Redacción Farmacosalud.com
El Consejo de Ministros de España ha aprobado la venta de pruebas de autodiagnóstico de coronavirus en farmacias sin necesidad de receta médica. Con esta medida, se podrán adquirir libremente tanto los test de anticuerpos como los test de antígenos aprobados por las autoridades sanitarias. Los primeros requieren una muestra de sangre, mientras que los segundos necesitan una muestra de exudado nasofaríngeo o nasal, o de saliva. Según Núria Bosch, vicepresidenta del Col·legi de Farmacèutics de Barcelona (COFB) [Colegio de Farmacéuticos], uno de los errores más frecuentes cometidos por los usuarios de estas pruebas “es creer que un resultado negativo de un test de antígenos nos exime de continuar cumpliendo con las medidas de prevención (distancia, lavado de manos, uso de mascarilla y ventilación de los espacios), o no tener presente que un solo test no basta para garantizar que no estamos contagiados”.
“Un resultado negativo no significa que no se esté contagiado… podría tratarse de un caso positivo con poca carga viral, de ahí la importancia de repetir el test periódicamente. Se recomienda testarse frecuentemente, cada 72 h, dado que la prueba de antígenos rápida determina la carga viral, y, en este sentido, se considera que el hecho de repetirla con frecuencia mejora la detección de posibles contagios”, informa Bosch. Otro posible error sería no cumplir con las instrucciones del fabricante y no tomarse bien la automuestra. “En otras palabras, tener claro todo el procedimiento antes de empezar es muy importante para hacer bien la prueba”, afirma.
Bosch recuerda que ese tipo de análisis -por más rápidos que sean- están concebidos para ser realizados en casa, por lo que el usuario no debería quedarse o proponer quedarse en la farmacia para tomarse las muestras, verificar los resultados, etc. Otra cosa es que surja alguna duda y se quiera escuchar los consejos o las explicaciones del profesional farmacéutico: “Hay que leer con atención las instrucciones del fabricante y consultar con el farmacéutico todas las dudas que nos puedan surgir. Por otro lado, añadir que, dentro de una farmacia, hay que mantener en todo momento la seguridad de los profesionales que trabajan en ella y la de los usuarios, así que la recogida de muestra en el test de autodiagnóstico está pensada para hacerse en casa”.
A día de hoy -explica Bosch-, las oficinas de farmacia no pueden hacer test de manera sistemática (la única excepción son algunos cribados puntuales que se llevan a cabo conjuntamente con el Departament de Salut [Departamento de Salud] de la Generalitat). “En estos casos, el farmacéutico garantiza que el usuario se aplica correctamente el test y realiza el registro del resultado directamente en un aplicativo del CatSalut que vuelca los datos en ‘La Meva Salut’ [Mi Salud]. El farmacéutico es esencial a la hora de dar a los usuarios toda la información relativa a la contextualización del test y recomendar las medidas a seguir en caso de un resultado positivo, además de reforzar el mensaje de continuar con la prevención en caso de un resultado negativo”, apunta la vicepresidenta del COFB.
Varios tipos de test
Hay diferentes tipos de test de diagnóstico de COVID-19 en función de su objetivo, pudiéndose distinguir entre las pruebas que informan sobre si existe infección en el momento de realizar el examen (infección activa), y aquellas que informan de la respuesta inmune frente al virus, explica la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS). Según la AEMPS, los diferentes tipos de análisis existentes son:
Prueba PCR
La prueba PCR sirve para detectar la presencia del virus, es decir, una infección activa. La muestra se procesa en el laboratorio y los resultados pueden tardar varias horas; por norma general, un mínimo de 48 horas. Un resultado positivo significa que el patógeno está presente y probablemente existe una infección en curso. Generalmente la muestra se toma a través de exudado nasofaríngeo, pero hay algunos casos en que se puede hacer con muestras de saliva. En saliva la carga viral es menor que en secreciones nasofaríngeas, por lo que en caso de baja carga viral (bajo número de virus en la muestra) la sensibilidad del test es menor.
Test de antígeno
Las pruebas de antígenos sirven para detectar una infección activa, puesto que identifican la presencia de proteínas del virus. La muestra se procesa en el mismo lugar de su recogida y la obtención de los resultados puede tardar unos pocos minutos. Un resultado positivo significa que el virus está presente y probablemente existe una infección en curso. Se debe llevar a cabo durante los 7 primeros días desde la infección, cuando la carga viral está en su punto más álgido. Además, igual que las pruebas PCR, no es capaz de detectar si ya se ha superado la enfermedad. Generalmente la muestra se toma a través de exudado nasofaríngeo o nasal. En algunos casos se puede hacer con muestras de saliva. En saliva la carga viral es menor que en secreciones nasofaríngeas, por lo que en caso de baja carga viral la sensibilidad del test es menor.
Test de antígeno para autodiagnóstico
Además de los de uso profesional, existen también test de autodiagnóstico de antígenos, destinados por el fabricante para ser utilizados por el público en general. Son de venta exclusiva en farmacias. La mecánica de la prueba es la misma que la de los test de antígenos profesionales. Los test de autodiagnóstico arrojan resultados también de forma rápida, generalmente como máximo en unos 15 minutos.
Test de anticuerpos
Las pruebas serológicas o de anticuerpos detectan diferentes tipos de anticuerpos específicos frente al virus. Es decir, no detectan la presencia del patógeno, sino la respuesta inmunológica del individuo. Estas pruebas detectan dos tipos de anticuerpos: IgM y/o IgG. [IgM: inmunoglobulinas (anticuerpos) que aparecen en la fase temprana de la infección y desaparecen a las pocas semanas / IgG: inmunoglobulinas (anticuerpos) que aparecen en la fase tardía de la infección y permanecen largo tiempo, a veces años]. Para las pruebas de anticuerpos se utilizan generalmente muestras de sangre. Las pruebas rápidas requieren una pequeña punción con una lanceta, mientras que las de laboratorio se obtienen por extracción.