Redacción Farmacosalud.com
El pasado 8 de julio tuvo lugar el webinar ‘Anticoncepción: qué hemos aprendido durante la pandemia de COVID-19’. En calidad de moderador, el Dr. Rafael Sánchez Borrego, ginecólogo y director médico del centro DIATROS (Barcelona), comentó que la crisis del coronavirus "ha tenido una repercusión muy severa” en el mundo de la medicina. El Dr. Sánchez Borrego destacó también que, en épocas marcadas por catástrofes de todo tipo, como pandemias e incluso conflictos bélicos, 1 de cada 5 embarazos “van a acabar en interrupción voluntaria del embarazo, independientemente de cómo acaben el resto de los embarazos en teoría no deseados”.
Asesoramiento anticonceptivo en tiempos de COVID-19: posicionamiento de las Sociedades Científicas
Según la Dra. Esther de la Viuda, ginecóloga del Hospital Universitario de Guadalajara, al inicio de la pandemia los servicios sanitarios se vieron desbordados, por lo que se tuvo que limitar la atención personalizada y presencial a las pacientes para evitar riesgos de posibles contagios. Durante la crisis del COVID-19 las sociedades científicas del ámbito de la anticoncepción han seguido “considerando prioritarios todos los aspectos relacionados con la salud sexual y reproductiva”, remarcó De la Viuda. Esos aspectos se han clasificado en dos categorías: situaciones que no pueden ser diferibles (por ejemplo, una demanda de interrupción voluntaria del embarazo), y situaciones diferibles (por ejemplo, asesoramiento anticonceptivo). Para más información sobre la ponencia de la Dra. De la Viuda, clicar sobre el video de la sesión:
Aportaciones del 17β-estradiol a la anticoncepción en tiempos de COVID-19 y en la nueva normalidad
La COVID-19 se asocia a un incremento del riesgo de tromboembolismo venoso. Así que, a la hora de manejar la terapia hormonal durante la crisis del COVID-19 y post-COVID, “en general, y en muchos de los posibles escenarios, se recomienda abandonar el uso de estrógenos”, informó el Dr. Iñaki Lete, profesional de ginecología del Hospital Universitario de Araba (Vitoria). De todos modos, han surgido voces que discrepan de este modelo bajo el argumento de que, “a primera vista, indicar la suspensión de tratamientos con estrógenos a pacientes afectadas por la COVID-19 puede parecer una decisión sabia, pero no está basada en datos reales. Esta decisión sólo toma en consideración una de las caras de la moneda, la actividad procoagulante de los estrógenos exógenos”, dijo Lete parafraseando a un grupo de investigadores discrepantes. De acuerdo con esas mismas voces (mirar la diapositiva bajo estas líneas), “aconsejar suspender los estrógenos no tiene en consideración parte de sus efectos beneficiosos, como su capacidad para estimular la enzima ACE2, un factor crítico para disminuir la mortalidad inducida por la COVID-19”.
Por otro lado, el facultativo del Hospital Universitario de Araba dio unas pinceladas sobre la encuesta ENCOVID, diseñada para conocer los hábitos en anticoncepción de las mujeres durante el confinamiento. Así, el 97% siguieron tomando la píldora. De aquellas que dejaron de tomarla, el principal motivo de abandono fue la dificultad de acceso a la prescripción. Otras razones fueron los efectos secundarios y el hecho de dejar de mantener relaciones sexuales. De las que siguieron utilizando la píldora, tuvieron olvidos a la hora de tomarla un 62%. En un 15% de esos casos, los olvidos fueron superiores a un periodo de 24 horas.
En definitiva, ante el escenario marcado por las recomendaciones contradictorias sobre el uso de estradiol, el Dr. Lete apostó por “una alternativa de anticoncepción hormonal combinada (AHC) excelente, que es una que combina 17β-estradiol”. Para los ‘olvidos’ antes comentados -apuntó Lete-, se sabe que un anticonceptivo que contiene un gestágeno con una vida media larga “favorece y garantiza más la efectividad” del tratamiento.
Decálogo para llegar a usuarias de anticoncepción en la nueva normalidad
Por su parte, el Dr. Félix Lugo, ginecólogo del Women’s Health Institute (Barcelona), sostuvo que los anticonceptivos hormonales han sido "satanizados" en internet debido a las creencias equivocadas sobre su eficacia y seguridad. Según el Dr. Lugo, los ginecólogos pueden aprovechar la esfera digital no solamente para contrarrestar esas creencias, sino también para informar sobre aspectos positivos de la anticoncepción hormonal, tal y como se refleja en la siguiente diapositiva:
“Me preguntan -relató el ponente- ‘¿por qué es necesario estar online si yo no quiero estar?’ Yo les digo: ‘mira, esto se resume en una frase: todo está en internet’”. A juicio de Lugo, la irrupción de la COVID-19 “nos despertó, nos hizo entrar en el área digital”, por lo que “hay que apostar por la telemedicina”. El experto desgranó a continuación los puntos clave que hay que tener en cuenta para realizar con total corrección un asesoramiento anticonceptivo digital:
• cualquier visita o asesoramiento digital debe ir reflejado en el historial médico de la paciente
• el responsable principal o final del asesoramiento es el médico tratante (si una terapia falla o sale mal, el médico ‘telemático’ no puede escudarse en que ha consultado con otro médico para dar ese tratamiento -a la postre fallido- a la paciente)
• hay que tener un protocolo de atención de la misma forma que se tiene uno para las visitas presenciales (unos se encargan de la anticoncepción hormonal combinada, otros de los métodos de larga duración, etc)
• una videollamada o videoconsulta debe desarrollarse en un espacio íntimo (si la paciente escucha voces durante la sesión quiere decir que en la consulta o muy cerca de ella hay alguien, lo que no es ético porque vulnera su intimidad)
• La plataforma en la que se realiza el asesoramiento tiene que estar debidamente acreditada (como garantía de que los datos de salud se almacenan de manera adecuada)
El Dr. Lugo, por último, destacó la ventaja que supone poder crear comunidades de usuarias vía online, y que el asesoramiento digital pueda ser ejercido de manera omnicanal (múltiples canales).