Redacción Farmacosalud.com
Lo que el doctor Xavier Pintó, presidente de la Sociedad Española de Arteriosclerosis (SEA), preveía hace un año con respecto a los grandes descensos de colesterol propiciados por las nuevas medicaciones, va cumpliéndose: no solamente se mejora en prevención cardiovascular, sino que además no aumentan los efectos secundarios. En los miles de pacientes incluidos en los estudios relativos a agentes anti-PCSK9 como evolocumab, se ha observado que los sujetos con enfermedad isquémica que alcanzan cifras muy bajas de colesterol y de colesterol LDL (colesterol malo), en concreto niveles de LDL por debajo de 30 miligramos / decilitro, una cifra que hasta la aparición de nuevos tratamientos como evolocumab y alirocumab no podía alcanzarse -"sobre todo cuando hablamos ya de grupos importantes de pacientes”-, disminuye el riesgo cardiovascular “aún más de lo que se conseguía con cifras de LDL superiores, como son por debajo de 70-60-50”, destaca Pintó. “O sea, que cuando llegas a 30 mg/dL o a valores inferiores, aún reduces más la enfermedad cardiovascular” sin que haya “una mayor incidencia de efectos secundarios”, algo que también es “importante”, recalca.
Además, el estudio FOURIER -en el que se ha sometido a seguimiento a 27.000 personas durante un período superior a dos años- no ha constatado “ningún deterioro cognitivo en las personas tratadas con evolocumab, incluso en aquellas que alcanzaban esas cifras tan bajas de colesterol”, comenta el doctor Pintó. En un subestudio del FOURIER, el conocido como EBBINGHAUS, se aplicaron unos test de funciones cognitivas muy precisos y exhaustivos y no se percibió “absolutamente ninguna diferencia entre el placebo y el evolocumab en cuanto a aparición de efectos neurocognitivos”, revela el experto. El presidente de la SEA ha realizado estas declaraciones con motivo del 30 Congreso de la SEA, celebrado en Cádiz. En el siguiente vídeo, Pintó desgrana las investigaciones que están llevando a cabo actualmente los grupos de la Sociedad Española de Arteriosclerosis.
Volanesorsen, con capacidad de disminuir los triglicéridos por encima del 70%
A juicio del presidente de la SEA, actualmente "se ha avanzado mucho" en el tratamiento de las dislipemias. Tan sólo con los agentes disponibles (estatinas, ezetimiba, resinas) y la incorporación de los anti PCSK9, “hoy en día podemos controlar adecuadamente a la inmensa mayoría de los pacientes”, asegura. A pesar de ello, sigue habiendo algunos enfermos -son casos menos frecuentes- con hiperlipemias genéticas graves, como el síndrome de hiperquilomicronemia familiar, que tienen triglicéridos por encima de 1.000. Aunque hasta ahora los recursos terapéuticos para estas personas “eran escasos”, el especialista destaca que ya están en fase de desarrollo avanzado “fármacos que tienen una capacidad de disminuir los triglicéridos por encima del 70%: uno de ellos es el inhibidor de la apo C3, el volanesorsen, que ya tiene ensayos clínicos publicados y tiene una eficacia terapéutica muy alta”.
Otros agentes, también bloqueantes de proteínas, interfieren en la lipolisis, es decir, el metabolismo de los triglicéridos, como son la angiopoyetina L3. También están desarrollándose fármacos que, con su bloqueo, no solamente bajan los triglicéridos de una forma muy acusada, sino que también bajan los índices de colesterol. “En este sentido, tenemos varias dianas terapéuticas que se están bloqueando o en menor medida activando en otros casos para tratar a estos pacientes con hiperlipemias graves y que probablemente estarán disponibles en los siguientes 5 o 10 años”, pronostica el facultativo.
En el ámbito del colesterol, no siempre está indicada la terapia farmacológica
Por otro lado, el doctor Pintó no es partidario, por norma general, de la terapia farmacológica cuando el paciente presenta valores moderados de colesterol y no padece otros factores de riesgo añadidos, como diabetes, triglicéridos, obesidad, etc: “En general, si la hipercolesterolemia no es severa, no es grave, y estamos hablando de un grado ligero-moderado de exceso de colesterol pero que no va acompañado de nada más, en estos casos lo que tendríamos que promover es una alimentación saludable y una actividad física, y controlar si hay algún factor asociado como sería un poco de obesidad, etc. Pero en principio, en la mayoría de estos casos, no sería necesario tratar con un fármaco para bajar el colesterol, puesto que esta persona por definición tendría un riesgo de tener una enfermedad cardiovascular que sería más bien bajo, o no muy alto, y cuando nosotros tratamos con fármacos el exceso de colesterol lo que queremos precisamente es disminuir el riesgo vascular; si el riesgo cardiovascular no es alto o no es medianamente alto, no estaría indicado tratar con un fármaco”.
No obstante, hay que recordar que la edad es el factor de riesgo principal de enfermedad cardiovascular, por lo que a veces, si se está ante “una persona más mayor con un colesterol un poco alto, podría ser que su riesgo ya no fuera tan bajo”, con lo cual aquí se podría considerar la opción farmacológica, “siempre teniendo en cuenta también que, cuanto mayor es la edad, el beneficio queda también más limitado por otros factores que son complejos, pero que están ahí”, explica.
Para el doctor, cuando el nivel de colesterol es moderadamente alto y hay triglicéridos moderadamente altos, entonces la situación “cambia mucho” porque “cuando los triglicéridos aumentan, se produce una alteración de toda la composición de las lipoproteínas, aumenta la densidad y disminuye el tamaño de las partículas LDL”, lo que comporta que estas partículas “sean mucho más agresivas, mucho más lesivas para la pared arterial”. “A una igualdad de cifra de colesterol con triglicéridos altos, hemos de asumir que este colesterol produce mucho más daños sobre el sistema arterial que si esta persona tiene unos triglicéridos estrictamente normales; en este caso, es mucho más fácil justificar un tratamiento”, según expone el presidente de la SEA. A menudo, los triglicéridos se pueden disminuir aumentando un poco el ejercicio físico, perdiendo algo de peso o mejorando la alimentación. Pero si a pesar de todas estas medidas los triglicéridos siguen estando altos, ahí “estaría más indicado tratar con un fármaco”, concluye.