Redacción Farmaocsalud.com
La presencia de un colesterol LDL (c-LDL) elevado, el llamado colesterol malo, se tiene que tener en cuenta a la hora de decidir qué técnica quirúrgica se utiliza en las personas con obesidad candidatas a cirugía bariátrica. Esta es la conclusión de un nuevo estudio de la Unidad de Cirugía Bariátrica del Hospital del Mar (Barcelona), publicado en la revista ‘Cardiovascular Diabetology’. Una de cada tres personas que se someten a una intervención de este tipo tiene niveles altos de colesterol LDL.
La investigación que se acaba de publicar, el estudio BASALTO (Bariatric surgery and LDL cholesterol), revela que, de las dos técnicas de cirugía de la obesidad más utilizadas actualmente en el mundo, el bypass gástrico consigue una tasa de éxito más elevada en relación con el objetivo de reducir el c-LDL en comparación a la gastrectomía vertical o sleeve. El Dr. David Benaiges, jefe de sección de Endocrinología del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital del Mar y científico en su instituto de investigación, apunta que “la elección entre una técnica u otra es un proceso difícil que tiene implicaciones para el futuro de aquella persona para el resto de su vida”. Por lo tanto, vistos los resultados del estudio, “tener un colesterol LDL alto antes de la cirugía tiene que ser un nuevo criterio a tener en cuenta por parte del equipo médico a la hora de decidir qué técnica quirúrgica aplicar”.
Dos de cada tres pacientes reducen los niveles de colesterol malo
Se trata de un estudio aleatorizado que incluyó a 36 pacientes con obesidad grave y una colesterolemia elevada, en el que por azar la mitad de ellos fueron intervenidos con un bypass gástrico y la otra mitad con una gastrectomía vertical. Este tipo de estudios, considerados los de más calidad científica, son muy escasos en el campo de la cirugía de la obesidad y ninguno hasta ahora se había centrado en el c-LDL. Un año después de la operación, el colesterol malo se normalizó en el 67% de los casos en los cuales se practicó un bypass gástrico, sin medicación. Un porcentaje que cae al 28% con la otra técnica.
Además, se dio la circunstancia que el porcentaje de las partículas lipídicas ‘malas’ más perjudiciales, las más pequeñas y densas, también caía con el bypass, mientras que con la gastrectomía vertical no había mejora. En cambio, ambas eran eficaces en la pérdida de peso y para reducir la diabetes y la hipertensión, otras comorbilidades asociadas a la obesidad.
Según los autores del estudio, el hecho de que en el bypass gástrico se actúe sobre el estómago y sobre el intestino es el factor diferencial respecto a la gastrectomía vertical, en la que sólo se interviene en el estómago. Reducir la capacidad de absorción intestinal permite minimizar la cantidad de colesterol que llega a la sangre, hecho que se comprueba con una marcada reducción de marcadores de absorción de colesterol en los pacientes que se someten a un bypass.
Cambiar la práctica clínica
El Dr. Benaiges, autor principal del trabajo, apuesta por “cambiar la práctica clínica e incluir los niveles de colesterol LDL en las guías de práctica clínica”. Hay que considerar que tener concentraciones elevadas de este tipo de lípido en la sangre incrementa el riesgo cardiovascular. Por lo tanto, “con el bypass no solo mejoras la obesidad, también proteges al paciente de un factor de riesgo para su salud cardiovascular”, añade.
La epidemia del exceso severo de peso “está empeorando la salud cardiovascular a escala poblacional. Entre las herramientas disponibles para combatir esta epidemia, se ha demostrado que la cirugía bariátrica es uno de los tratamientos más efectivos no sólo para la pérdida de peso en la obesidad grave, sino también por los beneficios cardiovasculares”, explica el Dr. Juan Pedro-Botet, jefe de sección del Servicio de Endocrinología y Nutrición y coautor del trabajo.
A pesar de la falta de datos de ensayos clínicos aleatorizados sobre los resultados cardiovasculares después de la cirugía bariátrica, los estudios de cohortes demuestran que la cirugía bariátrica se asocia con una mortalidad por todas las causas más baja y un menor riesgo de episodios cardiovasculares graves para los pacientes con obesidad de clase III. En este sentido, “el resultado principal del estudio BASALTO confirma que el bypass gástrico mejora de forma cuantitativa y cualitativa el c-LDL. Este descubrimiento no es fútil, atendiendo que actualmente el colesterol malo no es sólo un factor de riesgo, sino también un factor causal de la ateroesclerosis”, añade el Dr. Pedro-Botet.
En la nueva investigación han participado miembros del Grupo de investigación en Riesgo cardiovascular y nutrición y del Grupo de investigación en Metabolómica aplicada del Instituto de investigación del Hospital del Mar, así como del CIBER de investigación de fisiopatología de la nutrición y obesidad (CIBEROBN), del CIBER en epidemiología y salud pública (CIBERESP) y del Consorci Sanitari [Consorcio Sanitario] de l’Alt Penedès Garraf.
Artículo de referencia
Benaiges D, Goday A, Casajoana A. et al. Short-term effects of gastric bypass versus sleeve gastrectomy on high LDL cholesterol: The BASALTO randomized clinical trial. Cardiovasc Diabetol 23, 205 (2024). https://doi.org/10.1186/s12933-024-02296-x