Redacción Farmacosalud.com
No hay dos sin tres… esperemos que, en este caso, se cumpla también el famoso dicho popular. Hace escasos días se conocía que una novedosa terapia combinada -inhibición de la proteína p38 + el uso de medicamentos taxanos- podría minimizar el riesgo de recaída y metástasis en cáncer de mama triple negativo, un subtipo de tumor mamario caracterizado por su gran agresividad y la existencia de pocas opciones terapéuticas para poder atacarlo. Pues bien, ahora se ha sabido que una esperanzadora inmunoterapia ha logrado curar a una mujer que padecía un tumor mamario metastásico, un caso que podría servir como rampa de lanzamiento para el uso de la estrategia inmunoterápica frente al mencionado cáncer de mama triple negativo, comenta la doctora Ana Lluch, jefa del Servicio de Oncología del Hospital Clínico Universitario de Valencia. A ver si, con un poco de suerte, próximamente aparece una tercera terapia para intentar plantar cara a esta dura variante del tumor mamario… no hay dos sin tres.
Pero, por ahora, lo que hay que hacer es centrarse en los hallazgos ya realizados y no hacer medicina-ficción. Como decíamos, una forma de innovadora inmunoterapia ha logrado curar a una mujer que padecía cáncer de mama metastásico. Según los autores del estudio, la estrategia inmunoterápica -eficaz en otros tipos de tumor maligno pero hasta ahora no en el mamario- representa un nuevo enfoque terapéutico para estas pacientes. “Es un hallazgo importante”, si bien todavía hay que llevar a cabo ensayos clínicos que permitan determinar la aplicabilidad del nuevo método en otras personas afectadas por la enfermedad, puntualiza Lluch.
La importancia de la medicina personalizada
La doctora destaca que la nueva estrategia inmunoterápica es “compleja” y “especial”, dado que no cumple con el estándar de las inmunoterapias que se están estudiando y por ello “debe realizarse en centros donde tengan áreas de investigación importantes”. El tratamiento consiste en obtener linfocitos (células inmunitarias o defensas) de la propia paciente, tratarlos en el laboratorio y transferirlos a la misma paciente para que ataquen a las células tumorales (transferencia autóloga, o que se origina en el mismo individuo que la recibe). Así, los linfocitos son estimulados in vitro (fuera del organismo de las pacientes) con el fin de intentar crear una ‘masa’ linfocitaria que actúe contra las células cancerosas. “Es una prueba de concepto muy importante que, aunque haya sido efectiva solo en una paciente, indica que hay ciertos tipos de tumores que podrían responder a esta forma de tratamiento”, señala la experta.
A juicio de la doctora Lluch, el novedoso procedimiento podría ser efectivo en cáncer de mama triple negativo, pero “no en todos los triples negativos”, sino en “un pequeño número” de tales casos, por lo que resultará muy importante “saber seleccionar en qué triples negativos podría responder”. Sea como fuere, Lluch insiste en la importancia de potenciar tratamientos personalizados como el que representa la estrategia inmunoterápica, dado que la tendencia más optima es que cada mujer con cáncer de mama reciba un “tratamiento adaptado a su tipo de tumor… esto cada vez más lo tenemos más claro”. La jefa del Servicio de Oncología del Hospital Clínico Universitario de Valencia recuerda que, en el ámbito terapéutico del cáncer de mama triple negativo, “tenemos pocas cosas”, de manera que “todo avance” que vaya dirigido a ese subgrupo de pacientes “es bienvenido”.
La novedosa inmunoterapia se ha probado con éxito en una mujer con cáncer de mama metastásico, es decir, cuando el tumor ya estaba diseminándose. De ahí que la oncóloga reivindique la precocidad a la hora de aplicar los tratamientos potencialmente eficaces: “Cuanto antes tratemos a una mujer, mejor; cada vez más los ensayos no se dirigen a pacientes multitratadas, sino que cada vez más vamos a pacientes que estén menos tratadas… para que, si queremos ver una eficacia, la veamos cuanto antes, sobre todo cuando los tratamientos hayan creado todavía pocas resistencias”.