Redación Farmacosalud.com
Un estudio determina que, 10 años después de una colonoscopia negativa, el riesgo de recibir un diagnóstico de cáncer colorrectal se reduce un 46% en comparación con los individuos que no se sometieron a esa prueba diagnóstica. El trabajo, publicado en ‘JAMA Internal Medicine’, estima también que la probabilidad de morir a causa de este tumor es un 88% menor transcurrida esa década desde la colonoscopia negativa. “Esos resultados vienen a confirmar lo que se está haciendo en los programas de cribado poblacional de cáncer de colon. Sabemos que cualquier tipo de participación en los diferentes programas de cribado permite una reducción del riesgo de incidencia de cáncer colorrectal y de mortalidad por esta enfermedad. Si el cribado se realiza mediante colonoscopia y ésta es ‘normal’ (negativa), la Guía Española de Prevención de Cáncer de Colon recomienda repetir dicha prueba al cabo de 10 años”, apunta el Dr. Agustín Balboa, especialista en Aparato Digestivo del Centro Médico Teknon, del Grupo Quirónsalud (Barcelona).
En otras palabras, el nuevo estudio sobre colonoscopias “viene a demostrar que durante esos 10 años tenemos suficiente margen de seguridad como para poder seguir implementando este tipo de recomendaciones”, expone Balboa. La colonoscopia únicamente se repite antes de transcurrir una década si hay hallazgos patológicos, como puede ser encontrar un pólipo. En tal caso, hay que quitar el pólipo y analizarlo y, según el tipo histológico y el tamaño que presente, y según el número de pólipos detectados, se aconseja realizar controles precoces.
“El pólipo de colon es una lesión precancerosa que tarda mucho en evolucionar”
En general, en el ámbito del cáncer colorrectal “tenemos la ventaja de que el pólipo de colon es una lesión precancerosa que tarda mucho en evolucionar… no todos los pólipos degeneran, pero sí que es cierto que cuando encontramos una de estas lesiones, el pólipo se extrae y su análisis nos permite saber qué riesgo hay en base al tipo histológico de la lesión”, determina el experto. A lo que añade: “Hay pólipos más agresivos que otros. En cualquier caso, si en la colonoscopia no se detecta ningún pólipo, ese paciente tiene un muy bajo riesgo de tener un cáncer de colon”.
Cuando se practica un cribado por la vía de la colonoscopia se suelen detectar hasta un 15-20% de pacientes con pólipos de colon. Esos pacientes son los que deben someterse a un control previo, es decir, no deben esperar 10 años para volver a pasar la prueba. “Imagine -indica Balboa- que en un sujeto encontramos un pólipo de dos centímetros, que es un adenoma tubular (un pólipo de riesgo medio)… sabemos que, con los años, esas lesiones pueden degenerar. Entonces, a ese paciente se le recomienda repetir la colonoscopia entre 3 y 5 años después. Si encontramos un pólipo velloso de muy gran tamaño, a lo mejor hay que repetir la prueba al cabo de un año. Sin embargo, el hallazgo de patologías que no se relacionan con el cáncer de colon, como los divertículos o las hemorroides, no es motivo para repetir la colonoscopia antes de haber transcurrido una década”.
Revisiones a los 5 años para pacientes de alto riesgo
La práctica de la colonoscopia cada 10 años se recomienda en población con riesgo medio de padecer cáncer colorrectal (el riesgo medio viene dado exclusivamente por la edad, como son los 50 años de vida en adelante). Así, si un individuo no presenta antecedentes familiares de la afección ni tampoco tiene antecedentes personales de pólipos o lesiones previas, se le recomienda pasar la prueba a partir de los 50 años de edad, y someterse de nuevo a ella al cabo de una década (si no sale positiva).
Ahora bien, si se tiene un antecedente familiar de primer grado de cáncer de colon, como sería un progenitor (aquí no entran tíos, abuelos, etc.), se aconseja someterse a una colonoscopia a los 40 años de edad, o bien 10 años antes del momento del diagnóstico del mencionado pariente de primer grado. Nos explicamos en relación a este último supuesto: por ejemplo, si un padre tiene un cáncer de colon a los 45 años, su hijo no empezará a someterse a la prueba colonoscópica a los 40 años de edad, sino que empezará a hacerlo a los 35, es decir, 10 años antes de la edad de diagnóstico de su pariente de primer grado.
De todos modos, si el padre fue diagnosticado de cáncer de colon a los 70 años, entonces se empieza a los 40 años de edad, 10 años antes de la barrera de los 50 años, que es el punto de partida diagnóstica para el resto de población, la que no presenta riesgo alto de cáncer de colon. Para la población con peligro elevado -cuando hay un antecedente familiar de primer grado-, y en caso de que la colonoscopia sea ‘normal’ (negativa), la repetición de la prueba no se demora 10 años, sino que se realiza una revisión a los 5 años.
“La colonoscopia, pese a ser el método más eficaz para la detección del cáncer de colon, no es el más coste-efectivo. En España, aparte de que no hay suficientes endoescopistas para poder ofrecer esta prueba de forma universal -a toda la población mayor de 50 años de edad-, el cribado de cáncer de colon tropieza con un inconveniente muy importante: la baja participación de las personas. Y es que cuando tú ofreces una colonoscopia, a veces los pacientes suelen rechazarla. De hecho, en algunos países donde el cribado se hace sistemáticamente por colonoscopia, la participación oscila entre un 20-30%, que es una participación muy baja. En España, el sistema de cribado más importante de esta enfermedad es el test de sangre oculta en heces, que también se ofrece a partir de los 50 años de edad. Aquí, con este test, estamos llegando a participaciones de entre el 50-60%. Lo ideal sería conseguir que superaran el 65%”, señala el especialista en Aparato Digestivo del Centro Médico Teknon.
Balboa recalca la importancia de someterse a cualquiera de las dos pruebas, ya sea la colonoscopia, o ya sea la prueba de sangre oculta en heces, para mejorar la prevención y poder así luchar con más eficacia contra el tumor colorrectal.
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