Redacción Farmacosalud.com
La nariz, como inicio de la vía aérea, cumple funciones muy importantes en la respiración, ya que ayuda a filtrar y acondicionar el aire que llega a nuestros pulmones. Así lo demostró el científico sueco Sven Ingelstedt en los experimentos que llevó a cabo en la década de los 70 del pasado siglo, en los que demostró que el aire inspirado es más caliente y húmedo si respiramos por el conducto nasal que si lo hacemos por la boca.
“La adecuación en temperatura y humedad comprende dos pasos: calentar y humidificar el aire inspirado, y enfriar y secar el espirado. Es lo que Ingelstedt denominó ‘cambio regenerativo humedad-calor’. Por lo tanto, si el aire pasa por la nariz en la inspiración, la garganta no se resecará. Además, al espirar por el conducto nasal en lugar de por la boca, “nos ayuda a mantener la humedad y la temperatura en el cuerpo”, explica la Dra. Marina Carrasco, portavoz de la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORLCCC) en la Federación Española de Sociedades de Medicina del Sueño (FESMES).
Sentirse y estar más cansados por la mañana al despertar
Estos beneficios de la respiración por la nariz, sin embargo, quedan vedados para entre un 30% y un 40% de población que, según las estimaciones, sufren obstrucción nasal. Algo que es especialmente preocupante por la noche. “Al abrir la boca para respirar, la lengua cae hacia la parte posterior de la faringe y dificulta el paso de aire hacia los pulmones, pudiendo llegar incluso a la obstrucción, impidiendo totalmente el paso de aire. Es lo que se conoce como una apnea. Por ello, no sólo se pierden las ventajas de la respiración nasal enumeradas, sino que aparecen anomalías que pueden ser muy peligrosas para la salud y que provocan que el sueño sea más superficial y, por lo tanto, menos reparador, por lo que al día siguiente estaremos más cansados y tendremos una peor calidad de vida”, señala.
Explica la otorrinolaringóloga que es “relativamente sencillo” saber si una persona respira bien por la nariz. Para ello basta con cerrar la boca e intentar respirar por la vía nasal. “Si se debe abrir la boca antes de un minuto es que la nariz no funciona. Y si al cerrar la boca se escuchan ruidos es que puede haber también un problema. Algunas personas sólo experimentan dificultad en respirar por la nariz cuando están tumbados, así que se puede probar también en esta posición”, sugiere.
Para la portavoz de FESMES, si el resultado de esa sencilla prueba es negativo, lo aconsejable es visitar a al médico de cabecera o a su otorrinolaringólogo de referencia para que éste lleve a cabo una exploración de la nariz para descartar desviaciones de tabique o cualquier otra alteración que pueda mejorarse con cirugía. Si el problema deriva de una alergia, la respiración nasal suele mejorar con el tratamiento médico correspondiente. “Una vez solventada la obstrucción, es fundamental que el paciente sepa usar la nariz en la respiración, por lo que si no lo consigue sería recomendable derivarlo a un logopeda para que pueda eliminar el hábito nocivo de la respiración oral”.
Respiración por la boca: más preocupante incluso en población pediátrica
Tal y como explica Carrasco, es habitual que muchas personas no sean conscientes de que respiran por la boca, sobre todo si llevan mucho tiempo sin respirar por la nariz o si este hándicap lo arrastran desde la infancia por alergias o por hipertrofia adenoidea, patologías muy frecuentes en la niñez. “Hay estudios que demuestran que los niños no son conscientes de la vía por la que respiran (nasal/oral). La práctica clínica nos ha hecho darnos cuenta de que esto también es así en muchos adultos”, apunta.
La experta explica que la problemática de la respiración por la boca es “incluso peor” en la población en edad de crecimiento. “Altera el crecimiento facial, favoreciendo un crecimiento vertical en lugar de horizontal y hacia delante, lo que provoca que en un futuro se pierda espacio para la vía aérea y se favorezcan las apneas y la respiración oral en la edad adulta. También, al tener una arcada dentaria más estrecha se favorece el apiñamiento dental”, sostiene la Dra. Carrasco, quien destaca la importancia de actuar lo antes posible ante la mínima sospecha para prevenir posibles problemas futuros.