Redacción Farmacosalud.com
La leishmaniosis felina está incrementándose -aumenta la detección de casos- especialmente porque esta enfermedad causada por el parásito Leishmania spp ha perdido su carácter estacional debido al aumento de temperaturas, lo que favorece la presencia durante todo el año de los insectos vectores que la transmiten, los mosquitos flebótomos. De hecho, la leishmaniosis es una patología zoonótica que no sólo afecta a los perros, sino también a otras especies como los gatos, animales en los que esta enfermedad es menos conocida. Si bien la población felina parece ser más fuerte a la hora de plantar cara a la leishmaniosis, en los casos más severos la aplicación de las terapias existentes es más dificultosa porque la tolerancia al tratamiento en estos animales es más baja.
“Sí que hemos notado un aumento de gatos diagnosticados por Leishmania spp. Lo que no sabemos es si es por un incremento de ejemplares infectados, ya que no tenemos datos de prevalencia anterior y actual, o porque los diagnosticamos de forma más frecuente por mayor concienciación por parte de los veterinarios, o por un mayor cuidado y realización de pruebas diagnósticas en esta población felina”, dictamina desde www.farmacosalud.com Laura Izquierdo, veterinaria y portavoz del Comité Científico del Colegio Oficial de Veterinarios de Barcelona (COVB).
La leishmaniosis canina es más conocida y estudiada; en España, se detectan anualmente 31 casos nuevos por cada 1.000 perros. Pero el COVB este año quiere poner el énfasis en la leishmaniosis felina, puesto que -como se decía anteriormente- se está detectando de forma más frecuente y, además, con presentaciones muy variables. Sea como fuere, la prevalencia clínica de esta afección en gatos sigue siendo menor que en la población canina.
Los fármacos para la leishmaniosis felina, parecidos a los administrados en perros
Los gatos parecen ser capaces de controlar mejor la leishmaniosis al desarrollar más infecciones subclínicas y, en ocasiones, siendo capaces de eliminarlas sin necesidad de tratamiento. “Los gatos y perros con leishmaniosis presentan cuadros muy variados y de distintas gravedades. De forma general, los gatos parecen más resistentes a desarrollar la enfermedad, pero cuando presentan cuadros muy graves su tolerancia al tratamiento también es más baja, lo que dificulta tratarlos”, destaca Izquierdo.
Los fármacos indicados para la leishmaniosis felina son parecidos a los que se administran en la población canina (habitualmente alopurinol y antimoniato de meglumine), que son medicamentos que pueden usarse combinados o como monoterapia. La respuesta al tratamiento en gatos “suele ser buena, pero el pronóstico del ejemplar enfermo depende más del número de comorbilidades que presente (por ejemplo daño renal)”, detalla la especialista en Veterinaria.
Dado que la detección de la Leishmania spp. está creciendo en la población felina, los veterinarios hacen un llamamiento a los tutores de los gatos para que estén alerta. Esta dolencia está causada por la especie Leishmania infantum, patógeno que se transmite por la picada de un tipo de mosquito llamado flebótomo. Su distribución geográfica en el mundo varía, pero, actualmente, es endémica en la cuenca del Mediterráneo. “La transmisión no vectorial (sin mosquito) se ha descrito entre perros y otros animales, pero no se ha descrito transmisión directa de perros y gatos a personas. Igual que en veterinaria, la mayoría de infecciones en humanos son tras la picada de un mosquito flebótomo. Este es otro motivo importante para eliminar la leishmaniosis en gatos y perros, dado que ellos hacen de reservorio en la población”, argumenta Izquierdo.
¿En qué casos un gato está inmunosuprimido?
“Tanto a los tutores de los gatos como a los veterinarios nos cuesta pensar que un gato pueda estar afectado por esta enfermedad, pero ambos debemos tenerla más presente. A los veterinarios nos toca sospechar de ella e incluirla en los protocolos diagnósticos. Y a los tutores les toca la parte de prevención… a pesar de que no tenemos unas guías tan claras como en perros, recomendamos desparasitar externamente durante todo el año a todos los gatos, también a los que viven dentro de casa y sobre todo a los inmunosuprimidos. Actualmente, debido al aumento de las temperaturas, se ha perdido la estacionalidad de los mosquitos vectores y éstos pueden transmitir la enfermedad tanto al gato como al perro durante todo el año”, advierte mediante un comunicado la portavoz del COVB.
En relación al concepto de inmunosupresión, cabe destacar que los gatos pueden estar inmunosuprimidos porque están infectados por un virus, por ejemplo por el FIV (virus de la inmunodeficiencia felina) o el FeLV (virus de la leucemia felina), porque presentan otras patologías, o bien porque toman medicación que impide que su sistema inmune funcione correctamente.
Recomendaciones
• Los mosquitos pueden estar presentes durante todo el año y transmitir la enfermedad a perros y gatos, por lo que hay que hacer una prevención continua.
• Usar antiparasitarios externos durante todo el año. En el caso de perros la pipeta mensual o el collar semestral. En el caso de gatos, el collar es el único sistema probado para la prevención de la leishmaniosis.
• Los gatos inmunosuprimidos tienen un mayor riesgo de desarrollar la patología. Se recomienda reforzar el sistema inmunitario de la mascota con una buena alimentación y consultar al veterinario de confianza en caso de duda.
Algunos de los síntomas más frecuentes de la leishmaniosis en la población felina son la aparición de costras y úlceras en la piel, heridas o marcas cutáneas y mucocutáneas en la lengua y los ojos, decaimiento o debilidad, dermatitis nodular en la cabeza, orejas, párpados o patas, dermatitis escamosa, conjuntivitis, anemia, pérdida del apetito y pérdida de peso. Como en otras afecciones, ante la observación de síntomas cutáneos u otros descritos, es conveniente consultar al veterinario.