como la fuerza muscular. Por lo que respecta al perfil de paciente que corre más peligro de padecer un episodio de DRE, León revela que “en España se realizó un estudio de prevalencia de la DRE en el ámbito hospitalario. En resumen, las características asociadas con más frecuencia son mujeres, personas mayores, con ingreso desde la Urgencia Hospitalaria frente a los que ingresan de forma electiva, más en áreas médicas que en quirúrgicas”.
En orden descendente, las patologías más frecuentes que suelen propiciar la aparición de un cuadro de desnutrición relacionada con la enfermedad son las neoplasias y las enfermedades del aparato respiratorio, sistema circulatorio, aparato digestivo y aparato genito-urinario. Según el presidente de SENPE, “no cabe duda que la pobreza contribuye a agravar la Desnutrición Relacionada con la Enfermedad. Pero es importante distinguir la desnutrición secundaria a causas económicas y sociales, que conducen a la pobreza, de la desnutrición relacionada con la enfermedad. Esto hace que incluso en sociedades afluentes pueda haber un muy importante porcentaje de pacientes que sufren o están en riesgo de desnutrición, con independencia de que haya una crisis económica”.
En Europa hay 33 millones de adultos que están en una situación de riesgo de desnutrición relacionada con la enfermedad (DRE). A criterio del doctor León, esa cifra “indica la magnitud del problema. Existen diferentes estudios de prevalencia de riesgo de desnutrición asociada a la enfermedad. Las cifras varían según el nivel de asistencia sanitaria, siendo más elevadas en el ámbito hospitalario, donde como media se observa un riesgo de desnutrición del 25%. Se habla también de entre un 10 y 15% de personas mayores que viven en su domicilio y de hasta un 60% de los que viven en una residencia de mayores, dependiendo del tipo de institución. La desnutrición relacionada con la enfermedad es una enfermedad ‘oculta’ diluida en la afluencia de la sociedad occidental. Se da la relevancia debida a la obesidad, pero se minusvalora la que realmente tiene la desnutrición”.
1 de cada 4 hospitalizados presenta desnutrición al ingreso hospitalario
En España uno de cada cuatro pacientes hospitalizados presenta desnutrición al ingreso hospitalario. Para el doctor León, queda mucho, muchísimo por hacer para intentar cambiar esa alarmante realidad: “Es bien conocido que lo que no se mide, no se conoce. La falta de protocolos de cribado y tratamiento nutricional realizados de forma habitual en todos los niveles de atención sanitaria y la ausencia de registro de la situación nutricional de los pacientes hace que no se tomen medidas posibles, el problema se acreciente y se ponga de manifiesto sólo cuando se realizan estudios de prevalencia de la desnutrición relacionada con la enfermedad”.
Por si todo esto fuera poco, los expertos consideran que la DRE puede empeorar durante la estancia en el hospital[1]. Llegados hasta este punto, uno se pregunta cómo es posible que se llegue a esta situación, si el paciente está rodeado de enfermeras/os y médicos durante su estancia hospitalaria. “La enfermedad -señala el especialista- puede producir anorexia y aumento de los requerimientos nutricionales. Ambos aspectos deben ser abordados. Pero más importante aún es establecer una cultura que dé la relevancia debida a los aspectos nutricionales. Se puede medir la presión arterial varias veces al día, pero es un hito que se mida y recoja en la historia clínica el peso y la talla, o que se haga un cribado nutricional en la valoración de enfermería cuando ingresa el paciente. Hay que observar y registrar lo que el paciente come, hay que proteger los horarios de las comidas de exploraciones y vistas médicas, etc. Si este tipo de medidas no están incorporadas a la rutina asistencial, no se van a llevar a cabo, y es fácil comprender cómo los pacientes hospitalizados sufren un elevado riesgo de empeorar su estado nutricional”.
Es más, dado que se considera que la desnutrición relacionada con la enfermedad es un problema común en todos los niveles de la atención sanitaria, desde la atención primaria a la especializada y en centros de atención geriátrica, León opina que la adopción de soluciones debe ser compartida por todos los escalones asistenciales sanitarios: “Es muy importante establecer protocolos que contemplen la realización de una valoración del riesgo nutricional, de la valoración nutricional más detallada en aquellas personas que tienen riesgo de desnutrición, aprovechar todas las posibilidades que presta la terapia médica nutricional, desde modificaciones y enriquecimiento de la dieta oral convencional, el recurso a una suplementación nutricional ajustada de forma individualizada, o, si es preciso, recurrir a formas de nutrición artificial como la nutrición enteral o parenteral”.
“Es preciso monitorizar la evolución en respuesta a la intervención nutricional”
“Además, es preciso monitorizar la evolución de los pacientes en respuesta a la intervención nutricional, que debe ser registrada en la historia. Por último, es clave que los diferentes ámbitos de asistencia sanitaria compartan los mismos sistemas de información y protocolos de actuación, de modo que cuando el paciente va de un ámbito a otro los profesionales sanitarios conozcan su situación y tratamiento nutricional, de forma que éste no se interrumpa”, añade.
Más de un centenar de figuras destacadas del sector sanitario y asociaciones de pacientes de 13 países se han reunido en Berlín recientemente para intercambiar buenas prácticas y discutir sobre futuras acciones para mejorar el cuidado nutricional en toda Europa. Por parte de España el encuentro ha contado con la representación de SENPE, la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG), el Consejo Enfermería, la Alianza de Pacientes, la Comunidad de Madrid y la Asociación Española de Fabricantes y Distribuidores de Productos de Nutrición Enteral (AENE).
El programa y la conferencia han sido coordinados por la Alianza Europea de Nutrición para la Salud (European Nutrition for Health Alliance, ENHA) y sus miembros los profesores Anne de Looy y Olle Ljungqvist. “Nuestro principal objetivo es establecer plataformas multidisciplinares nacionales y la implementación de los programas de Cuidado Nutricional Óptimo para Todos en todos los países europeos en el año 2020”, han señalado. Al apoyo del Parlamento Europeo en 2010 y la adopción desde 2012 de programas destinados a erradicar la malnutrición y la desnutrición relacionada con la enfermedad en la UE y a los programas OMS-EURO, se suma el programa Cuidado Nutricional Óptimo para Todos (Optimal Nutritional Care for All), que acelerará la implementación de las mejores prácticas en cada país.
Equipos multidisciplinares de médicos, enfermeras, farmacéuticos y dietistas trabajan conjuntamente en “equipos nutricionales” tanto en el entorno clínico como de la comunidad para garantizar que se identifican aquellos pacientes en riesgo y que se hace un seguimiento con el fin de mejorar los resultados de los pacientes y controlar los costes sanitarios. Sólo en hospitales, la estancia media de un paciente anciano desnutrido es de 11 días, mientras que en un paciente normonutrido es de 8 días[1].
La desnutrición dispara los costes económicos de la hospitalización
En términos económicos, la diferencia más significativa se presenta en el caso de los pacientes que se desnutren durante la estancia hospitalaria con respecto a los que no presentan desnutrición en ningún momento. En el caso del primer grupo de enfermos, el coste casi se dobla (12.237€ frente a 6.408€) con respecto al segundo grupo, el correspondiente a las personas sin problemas nutricionales. En el caso de los pacientes que ingresan con riesgo nutricional, el coste hospitalario es de unos 1.400€ más por estancia en el hospital que el de los pacientes que no presentan ese riesgo en el momento del ingreso[1].
Referencias
1. Nutr. Hosp. vol.27 no.4 Madrid jul.-ago. 2012. Prevalence and costs of malnutrition in hospitalized patients; the PREDyCES®Study. M. Planas Vila1 J. Álvarez-Hernández2, A. García de Lorenzo3, S. Celaya-Pérez4, M. León-Sanz5, P. García-Lorda6 and M.Brosa7