Redacción Farmacosalud.com
Kyowa Kirin lanza ‘Raquitool’, una aplicación web dirigida a profesionales sanitarios para evaluar, entre otros, a pacientes con sospecha de raquitismo y/o una alteración de fósforo. En palabras de la Dra. Inés Vergara, facultativa de la Unidad de Nefrología Pediátrica del Servicio de Pediatría en el Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña, “esta herramienta facilita la práctica clínica, ya que permite hacer una adecuada valoración de los parámetros analíticos que utilizamos en la evaluación de estos pacientes, en función del sexo, la edad y el kit de laboratorio empleado en el centro donde trabajemos”.
“Fundamentalmente, esta herramienta puede ayudar en la valoración de los distintos tipos de raquitismo o, al menos, orientarlos de la forma más adecuada posible antes de solicitar un estudio genético que los confirme. Con ello, nos referimos a raquitismos carenciales, causados por déficit de vitamina D o por déficit de calcio; aquellos producidos por causa renal y también congénita, como la hipofosfatemia ligada al cromosoma X (XLH), raquitismos autosómicos dominantes o recesivos”, señala la experta.
Peso, talla, presión arterial, velocidad de crecimiento…
Según Vergara, “en prácticamente cualquier ámbito asistencial pediátrico es necesario emplear datos como el peso, la talla, la presión arterial o la velocidad de crecimiento en la valoración del paciente. A su vez, resulta interesante para todo aquel profesional que no esté muy familiarizado con las alteraciones de estos parámetros (fósforo, calcio, vitamina D), ya que así podrá realizar una primera evaluación básica que lo capacite para saber si debe derivar esos niños a un especialista o no”.
Raquitool puede utilizarse no solo por parte de los profesionales de Nefrología Pediátrica, sino también por los especialistas de Endocrinología Pediátrica y Pediatría General. “Los raquitismos son entidades tan variables a nivel fenotípico que pueden presentarse con toda la semiología completa: un niño que no crece, que tiene las piernas arqueadas y la frente ancha, con alteraciones bioquímicas muy evidentes y datos de raquitismo radiológico, pero también solo con alteraciones más sutiles o incluso abigarradas, como retrasos en la marcha, dolores óseos o articulares, déficit de crecimiento o de forma aparentemente subclínica, y problemas dentales”, destaca la facultativa.
“Seguramente, la forma más adecuada de valorar a estos pacientes sería la de integrar a todos estos profesionales, siendo el Pediatra de Atención Primaria el coordinador central, dado que será el primero en darse cuenta de que los valores de fósforo del paciente no son normales. Por eso, y porque la organización asistencial de los distintos centros es variada, es necesario que los raquitismos sean conocidos en diferentes ámbitos asistenciales, a lo que yo, sin duda, añadiría también a los traumatólogos, reumatólogos pediátricos y odontopediatras”, añade la Dra. Vergara.
Fácil uso
“Esta aplicación nos permite calcular de forma directa si existen anomalías en el manejo renal del fósforo que justifiquen algunos tipos de raquitismo. Así, su principal valor añadido es que no precisa del empleo de nomogramas y que, además, evita cálculos y posibles errores. Por otra parte, permite la modificación de las unidades de medida de todos estos valores, simplificando los cálculos”, manifiesta la especialista. “Este sistema, además, permite realizar valoraciones antropométricas de los segmentos corporales, permitiéndonos detectar si una alteración del crecimiento es armónica o no”, señala. No obstante, está diseñado para partir de la anonimización de los enfermos. Es decir, no permite en ningún caso el seguimiento del paciente de forma independiente, ni tampoco establecer un tratamiento o un diagnóstico individual.
La nueva herramienta está diseñada para que su uso resulte intuitivo. “Desde la página principal podemos a acceder a la situación de los parámetros bioquímicos de nuestro paciente respecto a la normalidad, al calculador del manejo renal del fósforo, a los percentiles y desviaciones estándar de los datos antropométricos del niño en cuestión (incluyendo presión arterial y velocidad de crecimiento), y a la valoración radiológica de gravedad de ese raquitismo según la escala validada RSS (Rickets Severity Score). Además, cada una de esas secciones está adecuadamente referenciada con bibliografía que puede ser de gran interés para el clínico que precise ampliar, así que puede considerarse también una herramienta formativa”, explica la Dra. Vergara.