Redacción Farmacosalud.com
No sería la primera vez que un individuo se cuela en una habitación de hospital y roba a las personas ingresadas aprovechando un descuido, o que un paciente con un trastorno mental se pone en una situación de riesgo fugándose de la residencia donde está internado sin que nadie se dé cuenta de ello. Para evitar estas y otras situaciones desagradables, el Colegio Oficial de Ingenieros de Telecomunicación (COIT) propugna implantar y normalizar la instalación de aquellas soluciones tecnológicas que permitan controlar a las personas que entran y salen de los hospitales y centros socio-sanitarios. “El COIT, mediante el Congreso de Telecomunicaciones y Sanidad, muestra soluciones para que estas situaciones dejen de suceder. Un sistema de Control de Errantes es un sistema basado en la localización en tiempo real que ayuda al seguimiento y la seguridad de las personas y evita los riesgos asociados a la deambulación”, asegura Eugenio Fontán, decano del Colegio Oficial de Ingenieros de Telecomunicación. Este procedimiento de supervisión, a su vez, debe estar integrado con el Control de Accesos para ser más eficiente y ampliar su funcionalidad. Con todo ello, se detecta la ubicación del errante, se actúa según la configuración para cada persona y se notifica a los responsables del centro lo que sucede.
“Aunque las situaciones imprevistas sean puntuales, no dejan de ser importantes, puesto que en determinados casos puede estar en alto riesgo la salud de los pacientes. Lo que me gustaría matizar es que hay que distinguir entre dos cosas: una es el acceso del público a los edificios o a determinadas plantas, que irá en función del centro, y la otra es la geolocalización de las personas y de equipos. En el caso de la geolocalización de personas, se puede aplicar a residentes garantizando su seguridad en los casos en los que haya algún riesgo; esto es lo que denominamos control de errantes, es decir, personas que se pierden dentro del centro. Pero esta geolocalización también se puede aplicar a los propios profesionales de las instalaciones o a equipos de diagnóstico portátiles, de forma que en todo momento se puede tener posicionada su situación y mejorar la eficiencia del equipo médico”, explica a través de www.farmacosalud.com Fontán.
‘Tags’ que se colocan en un brazalete
Existen varias tecnologías para la gestión de errantes. Algunas pueden basarse en sistemas de telefonía móvil, pero en general está muy extendido el uso de la tecnología RFID, es decir, tarjetas de radiofrecuencia, ‘tags’ que se colocan en un brazalete del paciente, por ejemplo. Para que toda esta tecnología funcione hay que colocar unas pequeñas antenas en todo el edificio. “De ahí nuestra insistencia de que los edificios se conciban de inicio haciendo una previsión de estos sistemas, actualmente fundamentales para el buen funcionamiento de los centros. Instalar los sistemas desde la fase inicial de la construcción es muchísimo más barato que añadirlos posteriormente”, revela el decano del COIT.
Estos métodos de supervisión permitirían evitar la fuga de pacientes con demencias o trastornos psíquicos, personas que pueden desaparecer de un centro sin que nadie se dé cuenta hasta días después, como ha ocurrido recientemente. El sistema propuesto es un procedimiento que, apoyándose en la localización en tiempo real, integra control de errantes, control de accesos y videovigilancia en zonas autorizadas (accesos y zonas comunes). “Cada residente dispone de su ruta de navegación autorizada (configurable) y, a través de su ‘tag’ (pulsera, colgante, etc.) podrá acceder a todos los espacios incluidos en la misma, de forma que si el sistema detecta un intento de violación en la ruta autorizada (salida al exterior, escaleras, ascensor, etc…), además de impedirle el acceso, en ese momento se genera un evento (SMS, email, etc.) y una alarma que llegan al personal de control de enfermería y seguridad con el apoyo, en su caso, del sistema de videovigilancia, lo que permitirá a los profesionales actuar en tiempo real”, especifica.
Una cámara puede detectar fiebre en un residente
Los eventos también pueden ser generados por las cámaras. Por ejemplo, una cámara permite detectar fiebre en un residente merced a un sensor térmico además del óptico (por ejemplo en la entrada a comedor), o la presencia de personas en zonas y/o en espacios de tiempo no autorizados. Según el experto, “el sistema de vigilancia es un sistema muy completo; tanto, que puede hacer saltar alarmas en el caso de que la persona salga de un determinado entorno, y permitir el bloqueo del uso de un ascensor si esa persona no tiene autorización. Además, es un sistema configurable y en gran parte depende de la asignación de permisos. Pero estando bien asignados y con el sistema bien configurado, se incrementa enormemente la seguridad en todos los espacios. El objetivo final es tener un edificio abierto pero que, en determinados casos y por cuestiones de seguridad, y con el consentimiento del residente o el de su familia, se puedan hacer saltar las alarmas, de forma que una persona del centro reconduzca la situación para evitar así males mayores”.
A criterio de Fontán, todas las innovaciones expuestas no comportan problemas de privacidad, imagen e intimidad ni vulneran las libertades personales (por ejemplo, derecho a deambular en un espacio público) de pacientes y visitantes: “Esas opciones siempre deben quedar establecidas por mutuo acuerdo entre el centro, el residente y las familias. Una de las cosas más importantes es que el residente se sienta cómodo, pues por encima de todo está el derecho básico de libertad, pero cuando el motivo es una incapacidad y esa libertad puede poner en riesgo su propia vida, hay que buscar un punto de equilibrio. Sobre la privacidad, recalcar que estos sistemas no registran datos de carácter personal, sino que sirven como alarmas para evitar incidentes. En todo caso, en los accesos desde el exterior, vestíbulos y zonas comunes se procederá a instalar carteles en cumplimiento de la Ley Orgánica de Protección de Datos (LOPD)” [carteles donde se comunica la presencia de los mencionados métodos de control].
“Actualmente nos encontramos con un vacío legal para muchos edificios”
Fontán califica el sistema normativo actual -tirador de cama y baño, teléfono en el cabecero de la cama y lámpara de llamada encima de puerta- de “insuficiente”, según unas declaraciones recogidas por COM SALUD. En este sentido, el decano del COIT opina que los “criterios de control, seguridad, comunicación, confort y eficiencia deben ser incorporados en la nueva normativa prevista con el desarrollo del art. 45 de la Ley 9/2014 de Telecomunicaciones”. De acuerdo con el experto, “pensamos que ese artículo de la Ley General de Telecomunicaciones establece que la Administración debe regular las instalaciones de telecomunicaciones en el interior de los edificios. Actualmente nos encontramos con un vacío legal para muchos edificios, en los que no hay una normativa clara ni reservas de espacios para alojar la fibra óptica, las antenas, los equipos, etc”.
“A este hecho -agrega Fontán- se le suma una problemática que viene impuesta de una directiva de la Unión Europea relativa al cableado de telecomunicaciones conocida como CPR y que afecta a la seguridad en caso de incendio. En España todavía tienen que definirse los tipos de cables que pueden usarse y eso está causando mucha incertidumbre en los proyectos que están en curso. Esta incertidumbre también la tienen las empresas, que deben incorporar unas infraestructuras que soporten las redes de telecomunicaciones para la integración de los servicios facilitando una respuesta en tiempo real, y más aún en entornos críticos. La normativa que se tiene que elaborar para todo el territorio nacional debería proteger más al usuario de este tipo de edificios”.
La importancia del concepto de conectividad con las familias
El Congreso de Telecomunicaciones y Sanidad, que se celebra esta semana en Madrid, ha sido el escenario escogido para presentar la ‘Guía técnica para la elaboración de proyectos de infraestructuras comunes y servicios de telecomunicación en edificios sociosanitarios’. En el texto se sostiene que la inclusión de programas integrales de telecomunicaciones en la construcción de estos inmuebles ahorra costes y mejora la calidad de vida de los residentes. En palabras de Fontán, con la adopción de estas reformas los usuarios y pacientes ingresados notarían “un gran cambio”, principalmente porque percibirían “un entorno más humano y una mejor respuesta ante situaciones de riesgo. La tecnología estaría integrada en el edificio de forma imperceptible para ellos”. De hecho, habría una red dentro del equipamiento por fibra óptica hasta cada habitación y a esta red estarían conectados miles de dispositivos, ya sean televisiones, pantallas, altavoces, antenas Wi-Fi, antenas RFID , etc. “Por ejemplo, para muchos residentes de entornos sociosanitarios es fundamental tener conectividad para mantener contacto con sus familias… pero no es fácil cubrir todo un edificio con WiFi si no se planifica bien y por eso proponemos que se haga desde el inicio del diseño del propio edificio”, indica. Fontán pide la misma planificación para los sistemas de megafonía o aquellos avisos que puedan ser necesarios en casos de emergencia.
“Con todo esto, los pacientes que no puedan moverse de la habitación podrían tener una canal de vídeo interno para asistir a eventos que se hacen en el propio centro o bien recibir videos de sus familiares de forma individualizada a través de la TV integrada en la red multiservicio. También se lograría tener un adecuado control de la medicación, tanto en la farmacia del centro como en la propia habitación”, detalla el experto. Otra de las ventajas de las innovaciones propuestas es que esos sistemas podrían utilizarse para otro tipo de servicios muy apreciados por los residentes y sus familiares, como la clasificación de la ropa en la lavandería. “Si hay una completa infraestructura de telecomunicaciones en el centro, podrían incluirse todas estas funciones” con el fin de dar “apoyo al residente”, apunta el decano del COIT.
El coste de las innovaciones “es muy bajo y proporciona un gran ahorro futuro”
Las reformas planteadas están pensadas para obra nueva o edificios en construcción, por lo que los inmuebles ya existentes lo tendrían más complicado a la hora de adaptarse a las tecnologías avanzadas, tal y como comenta el especialista: “Obviamente, la metodología que proponemos basada en una red multiservicio es más eficiente si se aplica en edificios nuevos. En los construidos siempre va a ser más difícil de implementar porque hay instalaciones previas, escasez de espacios… está claro que debe dejarse a la voluntad del propio centro, ya que cada centro tendrá sus planes de mejora y limitaciones presupuestarias”.
“Pero lo que no es aceptable desde nuestro punto de vista técnico, como ingenieros de telecomunicación, es que por la falta de regulación se permita la apertura de residencias y hospitales sin cumplir un mínimo de garantías que deberían estar establecidas por ley a nivel estatal. Además, consideramos que el coste de las nuevas tecnologías respecto al de la construcción del propio edificio es muy bajo y proporciona un gran ahorro futuro. Se ha demostrado que dentro del presupuesto de una obra, los capítulos relacionados con la infraestructura y equipamientos de telecomunicaciones puede suponer un porcentaje inferior al 5% del total. Si tenemos en cuenta que el valor añadido de los servicios que puede incorporar es muy superior, la inversión a largo plazo es rentable”, asevera Fontán.
Por este motivo, el Colegio Oficial de Ingenieros de Telecomunicación solicita que los nuevos hospitales y residencias socio-sanitarias sean inmuebles inteligentes, interconectados y seguros tanto para los internos como para los datos desde su inicio, “puesto que consideramos que la normativa debería exigir que los diseños de los edificios socio-sanitarios incorporen estas tecnologías y que se tenga en cuenta la importante función que cumplen tanto los ingenieros de telecomunicación como los profesionales expertos para el diseño y ejecución de este tipo de trabajos”, señala el experto. Según los datos de la Proyección de la Población de España del Instituto Nacional de Estadística (INE), en 2064 casi el 40% de los españoles tendrá más de 65 años. En opinión de los responsables del Colegio Oficial de Ingenieros de Telecomunicación, los centros sanitarios no están adaptados a las necesidades de los pacientes actuales, y menos aún a las necesidades de los que recibirán en los próximos años.