Redacción Farmacosalud.com
La Sociedad Española de Reumatología Pediátrica (SERPE) está elaborando un consenso que busca establecer un uso apropiado de modificación de dosis en el tratamiento de la Artritis Idiopática Juvenil (AIJ) en aquellos pacientes que han alcanzado la remisión clínica. “La dosificación de fármacos, a qué dosis hay que darlos, ya figura en ficha técnica y nos consta que todos los profesionales utilizan estos medicamentos de acuerdo con la ficha técnica. Sabemos, además, que un gran número de nuestros pacientes responden a estos fármacos y controlan la enfermedad, pero también sabemos que cuando se intenta suspender el tratamiento, un gran tanto por ciento de estos pacientes recae. No obstante, hay un pequeño grupo de enfermos que, al suspender los tratamientos, pueden entrar en remisión prolongada. ¿Entonces, cómo hay que hacer esta suspensión, cómo hay que modificar la dosis para el desescalado (se tiene que ser más o menos rápido, se puede hacer bruscamente)? ¿Tiene que hacerse antes con el fármaco modificador de la enfermedad y después con el biológico? Eso es lo que tenemos que decidir y lo que estamos valorando mediante una revisión de la literatura”, explica el doctor Jordi Antón, presidente de SERPE.
El reto principal es conseguir una enfermedad inactiva, y sobre todo, mantener esta inactividad. A este respecto, la doctora Sara Murias, reumatóloga pediátrica del Hospital Universitario La Paz (Madrid) e investigadora principal en el trabajo, destaca a través de un comunicado difundido por SERPE y la agencia Ketchum el papel de la terapia biológica y la importancia de regular su monitorización: “La llegada de los fármacos biológicos al tratamiento de la Artritis Idiopática Juvenil supuso una verdadera revolución al mejorar enormemente el pronóstico de los niños con esta enfermedad. Sin embargo, existe variabilidad entre centros en relación a estrategias de tratamiento, por lo que se hace necesario establecer guías para modificar la dosis de estos fármacos de forma adaptada a cada paciente”.
Hay que encontrar marcadores que permitan prever el curso de la afección
“Sabemos que, con el tratamiento -declara a www.farmacosalud.com el doctor Antón-, más del 80% de pacientes pueden alcanzar la remisión… y son remisiones prolongadas. En los pacientes que llevan más de un año en tratamiento, algunos equipos intentan parar la terapia para ver si la remisión es persistente. Desgraciadamente, algunos pacientes recaen, y en cifras elevadas, tal y como se ha constatado en diferentes publicaciones, pero un tanto por ciento de los pacientes pueden continuar en remisión. ¿Cómo se hace la suspensión del tratamiento? Algunos grupos hacen una suspensión brusca, otros paran primero el fármaco modificador de la enfermedad y después el biológico, otros lo hacen al revés, y otros lo que hacen es ir espaciando el tratamiento para intentar así asegurar al menos una dosis mínima de fármaco que mantenga la remisión. Con el consenso, lo que queremos es revisar la literatura para ver cuál sería la aproximación más acertada en función de la evidencia que existe en la actualidad”.
En cuanto a la adaptación de las terapias, Antón señala que hay que “identificar perfiles de pacientes con mejor respuesta, identificar aquellos factores pronósticos que puedan obligar a ajustar los tratamientos. De todas maneras, no existe todavía un consenso sobre ello, no hay una evidencia que nos permita reconocer esos factores. Tenemos que ir hacia una medicina personalizada e intentar encontrar marcadores de grupos de pacientes que nos puedan hacer prever cuál va a ser la evolución de su enfermedad. Una vez identificados los segmentos de pacientes, podríamos ajustar sus tratamientos. Con respecto a los marcadores, en estos momentos tenemos, por ejemplo, las proteínas SA100, que están en investigación, o el uso de la ecografía para detectar sinovitis subclínicas, método que podría servir para prever una posible recaída en caso de suspender el tratamiento en aquellas personas que todavía presentaran cierto grado de actividad de la enfermedad”.
Una dolencia que puede estar activa hasta en un 80% de los afectados ya adultos
La AIJ afecta a 1 de cada 1.000 menores de 16 años[1]. El hecho de que sea una enfermedad compleja con un curso variable, en la que también pueden aparecer manifestaciones extraarticulares como la afectación ocular, determina la necesidad de establecer un manejo multidisciplinar y un seguimiento estrecho de la misma. En este sentido, Inmaculada Calvo, jefa de Sección y responsable de la Unidad de Reumatología Pediátrica del Hospital Universitario y Politécnico la Fe de Valencia, señala la importancia de este abordaje multidisciplinar: “La AIJ puede conllevar diversas manifestaciones más allá de la afectación articular, en forma de enfermedades asociadas como la uveítis. En este sentido, se hace necesaria la colaboración entre distintos especialistas para establecer una atención conjunta, y favorecer así un control más exhaustivo e integral del curso de la enfermedad, lo que beneficia mucho a la calidad de vida de los pacientes”.
Según Antón, la Artritis Idiopática Juvenil “es una enfermedad crónica que puede persistir en la edad adulta”, pudiendo mantenerse activa hasta en un 50-80% de los afectados cuando éstos ya han llegado a la edad adulta. La idea del consenso sobre el ajuste de dosis es intentar que los pacientes lleguen en la mejor situación posible una vez hayan dejado atrás la niñez y la adolescencia. “Esto incluye una detección precoz de la enfermedad y un tratamiento ajustado al grado de actividad… esos son los principales factores que influyen en el pronóstico a largo plazo”, indica. El presidente de SERPE ha sido uno de los más de 100 profesionales de la reumatología pediátrica que, bajo la organización de esta Sociedad y con la colaboración de la compañía AbbVie, se han reunido en Madrid para evaluar los retos y necesidades en el manejo óptimo de la AIJ.
Referencias
1. American College of Rheumatology (ACR), Arthritis in Children factsheet. www.rheumatology.org/public/factsheets/diseases_and_conditions/juvenilearthritis.asp (Last accessed Jan 2009)