Redacción Farmacosalud.com
Está empezando a debatirse la posibilidad de aumentar la edad legal para adquirir tabaco a los 22 años o más, con el fin de evitar o minimizar la incorporación al hábito tabáquico de los más jóvenes. Para el Dr. Francisco Pascual, especialista en adicciones y miembro de la Junta Directiva del Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT), esa elevación de la edad legal “sería una medida efectiva, porque la mayoría de la gente empieza a fumar muy joven”. En opinión del experto, adoptar medidas que dificulten el acceso al tabaco y que “retarden el contacto con la nicotina siempre será positivo y tendrá una influencia directa en la reducción del porcentaje de fumadores”.
“En España, la edad media del primer contacto con la nicotina se sitúa en los 14 años. A esa edad, la percepción de riesgo es muy baja porque los jóvenes se sienten inmunes y piensan que a ellos no les afectarán las consecuencias de un hábito letal como es fumar”, sostiene el Dr. Pascual, a su vez presidente de la Sociedad Socidrogalcohol, que es una de las 45 asociaciones que integran el CNPT. A su juicio, el incremento de la edad legal para comprar tabaco a los 22 años debería incluir también la adquisición de cigarrillos electrónicos y vapers desechables, en tanto que hay que “equiparar los cigarrillos electrónicos y vapers, con y sin nicotina, al tabaco convencional en todos los aspectos, desde el punto de vista de comercialización, fiscalidad, promoción y puntos de venta”.
-Según un estudio presentado en el Congreso de la Sociedad Española de Cardiología, celebrado recientemente en Ámsterdam (Holanda), los individuos que empiezan a fumar antes de los 20 años de edad se vuelven más adictos y les resulta difícil dejar de fumar. ¿Qué opina?
La investigación realizada por el Centro Médico de Kioto revela, entre otras conclusiones, que los fumadores que empezaron a fumar antes de los 20 años consumían un mayor número de cigarrillos diarios que los que se iniciaron más tarde. Además, los primeros tenían niveles más altos de monóxido de carbono respiratorio y un 30% menos de probabilidades de dejar de fumar a posteriori.
Los hallazgos de este estudio corroboran lo que ya se sabía: que cuanto antes se empieza a consumir una sustancia adictiva -y el tabaco es una sustancia adictiva muy potente-, más dependencia se crea, en especial a edades tempranas. Y también se sabía que la administración de nicotina, cuando el sistema nervioso central aún está en proceso de maduración, eleva el riesgo de hacerse adicto a esta sustancia y a otras drogas porque altera el área de recompensa del cerebro. Además, cuanto más joven es uno y, por lo tanto, falta madurez, la percepción de riesgo es más reducida. En España, la edad media del primer contacto con la nicotina se sitúa en los 14 años. A esa edad, la percepción de riesgo es muy baja porque los jóvenes se sienten inmunes y piensan que a ellos no les afectarán las consecuencias de un hábito letal como es fumar.
Es por ello que los investigadores en tabaquismo -según el mismo estudio- instan a los gobiernos a aumentar la edad legal para comprar cigarrillos a los 22 años o más. Actualmente, en España se prohíbe vender o entregar tabaco a menores de 18 años. ¿Cree usted que la medida de aumentar la edad legal a 22 años sería realmente efectiva para evitar o minimizar la incorporación al hábito tabáquico de los más jóvenes?
Es evidente que sería una medida efectiva, porque la mayoría de la gente empieza a fumar muy joven. Si se dificultara el acceso al tabaco hasta que se es más maduro para apreciar los efectos negativos de este producto, y a partir de aquí no sucumbir a la presión social o los mensajes de libertad ligados a fumar, muchas personas rechazarían el hábito tabáquico. Adoptar medidas que dificulten el acceso al tabaco a los más jóvenes y que retarden el contacto con la nicotina siempre será positivo y tendrá una influencia directa en la reducción del porcentaje de fumadores.
-¿Si se elevara a los 22 años la edad legal para comprar o adquirir tabaco, cómo cree que reaccionaría la industria tabaquera?
La industria tabaquera siempre presionará para que no se toque su negocio, e incluso presionará para aumentarlo, como está pasando con el tema de los cigarrillos electrónicos y vapeadores. Pero las instituciones tienen que ser valientes y nuestros políticos han de priorizar la protección de la salud pública sobre cualquier interés económico, por mucha influencia, poder o presión que tenga el lobby del tabaco todavía.
No hay ningún motivo que justifique no combatir el tabaquismo y sus consecuencias. El consumo de tabaco y nicotina, que es la principal causa de muerte prematura evitable en España, ocasiona la pérdida de casi 60.000 vidas al año y provoca un coste sanitario a las arcas públicas que triplica los 9.000 millones anuales que recauda Hacienda con los impuestos de su venta. Acabar con el tabaco es posible, pero necesitamos políticos valientes y comprometidos con esa lucha.
-¿Ese aumento de la edad legal para adquirir tabaco a los 22 años debería incluir también la adquisición de cigarrillos electrónicos y vapers desechables?
Esta medida debería verse acompañada de otras muchas medidas, que desde el CNPT y todas las asociaciones profesionales y sanitarias que lo integran venimos reclamando desde hace tiempo, y que están recogidas en la Declaración Endgame Tabaco España 2030 que presentamos en noviembre de 2022. Medidas que también se incluyeron en el borrador del Plan Integral de Tabaquismo que se consensuó en su día con el Ministerio de Sanidad, pero que lleva más de dos años guardado en un cajón sin que sepamos por qué.
Y entre esas actuaciones, en las que proponemos subir el precio del tabaco -duplicando el precio de la cajetilla-, implantar el empaquetado neutro, aumentar los espacios libres de humos, empezando por recuperar las terrazas de los bares como lugares donde esté prohibido fumar y vapear, establecer un control en las producciones audiovisuales y escénicas para prohibir escenas con tabaco, y abordar la publicidad encubierta a través de influencers en las redes sociales, está también la necesidad de equiparar los cigarrillos electrónicos y vapers, con y sin nicotina, al tabaco convencional en todos los aspectos, desde el punto de vista de comercialización, fiscalidad, promoción y puntos de venta. Estos dispositivos son la puerta de entrada al hábito tabáquico para una población cada vez más joven; es el ‘Caballo de Troya’ que utiliza la industria tabaquera para prolongar su negocio letal, blanquearlo y conseguir consumidores cada vez más jóvenes.
Necesitamos medidas urgentes si queremos cumplir los objetivos marcados por la Unión Europea de alcanzar una sociedad libre de humo, tabaco y nicotina en 2030, con una prevalencia de consumo del 5%, cuando ahora en España estamos en el 20%.