Redacción Farmacosalud.com
‘Deme algo para los gases’. Es una frase que los farmacéuticos escuchan con frecuencia en sus establecimientos y que puede dar lugar a la aparición de ciertas dudas sobre la manera de resolver los casos expuestos. Por suerte, existe una guía centrada en gases gastrointestinales y digestiones pesadas -‘Actuación farmacéutica en gases y digestiones pesadas’- que orienta a los profesionales de la salud a la hora de manejar las solicitudes de los usuarios, quienes deben saber que desde la farmacia también se les puede ayudar a solucionar ese tipo de problemas. “Al hablar de gases nos estamos refiriendo a alguno de los tres trastornos fundamentales que se producen por acumulación de aire a nivel intestinal: 1) eruptación excesiva, consistente en la expulsión por la boca del aire deglutido; 2) meteorismo, caracterizado por la distensión abdominal y sensación de plenitud especialmente después de las comidas, y 3) flatulencia, ventosidades o ‘pedos’, mediante los cuales se expulsa el aire del estómago e intestino a través del ano”, explica la Dra. Elsa López Pintor, miembro del Área Científica de la Sociedad Española de Farmacia Familiar y Comunitaria (SEFAC) y profesora del Área de Farmacia y Tecnología Farmacéutica de la Universidad Miguel Hernández de Elche (Alicante).
Así pues, la guía abarca un amplio abanico de molestias asociadas a los gases. El documento instruye sobre la actuación farmacéutica más apropiada en función de un conjunto mínimos de datos básicos, como la sintomatología que presenta el paciente, tiempo de evolución, cribado de síntomas de alarma, hábitos de vida y alimentación y características fisiopatológicas y farmacoterapéuticas del usuario. La evaluación de estos factores es lo que ayuda al farmacéutico en la toma de decisiones, incluyendo la selección del tratamiento más adecuado para cada caso. “En el caso de las ventosidades, interesa si el paciente las asocia a la ingesta de algún alimento concreto”, mientras que el olor de las mismas (malolientes, inodoras, etc) “puede orientar igualmente sobre su etiología y ayudar a seleccionar el tratamiento”, precisa López Pintor.
Existen una serie de criterios de derivación al médico
La guía, además, incluye las medidas higiénico-dietéticas que, de forma individualizada, pueden y deben indicarse a cualquier paciente que consulta por gases. Sin embargo, el Servicio de Indicación Farmacéutica per se considera criterios de derivación al médico a la población pediátrica, lactantes, embarazadas y pacientes ancianos. Por tanto, en esos pacientes, aunque existen tratamientos que pueden utilizarse sin necesidad de receta médica, la actuación profesional más apropiada es derivar y recomendar medidas no farmacológicas de soporte.
En paralelo, el cribado de los síntomas de alarma es uno de los aspectos clave para que desde el mostrador se pueda saber cuándo es recomendable derivar a un usuario al especialista médico. Se consideran síntomas de alarma y, en este sentido, son criterios de derivación que contraindican la automedicación los siguientes:
1. Cuando la sintomatología se acompaña de dolor abdominal o rectal, o precede a vómitos, náuseas, fiebre, anorexia y distensión abdominal sin expulsión de gases o heces.
2. Presencia de sangre en heces; estreñimiento prolongado.
3. Cuando se repiten de forma continuada y no remiten aun con modificación de hábitos, alimentación o farmacoterapia.
4. En situaciones especiales: embarazo, lactancia, pediatría.
Ejemplo de Indicación Farmacéutica en gases
El punto de partida para el abordaje de los gases requiere identificar la causa que produce estas alteraciones y la pesadez de estómago y conocer los principales síntomas que presenta la persona afectada. Una vez tratado este punto, el documento recoge paso a paso las pautas para que el profesional farmacéutico pueda evaluar cada caso y valorar distintas opciones de tratamiento, tanto farmacológico como no farmacológico. De acuerdo con la profesora de la Universidad Miguel Hernández, “un ejemplo de Indicación Farmacéutica en gases sería el que sigue a continuación”:
1. Descripción del caso, sintomatología y motivo de consulta. Paciente varón de mediana edad que acude a la farmacia pidiendo ‘algo para’ los gases. Relata que desde hace unos cuantos días presenta síntomas de hinchazón, flatulencia y eruptos reiterados que, aunque leves, se le hacen muy molestos y le producen situaciones embarazosas en su día a día.
2. No presenta síntomas de alarma.
3. Hábitos de vida y su relación con el trastorno. Es visitador médico; come a menudo fuera de casa, a veces no tiene mucho tiempo y come rápido ‘lo que pilla’ y de forma no planificada; consume al menos dos bebidas gaseosas al día. Esta semana especialmente ha tenido mucho lío de trabajo y un par de comidas de trabajo copiosas, pero resalta que por las noches, y para contrarrestar, se ha tomado ensaladas y ‘verduritas’. Hace ejercicio físico muy de vez en cuando, pero ‘no le hace mucha falta’ porque en su día a día no para. Hábitos defecatorios más o menos regulares; una vez al día/cada dos días.
4. Enfermedades conocidas/otros medicamentos: No
5. Evaluación del caso. Las molestias intestinales de este paciente parecen estar directamente relacionadas con sus hábitos dietéticos. No presenta ningún criterio de derivación ni contraindicaciones a la automedicación.
• Medidas farmacológicas: los gases/hinchazón podrían tratarse de elección con un medicamento a base de simeticona o la asociación de dimeticona-pancreatina.
-Dosis: en función del preparado. Por ejemplo, dimeticona/pancreatina de 1 a 2 comprimidos en cada comida, ingeridos sin masticar.
-Duración del tratamiento: máximo diez días; si los síntomas persisten o no mejoran debe reevaluarse la situación.
• Medidas de soporte: explicar al paciente el origen del trastorno y cómo prevenirlo. El paciente debería tratar de moderar las comidas copiosas y el consumo de bebidas gaseosas. Evitar las verduras flatulentas y alimentos con mayor probabilidad de generar gas. Sería una buena recomendación ayudarle a planificar mejor las cenas, y en general asesorar al paciente sobre las medidas dietéticas que pueden hacer disminuir la aparición de gases.
Opciones terapéuticas
Aunque la mayoría de los casos de gases gastrointestinales no revisten mayor gravedad, es una situación molesta para el paciente, que busca un alivio rápido y eficaz. Existen varias opciones terapéuticas.
Sin receta:
-Siliconas en monoterapia (simeticona)
-Siliconas en asociación: dimeticona/pancreatina
-Carbón activado
Tratamientos complementarios:
-Probióticos
-Plantas medicinales de acción carminativa
Opciones de tratamiento con receta:
-Siliconas en asociación: simeticona +cleboprida; dimeticona/simeticona+ metoclopramida
“Las siliconas actúan reduciendo la tensión superficial de las burbujas de gas, haciendo que se rompan y puedan eliminarse con mayor facilidad mediante eruptos o a través del ano. Se consideran medicamentos seguros y la evidencia científica muestra que son efectivos en algunos pacientes, por lo que es una buena opción de tratamiento. La asociación con enzimas pancreáticas ayuda a mejorar las digestiones pesadas, ejerciendo por tanto una doble acción”, apunta López Pintor.
“Las propiedades antiflatulentas del carbón activado se relacionan con su efecto adsorbente. Sin embargo, no existen evidencias sobre ello; se ha sugerido que puede ser beneficioso en caso de gases malolientes con alto contenido en azufre”, señala.
Con respecto a los medicamentos que requieren receta médica, son combinaciones de siliconas con procinéticos como cleboprida o metoclopramida. “La cleboprida -detalla la miembro de SEFAC- es un antagonista de los receptores dopaminérgicos D2 con acción procinética y antiemética; en combinación, su acción complementa la acción antiespumante de las siliconas. Sin embargo, su acción procinética puede afectar a la absorción de otros medicamentos. La asociación de siliconas con metoclopramida es útil cuando los gases se asocian a náuseas; también interfiere en la absorción de numerosos medicamentos, lo que debe tenerse en cuenta en su dispensación”.
En cuanto a las terapias no farmacológicas (principalmente probióticos y plantas con acción carminativa, como hinojo o menta), “algunos estudios sugieren la eficacia de determinadas cepas de probióticos en la mejora de trastornos gastrointestinales” tipo diarrea, estreñimiento, síndrome de intestino irritable o flatulencia, mediante la aplicación, principalmente, de “bacterias del género Lactobacilli y Bifidobacteria”, indica López Pintor. “Ejercen un efecto modulador de la flora intestinal, reduciendo los microorganismos patógenos y los relacionados con la sintomatología gastrointestinal. Sin embargo, son necesarias mayores evidencias al respecto”, puntualiza la especialista, quien agrega que “los carminativos como hinojo o menta presentan evidencia insuficiente, pero se utilizan ampliamente en el tratamiento de los gases”.