Lluís Bohigas
Actualmente se calcula que están disponibles en Apple Store y Google Play unas 2 millones de Apps. Alrededor de 1.100 están diseñadas específicamente para pacientes con diabetes. Durante 2013, 1,65 millones de personas utilizaron una app para diabetes al menos una vez al mes. Una app es una aplicación informática que se instala en teléfonos móviles o en tabletas para facilitar una tarea concreta, ya sea de carácter profesional, entretenimiento, educativo, etc. En Sanidad hay unas app orientadas a profesionales sanitarios y otras a pacientes, si bien la mayoría de app para diabetes están orientadas a los pacientes. Un dato interesante es que las indicadas para diabetes son las que tienen más potencial de todas las app sanitarias focalizadas en una enfermedad o problema de salud. En segundo lugar, están las app para la obesidad, que en muchas ocasiones son también útiles para los pacientes con diabetes.
¿Qué utilidad puede tener una App a una persona con diabetes?
La primera gran utilidad de las app para diabetes es sustituir a la famosa ‘libreta del diabético’. La ‘libreta’ es donde el paciente registra las mediciones de glucemia y también otros parámetros que le indique su profesional sanitario: peso, tensión, comidas, ejercicio, insulina, etc. Una app permite registrar toda esta información y mantenerla de forma limpia y ordenada, pero además permite otras cosas que la ‘libreta’ no puede hacer. Los datos se pueden registrar de forma automática, en base a conectar el teléfono o tablet con un aparato (medidor de glucosa, tensiómetro, balanzas, etc.). La introducción de datos más frecuente es la manual, sólo el 8% de las app permiten introducir los datos de forma automática. La nueva app de Apple que se denomina Health tendrá esta función de ‘libreta’ donde se guardaran los datos provenientes de diferentes aparatos y sensores, como Nike, etc.
Otra cosa que la ‘libreta’ tampoco puede hacer es analizar los datos. Una app puede analizar los datos digitales y elaborar gráficos o calcular indicadores, que pueden ser útiles al profesional sanitario para hacer un seguimiento del paciente. Estos análisis se pueden hacer durante la visita presencial, o bien se pueden enviar antes de la visita mediante internet para que el profesional pueda analizarlos y ahorrar tiempo de visita. Si los datos se envían por internet, el médico puede responder al paciente mediante correo electrónico con consejos y recomendaciones y evita que el paciente tenga que desplazarse a la consulta. Esto representa una visita virtual.
La ‘libreta-app’ es la utilidad fundamental para el paciente con diabetes, pero hay otras utilidades que pueden mejorar aspectos muy importantes del control de la enfermedad, como es la formación del paciente. Una App educativa con módulos, imágenes, textos, cuestionarios, etc. permite la autoformación del paciente con diabetes. Muy ligada a la función de formación del enfermo está la de motivarle a gestionar su enfermedad. El paciente es el mejor situado para controlar la diabetes, pero esto es una tarea a tiempo completo y a veces la motivación flaquea.
Apps dedicadas a la motivación del paciente pueden incluir juegos, retos, recordatorios, etc. Los juegos son muy utilizados en las app, pues es el objetivo de la mayoría de ellas, pero utilizados en la gestión de una enfermedad crónica pueden ayudar a pacientes, tanto niños como mayores, a gestionar la enfermedad de una forma divertida. La adherencia es un problema en todo tratamiento crónico, por esto la función recordatorio para tomar los medicamentos, para medir la glucemia o para ir a la visita del médico es una función importante.
La diabetes es una enfermedad en la que los pacientes comparten sus problemas, emociones y dudas, es decir, existen comunidades de personas con diabetes que intercambian información, opiniones, sentimientos, frustraciones, etc. Estas comunidades sirven para fomentar la solidaridad y la autoayuda, dan confianza, etc. Una funcionalidad de las app es poner en contacto al paciente con diabetes con otros pacientes, o bien a los padres de los niños con diabetes, etc. Una app puede permitir la socialización de esta patología.
La mayoría de apps sanitarias se ubican en la categoría de ‘bienestar’, es decir, ayudan al usuario a hacer ejercicio, controlar el estrés y cuidar las comidas. Estos temas son importantes para el paciente con diabetes y dentro de las app específicas encontramos estas funciones enfocadas a las necesidades de estos enfermos. Una de las funcionalidades más interesantes es la consulta de base de datos sobre productos nutricionales para conocer su composición.
El paciente que se administra insulina requiere hacer cálculos importantes para ajustar su terapia y hay dos aplicaciones específicas para ellos: una es el contador de carbohidratos, que permite calcular los carbohidratos que el paciente está ingiriendo, y otra muy relacionada con la anterior que es el calculador de bolos, que sugiere la cantidad de insulina que el paciente debe administrarse de acuerdo con la glucemia que tiene y los carbohidratos que piensa comer.
Apps y conectividad
Una app permite al paciente realizar tareas que sólo le afectan a él: registrar datos, aprender sobre la diabetes, etc., pero también le sirven para conectar con otras personas, sean los profesionales sanitarios o bien otros pacientes. La conexión con los profesionales sanitarios permite que éstos puedan realizar un seguimiento del enfermo o incluso que puedan hacer visitas virtuales. Para ello es necesario organizar los procesos sanitarios con el fin de que actúen de forma remota y sobre todo tener a los profesionales entrenados y motivados para hacerlo. Una App es un instrumento, pero para que funcione se requiere que las dos partes, paciente y profesional sanitario, se impliquen en este tipo de relación.
La utilización de Apps para facilitar la consulta virtual o el seguimiento del paciente requiere utilizar información sanitaria que se encuentra en la Historia Clínica Electrónica. Para que el funcionamiento sea fluido es necesaria una conexión con la HCE, de forma que el paciente pueda consultar algunos datos, por ejemplo a través de una Carpeta Personal de salud y que el profesional vea toda la información de forma integrada. La nueva plataforma Health de Apple permitirá enviar los datos a un centro sanitario para que haga el seguimiento del paciente; en la nota de prensa se ha indicado que hay un acuerdo con la Clínica Mayo.
El seguimiento del paciente con diabetes se realiza mediante una app, conectada con el profesional, que permite transmitir una serie de parámetros: glucemia, tensión, peso, etc. Estos datos de forma continuada representan una gran cantidad de información que hay que digerir. Por ello, para que un sistema de monitorización sea efectivo, es necesario organizar un sistema de alertas para informar al profesional de cuando los parámetros que están siendo monitorizados se alejan de la norma.
¿Cuál es la mejor app?
Hay algunas características de las app que las hacen más útiles para el paciente. Una característica que es a mi modo de ver muy importante es la personalización, es decir, la posibilidad de modificar los parámetros de la app para hacerla a medida de cada paciente. Cada enfermo tiene unas necesidades y deseos específicos. Otra característica es el feedback, es decir, no se trata sólo de registrar las glucemias del paciente, sino de animarle a medirla, proponerle retos, apoyarle cuando los resultados no son buenos, etc. Una parte importante del feedback y apoyo lo pueden dar otros pacientes, con lo cual la app debería permitir una función social. El paciente con diabetes tiene muchas tareas que hacer durante el día para gestionar su enfermedad; si para cada cosa debe utilizar una app diferente, lo más fácil es que abandone el intento. Es necesaria una app integral que cubra todas las necesidades del paciente.
Además debe ser interoperable, es decir, poder comunicar con varios aparatos para introducir datos y a la vez debe poder enviar datos a diversas plataformas. Tanto la introducción de los datos como su comunicación debe ser lo más automático posible, pues la cantidad de información a recoger y enviar es muy importante. Por último, la utilización del app debe ser agradable y amigable. El paciente debe poder utilizarla en cualquier sitio de forma fácil, sin que la persona deba sentirse un informático. La mayoría están pensadas para el smartphone, pues es más fácil que el paciente lleve su teléfono y no la tablet a todas partes.
La regulación de las app
Las app se revisan en la tienda virtual donde se cuelgan (App Store, Google play, etc.), para verificar que no tienen problemas de seguridad informática, pero si una app se utiliza con finalidades sanitarias sería necesario un nivel más importante de regulación. La Food and Drug Administration (FDA) americana ha redactado unas normas para definir las app que deberían ser revisadas por este organismo, que controla los medicamentos y productos sanitarios. En síntesis, su criterio es que cuando la app forma parte de un aparato médico, o bien actúa como un aparato o algoritmo médico, debe ser revisada por la FDA. El National Health Service (NHS) inglés ha puesto en marcha una biblioteca de apps que previamente ha revisado y que, por lo tanto, médicos y pacientes pueden utilizar con tranquilidad. En nuestro país hay algunas iniciativas incipientes de facilitar a los profesionales sanitarios y a los pacientes navegar por este nuevo mundo de la salud en el teléfono, también llamada mHealth o salud móvil.
Medicina Personalizada y Diagnóstico, MPD21, Lluís Bohigas