Redacción Farmacosalud.com
Hay pocos casos, pero haberlos, haylos. Hablamos del síndrome de la enfermedad postorgásmica o POIS, que se caracteriza por la aparición de síntomas que recuerdan a la gripe (malestar, fatiga, estornudos, etc.) tras haber eyaculado, ya sea en el contexto de unas relaciones sexuales o ya sea como producto de una masturbación. Según el Dr. Eduard Ruiz Castañé, director del Servicio de Andrología de la Fundació Puigvert (Barcelona), el hombre afecto de POIS debe saber que este trastorno, aunque en realidad es “una reacción de tipo alérgico” al propio semen, tiende hacia la desensibilización, de modo que, con el tratamiento adecuado, a medida que va pasando el tiempo esos síntomas se van dando “cada vez con menos frecuencia”.
“El POIS se asocia también -y eso es importante- a hombres que padecen eyaculación precoz, que es otro de los grandes misterios de la sexualidad, ya que tampoco sabemos muy bien cómo se produce el control eyaculatorio… justamente en la actualidad hay un gran debate médico que gira en torno a la posibilidad de que la eyaculación precoz no sea considerada una enfermedad, porque no lo es”, sostiene el experto. Lo que intenta decir Ruiz Castañé es que tras ambas afecciones puede haber componentes psicosomáticos susceptibles de ser tratados con medicación ansiolítica o tranquilizante. Para aquellos que piensen que la evitación del sexo es otra solución para el POIS, deben recordar que aquí también debería incluirse la evitación de la masturbación, lo que, en opinión del Dr. Ruiz Castañé, “sería un remedio demasiado agresivo para una patología demasiado leve”.
-Al síndrome de la enfermedad postorgásmica (o POIS, por sus siglas en inglés) también se le conoce como ‘alergia al semen’ o ‘reacción autoinmune del pene’. ¿El POIS puede manifestarse aisladamente (por ejemplo, 1 o 2 veces en la vida de un individuo y ya nunca más), o bien reiteradamente (cada vez que el sujeto mantiene relaciones sexuales)?
Esa es una muy buena pregunta porque en este trastorno hay como un proceso de inmunización… es decir, aunque los cuadros de POIS son poco frecuentes y también hay descritos muy pocos casos porque son difíciles de identificar, y por lo tanto la casuística no te permite hablar de una forma taxativa como cuando los casos son contados por miles, parece que los pacientes que sufren POIS ven como este trastorno se les va manifestando cada vez en menos ocasiones.
Dicho de otro modo: si el individuo afectado tiene paciencia y entiende lo que es el síndrome de la enfermedad postorgásmica, y le explicamos bien que no es nada grave, que es una reacción de tipo alérgico a su propio semen en la que hay un proceso de sensibilización o bien de desensibilización, y en el ámbito del POIS suele ser de desensibilización, el paciente puede ver que, a medida que va pasando el tiempo y va tratándose, ese trastorno le va afectando cada vez con menos frecuencia.
-El POIS se puede asociar con síntomas similares a la gripe en el momento de la eyaculación, e incluso al cabo de un tiempo de dicha expulsión del semen, por ejemplo al cabo de 1 hora. Así, se puede sufrir malestar general, fatiga muscular, tos, estornudos, rinorrea (goteo nasal), etc. ¿Esto puede ocurrir también en ausencia de sexo compartido, es decir, cuando el varón se masturba sin compañía alguna?
Sí, también es posible, pero es menos frecuente porque en una masturbación el contacto del semen con el mismo individuo ya no es tan intenso y además es mínimo y, por tanto, hay menos oportunidades de que se manifieste el POIS. Cuando la eyaculación se produce dentro de la vagina o dentro del conducto que sea, evidentemente el contacto del semen con el propio sujeto que lo genera se produce a través de la piel, de las mucosas, glande… y dura más tiempo.
El paso del líquido seminal a través de la uretra ya puede provocar que la uretra tenga cierta permeabilidad hacia el semen y permita la entrada de uno de sus componentes antigénicos (por antigénico se entiende la sustancia que puede desencadenar una reacción autoinmune, algo así como una reacción alérgica).
-¿Cómo se llega al diagnóstico diferencial del síndrome de la enfermedad postorgásmica? ¿O sea, cómo se puede saber que ese evento adverso de connotaciones gripales no es una alteración que provoca la psique del propio varón, quizás porque padece algún tipo de trastorno mental o bien porque tiene algún problema anímico que le bloquea a la hora de mantener relaciones sexuales?
Otra vez estamos ante una excelente pregunta, dado que, probablemente, el problema más importante asociado a esta afección sea el del infradiagnóstico. Cuando un hombre explica en consulta que padece estos síntomas, la mayoría de médicos, si no están habituados a abordar este tipo de disfunciones o no las conocen, quitarán importancia al asunto y le dirán al paciente que ‘todo eso es una sensación tuya que no tiene ningún sentido’. Y opinarán de este modo en parte porque no parece que el cuadro descrito sea algo lógico, y en parte porque es un fenómeno que cuesta entender que suceda. Pero sí que se da, y, sobre todo, cuando el paciente refiere que le ha pasado en varias ocasiones, induce a pensar que se trata realmente de un POIS.
Hay que estar atentos, primero, a que el cuadro de molestias aparezca al cabo de poco tiempo del coito u orgasmo, es decir, que prácticamente al acabar el orgasmo, en media hora o una hora como máximo, ya se presenten esos síntomas, puesto que si se alejan mucho en el tiempo ya podría haber otros muchos factores que sugirieran que no se está ante un verdadero POIS. De manera que, si al cabo de 30 minutos o 1 hora el varón empieza a encontrarse cansado, experimenta escalofríos, se siente fatigado o nota ansiedad, son signos que deberían alertar a un médico de que ahí puede estar ocurriendo algo compatible con el síndrome de la enfermedad postorgásmica.
El POIS se asocia también -y eso es importante- a hombres que padecen eyaculación precoz, que es otro de los grandes misterios de la sexualidad, ya que tampoco sabemos muy bien cómo se produce el control eyaculatorio… justamente en la actualidad hay un gran debate médico que gira en torno a la posibilidad de que la eyaculación precoz no sea considerada una enfermedad, porque no lo es… al fin y al cabo, tener una eyaculación rápida es simplemente no poder controlar el momento eyaculatorio, pero per se, no es una afección: un hombre que eyacula con rapidez no es ningún enfermo. Simplemente, hay que tener en cuenta que desde el momento en que el ser humano ha relacionado la sexualidad con un momento de disfrute y no únicamente reproductivo, intenta que ese momento de goce dure más tiempo. Si solamente habláramos de reproducción, no tendría ningún valor que el acto sexual durase 10 segundos, 1 minuto o una hora.
Por lo tanto, el hecho de que tengamos un cuadro que no es una enfermedad como la eyaculación precoz -caracterizada por una falta de control sobre la expulsión seminal que provoca malestar, ansiedad y desasosiego- puede hacer pensar que detrás de ello hay un componente psicosomático y que, quizás, el paciente relaciona el momento eyaculatorio con un momento no tan placentero como tendría que ser un orgasmo. Por eso hay gente que lo ha vinculado -salvando las distancias, claro- a alguna enfermedad como puede ser la fibromialgia, que durante muchos años también ha tenido este componente de patología considerada psicosomática. Y, de hecho, el tratamiento de la eyaculación precoz se parece mucho al aplicado en los casos de POIS, dado que el POIS puede tratarse con sustancias ansiolíticas o tranquilizantes, que son productos que no atacan directamente ninguna dolencia física, sino que intentan disminuir el estado de ansiedad o de malestar psicológico del individuo afecto.
-Volviendo al componente alérgico… una de las teorías sobre el origen del POIS es que los espermatozoides entran en contacto con las células del sistema inmune del propio hombre y entonces se desencadena la reacción, digamos, alérgica. ¿Así pues, una forma de parar este tipo de reacciones podría ser aplicar inmunoterapia (al mismo paciente varón se le inyectan dosis atenuadas de su semen para ‘acostumbrar’ al sistema inmune al propio semen, con el fin de que no genere los síntomas que recuerdan a una gripe)?
Sí, se ha probado el uso del semen como si fuera una vacuna. Cuando existe una hipersensibilidad al líquido seminal, si inyectas pocas cantidades de este líquido a un individuo y su organismo va desarrollando unos anticuerpos, posteriormente se irá observando que ese hombre tiene una inmunidad más alta que antes del primer contacto. Sería un poco como aquellas historias de Oriente que hablan de personas que se van inyectando muy pequeñas cantidades de veneno de serpiente, hasta llegar a ser inmunes a la picadura de dichos reptiles.
En cuanto a la inmunoterapia para el POIS, pues podría ser que sí, que funcione, pero yo tengo mis dudas… me parece una terapia poco consistente en estos momentos porque no hay estudios ni pruebas -la medicina es una ciencia basada en la evidencia o en pruebas- que justifiquen la estrategia inmunoterápica frente al mencionado trastorno postorgásmico. Pero se ha probado y hay quien dice que ha tenido cierto éxito. Si tenemos en cuenta que en el mundo hay descritos muy pocos casos de esta disfunción -en la literatura científica mundial hay 60-70 casos publicados y referenciados que cumplan con prácticamente todos los requisitos para ser considerados cuadros de POIS-, pues yo le diría que es una opción…
De todos modos, yo creo que es más fácil utilizar antihistamínicos (fármacos para tratar las alergias) o corticoides (antiinflamatorios)… e inclusive tranquilizantes (tipo benzodiazepinas o inhibidores de la recaptación de la serotonina), que son fármacos que pueden usarse para poder controlar el estado de nerviosismo y ansiedad que se produce cuando alguien padece POIS.
Piense que los síntomas o molestias asociados al síndrome de la enfermedad postorgásmica duran aproximadamente desde una hora hasta una semana como máximo, pero no son de una gran intensidad y el sujeto no queda invalidado; el paciente percibe un malestar, se siente incómodo, pero prácticamente no se nota impedido a la hora de desenvolverse en sus quehaceres habituales.
-Entendemos que la evitación del sexo es otra solución, pero claro, es sólo un remedio temporal…
Claro… pero es que además hay que pensar que, cuando hablamos de la evitación del sexo, ahí se incluye la masturbación, es decir, sería evitar también la masturbación, lo que, en mi opinión, sería un remedio demasiado agresivo para una patología demasiado leve. Yo creo que, más bien, habría que proceder del siguiente modo: tras mantener una relación sexual, yo aconsejaría al varón afecto de POIS adoptar una buena higiene por si ha quedado algún resto de semen que pueda entrar o estar en contacto con alguna mucosa, el glande o la propia piel, y evitar así que ese resto sea absorbido y ‘provoque’ al sistema inmune. Asimismo, habría que intentar hacer una micción para arrastrar los restos seminales que puedan quedar en la uretra. Y, en todo caso, si el paciente ve que el POIS se le manifiesta con reiteración, yo le recomendaría que, a modo preventivo antes y después del acto sexual, se administrara un tratamiento antihistamínico o se tomara un tranquilizante.