Redacción Farmacosalud.com
En el marco del 58 Congreso de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG), celebrado entre el 8 y 10 de junio de 2016 en Sevilla, se desarrolló el taller ‘Depresión: nuevas perspectivas en el tratamiento individual’, siendo los ponentes el Profesor Cecilio Álamo González, Catedrático de Farmacología de la Universidad de Alcalá; el doctor José María García-Alberca, Psiquiatra del Instituto Andaluz de Neurociencia y Conducta (IANEC) de Málaga, y el doctor Alfredo Yanes Ortiz de Zárate, Geriatra del Centro Orpea de Torrelodones (Madrid) y como moderadora intervino la Dra. Pilar García García de la Universidad de Alcalá.
Aspectos farmacológicos de Tianeptina: Un antidepresivo con propiedades ansiolíticas y neuroprotectoras para el anciano
Clásicamente, los antidepresivos se caracterizan porque aumentan la tasa de monoaminas en la hendidura sináptica inhibiendo la recaptación de las monoaminas. Según el profesor Cecilio Álamo González, la tianeptina no inhibe la recaptación de monoaminas, lo que la convierte en un “antidepresivo diferencial”. Según comenta, con tianeptina no se producen “los efectos consecuentes al aumento de serotonina en tubo digestivo” como son las náuseas o vómitos, ni tampoco se registran “alteraciones de la esfera sexual”.
El estrés continuado es un modelo experimental de depresión porque reproduce claramente lo que es la depresión en el ser humano. De acuerdo con el Profesor, se sabe que el estrés genera aumentos de glutamato, que es un tóxico que puede causar muerte neuronal, y también de cortisol, con capacidad igualmente de provocar apoptosis neuronal. En cambio, con el estrés disminuye el BDNF, que es una neurotrofina que tiene la capacidad de proteger a la neurona frente a los ataques producidos por el glutamato y el cortisol, “lo que explica que haya una atrofia y muerte neuronal en muchos pacientes” con depresión y estrés continuado.
Aspectos clínicos y diagnósticos de la depresión en el paciente anciano ambulatorio
En opinión del doctor José María García-Alberca, “los antidepresivos tricíclicos son unos magníficos fármacos con capacidad antidepresiva para el tratamiento de los episodios depresivos, tanto en el paciente adulto como en el paciente anciano. Sin embargo, en el paciente anciano, a pesar de su reconocida eficacia, no son fármacos recomendables de primera elección, de primera línea, debido principalmente a su alto nivel de efectos secundarios, especialmente de tipo anticolinérgico, cardiovascular o extrapiramidal”.
Para García-Alberca, resulta “muy interesante” utilizar tianeptina en pacientes de edad avanzada porque el fármaco “ha demostrado un foco de actuación en la disfunción glutamatérgica y en los problemas de neuroplasticidad y deterioro cognitivo”. Además, señala el experto, este medicamento presenta un perfil de efectos secundarios “muy bajo” y se muestra eficaz “en el control de la sintomatología”, lo que se traduce en que haya “poco riesgo de persistencia de sintomatología y de cronificación” de la patología. Todo ello comporta que “tianeptina pueda y deba ser considerado hoy en día como un fármaco de elección, de primer nivel, en el tratamiento de un episodio depresivo o sintomatología depresiva en un paciente anciano”, asevera.
Zinosal: Experiencia en un centro geriátrico
A juicio del doctor Alfredo Yanes Ortiz de Zárate, entre los aspectos a valorar a la hora de prescribir un antidepresivo a un paciente anciano figura que el fármaco tenga escasos efectos adversos, que sea rápido en el comienzo de su acción, que sirva para la prevención de la cronicidad y de las recaídas, y que presente pocas interacciones con otros medicamentos, en tanto que una persona de edad avanzada suele padecer muchas patologías y “suele tener, lógicamente, muchos fármacos asociados para tratar esas patologías”.
El geriatra considera que el mecanismo de acción de tianeptina (Zinosal) es “muy rápido”, dado que “los resultados se ven habitualmente en el plazo de dos semanas”. El fármaco -agrega- también mejora los síntomas de ansiedad, tanto psíquica como somática, mejora y mantiene el rendimiento cognitivo, mejora funcionalmente al paciente en todas las actividades básicas de su vida diaria, y “disminuye la frecuencia de la ideación autolítica”, algo que es muy importante porque “el anciano tiene, en gran proporción, una ideación hacia la muerte y el suicidio”.