Redacción Farmacosalud.com
En una reciente reunión del Skin Academy (asociación de dermatólogos europeos) celebrada en Barcelona, se puso de manifiesto que sólo un 30% de los pacientes dermatológicos cumplen los tratamientos prescritos por su médico. Un bajo porcentaje de adherencia terapéutica que ha sido comentado en la rueda de prensa de la XXVI Reunión de GEDET (Grupo Español de Dermatología Estética y Terapéutica), perteneciente a la AEDV (Academia Española de Dermatología y Venereología), encuentro que ha tenido lugar en Bilbao este pasado viernes y sábado y en el que ha estado presente www.farmacosalud.com. Según el doctor Pedro Jaén, presidente de la AEDV y jefe de Dermatología del Hospital Ramón y Cajal de Madrid, “una de nuestras preocupaciones es que el paciente haga el tratamiento”. En el caso de la prevención del cáncer de piel, “se está intentando que (el cumplimiento de la terapia) no quede en la mano del paciente porque cuando ve que algo mejora, pues igual abandona el tratamiento antes de conseguir los resultados… el mismo caso de los antibióticos”, revela Jaén.
En esta línea, el presidente de la AEDV explica que “cada vez hay más preocupación” por parte del “médico y el fabricante de la medicina” en esta cuestión, por lo que el objetivo de ambos se centra en “ponerle la cosa fácil al paciente para que pueda completar el tratamiento”. El doctor Jaén, asimismo, hace una lectura algo menos pesimista con respecto a las bajas cifras de adherencia terapéutica apuntadas anteriormente: “la adherencia o cumplimiento del tratamiento seguramente es, en este momento, mayor de lo que era hace unos años”.
Motivos económicos y falta de disciplina, causas de incumplimiento
Por su parte, la doctora Elia Roó, coordinadora del Grupo GEDET y jefa de Servicio de Dermatología del Hospital Sur de Alcorcón (Madrid), cree que la falta de adherencia terapéutica puede obedecer a motivos económicos y también a una falta de disciplina por parte del paciente: “muchas veces los tratamientos tópicos requieren tiempo en su aplicación… que si hay que darlos dos veces al día, que en ocasiones es una pomada que puede ser más grasienta, que se tarda más tiempo en verse los efectos… pues el paciente se cansa”. “Hay que ser muy disciplinado, y hoy en día todos tenemos mucha prisa […] Una de nuestras labores en la consulta es asegurar el cumplimiento del tratamiento y explicarle al paciente que a veces el camino es más largo y dificultoso, pero que la solución la va a tener ahí”, apunta la doctora.
Para Roó, el incumplimiento de los tratamientos es una problema que “sucede en todos los ámbitos de la medicina. Siempre preguntamos: ‘¿usted que medicación toma?' Te dan una lista de fármacos y a veces te sorprende: 'me han mandado esto, pero esto me lo tomo, esto no me lo tomo’”.
Microneedling: el rejuvenecimiento no invasivo
En la XXVI Reunión del GEDET también se ha hablado de la técnica del rodillo, a base de microagujas (microneedling), que se perfila como una de las soluciones dermatológicas más eficaces para hacer penetrar activos a un nivel profundo, y todo a través de un procedimiento mínimamente invasivo. Más allá de combatir arrugas y cicatrices, mejora el melasma o el vitíligo. Se trata de un rodillo con múltiples agujas pequeñas que al rodar por la piel hace penetrar diversas sustancias en las capas más profundas, abriendo microcanales. Su mecanismo de acción es la alteración mecánica temporal de la piel, el daño médico controlado, pero sin perjudicar la epidermis sana (algo que sí ocurre con otros métodos tales como los láseres ablativos o los peeling profundos); a su vez, resulta clave el grado de penetración de dichas sustancias de forma inmediata y profunda en la dermis. “Los pequeños daños de las agujas inician una respuesta del fibroblasto en el tejido de la dermis, consiguiendo mayor producción de colágeno (y por tanto retracción de la piel) y mejorando la flacidez. En el caso de las cicatrices, las microagujas las perforan múltiples veces, ablandándolas y difuminándolas”, cuenta el Dr. Klaus Fritz, presidente de la Academia Alemana de Dermatología, han indicado desde GEDET y la AEDV.
Esta técnica combate el envejecimiento cutáneo, las cicatrices de quemaduras y de acné, las arrugas y las estrías. También favorece la penetración de activos cosméticos, tales como la Vitamina C, el Retinol o el Ácido Hialurónico. Permiten que penetren tanto las moléculas demasiado pequeñas para otros métodos, como las grandes. Se espesa la epidermis y, entre sus recientes aplicaciones, están las de mejorar significativamente el melasma y el vitíligo. Las sustancias más adecuadas para ser aplicadas son Vitamina C, Retinol, ALA (Ácido Aminolevulínico) junto a PDT (terapia fotodinámica), cuya combinación se usa para tratar la queratosis actínica), Ácido Hialurónico para hidratar, hormonas, factores de crecimiento etc.
Método sin infección
Las microagujas perforan la piel como el láser fraccionado, pero no causan infección, necrosis ni heridas abiertas, pues la piel perforada se cierra inmediatamente después; por tanto, no hay riesgos, efectos secundarios ni tiempo de recuperación para el paciente: tan solo un suave eritema uno o dos días. En comparación con el láser fraccionado, las agujas pueden lograr que una sustancia como el Ácido Hialurónico y las moléculas grandes penetren activamente hasta la dermis, algo poco habitual con prácticamente ningún método; el láser únicamente abre la barrera cutánea y permite la penetración pasiva, y por lo tanto solo el paso de las moléculas pequeñas y los líquidos. El rodillo, incluso, se puede asociar a la radiofrecuencia con el fin de que esta llegue a las capas más internas y así obtener los beneficios de un láser pero no sus daños o el tiempo de recuperación.
En cuanto a los dispositivos láser para uso doméstico, según el comunicado de GEDET y AEDV su efectividad es muy limitada: únicamente causan una leve irritación que podría contribuir a mantener un proceso de estimulación en la dermis, siempre que se combinara con una terapia médica de microneedling. También pueden incrementar la penetración de cualquier sustancia a través del estrato córneo.