Redacción farmacosalud.com
Una curvatura de pene puede generar un doble efecto: “hilaridad” en la persona que la ve por primera vez (por ejemplo, pareja del afectado), pero también “angustia en la persona que la padece, a veces con pérdida rápida de erección” incluida y aparición de secuelas psicológicas que socavan su autoestima, ha afirmado el doctor Mariano Rosselló, urólogo y andrólogo y director del Instituto de Medicina Sexual (IMS). Además, las posibles ‘risitas’ de la persona receptora del pene en el momento de visualizar ese miembro viril torcido pueden, por decirlo de algún modo, volverse en su contra durante el acto sexual, ya que si la curvatura es bastante pronunciada puede haber dolor en la pared vaginal.
Tanto es así, que muchos de los pacientes que han acudido a la consulta del doctor Rosselló para tratarse de esta afección lo han hecho impulsados por las quejas de sus parejas.
Curvatura de nacimiento, o bien adquirida
La curvatura de pene puede ser congénita, es decir, surgida de nacimiento, o bien se está ante la enfermedad de Peyronie, que se produce cuando la curvatura se adquiere. Teniendo en cuenta que el pene en erección suele ser habitualmente recto, cualquier hombre puede ‘diagnosticarse’ a sí mismo observándose sus genitales para comprobar “si con el paso del tiempo cambia el ángulo de emergencia del pene”, ha explicado el doctor. Aunque no se ha establecido una tabla de inclinaciones estándar que sirvan de medición y diagnóstico de las alteraciones porque hay muchas tipologías de miembros viriles (más largo, más grueso, más estrecho etc.), sí se recomienda estar atento a posibles modificaciones en la anatomía genital propia: “Hay que vigilarse porque hay un 5, casi un 10% de hombres que pueden tener una curvatura adquirida; hay que ir al médico cuanto antes porque si se trata de una enfermedad de Peyronie típica, es más fácil curarla”, ha revelado Rosselló.
En principio, la longitud del miembro viril no influye en la aparición de un cuadro de curvatura (la extensión estándar del pene en erección del hombre blanco caucásico está comprendida entre los 12 y 14 centímetros). De todos modos, “en un pene más largo” existen más posibilidades de que se doble “si el coito es un poco brusco”, o sea, puede producirse “una fractura de los dos cuerpos cavernosos que hay” en el miembro, ha precisado el urólogo y andrólogo. Si bien la mayoría de casos de la enfermedad de Peyronie tienen su origen en microtraumatismos de los vasos sanguíneos del pene durante la relación sexual, de ningún modo se está hablando de violencia en el acto de penetración, sino de un “traumatismo coital por un movimiento brusco de la pareja o de él mismo (del hombre)”, ha señalado el facultativo. “Incluso algunos chicos que se han masturbado y han querido forzar el pene hacia abajo o arriba, o hacia un lado, han roto la túnica albugínea del cuerpo cavernoso”, ha añadido.
La edad media de aparición de la dolencia de Peyronie, los 50 años
El doctor Rosselló, que atribuye a posibles carencias informativas en la etapa escolar el gran desconocimiento existente sobre la curvatura de pene, ha explicado que entre los factores de riesgo de la enfermedad de Peyronie figuran la diabetes, obesidad, sobrepeso, fibrosis, queloides en el miembro (lesiones en los tejidos) y enfermedad de Dupuytren (contractura de tejidos de la mano). Según el doctor, estas patologías pueden comportar que en una “sustancia noble como es el cuerpo cavernoso (del pene) se produzcan, después de un pequeño traumatismo, pequeños hematomas y que éstos generen una fibrosis que después va a condicionar la curvatura, porque aquella zona donde hay fibrosis se hace inextensible, no es ‘elongable’ cuando se tiene la erección, y entonces curva el pene hacia un lado u otro”.
De acuerdo con las estadísticas, uno de cada 10 hombres mayores de 40 años de edad padece está afección, siendo los 50 años la edad media de aparición. De todas formas, Rosselló ha advertido que “hemos vivido Peyronies a los 30 y a los 70”.
Vitamina E, iontoforesis y cirugía para tratar la curvatura de pene En cuanto a los tratamientos para la curvatura de pene o enfermedad de Peyronie, existe la administración de vitamina E en dosis altas de 400 miligramos (según el doctor, se mejora en un 60-70% de casos), la iontoforesis (una corriente galvánica de bajo voltaje hace discurrir unos iones en la placa fibrosa del miembro siempre y cuando dicha placa no esté calcificada), y dosis pequeñas de fosfodiesterasa 5 (tratamiento complementario cuyo objetivo es el de aumentar la circulación sanguínea y oxigenar el pene). También está indicada la cirugía (se implanta una prótesis de pene con la que se erradica la enfermedad y se garantiza una erección óptima de cara al futuro), y el enderezamiento del miembro mediante la retirada de la placa fibrosa y la posterior colocación de un parche constituido por una sustancia ‘heteróloga’. Para el doctor, el postoperatorio en estos casos no es doloroso. El paciente debe estar no más de 24 horas ingresado, debe tomar los analgésicos recetados y guardar abstinencia sexual entre 4 y 6 semanas.
Por último, según ha comentado, existe un fármaco prometedor que se está probando en Estados Unidos y permanece aún en fase de investigación clínica en otros países: Xiaflex, una colagenasa destinada a reducir la fibrosis de las curvaturas de pene.