Redacción Farmacosalud.com
“Hay quien se pone hielo en las hemorroides trombosadas”, sostiene el Dr. Lorenzo Viso, quien a renglón seguido advierte que, ante una trombosis hemorroidal, “lo que está indicado es el agua caliente, que tendrá un efecto relajador en el esfínter interno”. Según el facultativo, “cualquiera puede tener una crisis hemorroidal (trombosis hemorroidal externa). De hecho, se estima que cerca del 40% de la población tendrá una crisis de este tipo a lo largo de su vida”.
El Dr. Viso es uno de los mejores médicos en cirugía de colon, recto y ano. Cuenta con más de 30 años de experiencia y una extensa formación en distintos campos de la especialidad, habiéndose formado en algunos de los centros y hospitales de mayor prestigio en coloproctología, tales como el London Clinic y King Edward VII for Officers Hospital, y el St Mark's Hospital for Diseases of the Rectum and Colon, en Londres. De hecho, Viso Pons fue uno de los primeros impulsores de la Proctología en España. A lo largo de su trayectoria ha combinado su labor asistencial con una importante actividad investigadora y divulgativa, siendo autor de artículos científicos de la especialidad. Ha ejercido como jefe de la unidad de Coloproctología en el Hospital de St. Joan Despí - Moisès Broggi y actualmente dispone de su propia consulta privada en el Hospital Quirón Salud Barcelona. Está considerado como una autoridad en el ámbito de la coloproctología en España y sienta cátedra con sus conocimientos, fruto de su dilatada experiencia y del gran número de pacientes que ha visitado a lo largo de toda su carrera.
-¿Todas las personas, en el fondo, tenemos hemorroides en el ano?
Sí, todas las personas tenemos hemorroides, tres grupos de venas hemorroidales. Cada grupo tiene un componente externo y uno interno. Dos grupos están situados en el lado derecho y uno en el izquierdo del ano.
-¿Cuándo hay que optar por un tratamiento conservador y cuándo por un tratamiento quirúrgico?
Si por tratamiento conservador entendemos cualquier tratamiento no invasivo, sólo nos queda corregir la consistencia de las heces y los consejos para que las deposiciones sean lo menos ‘traumáticas’, intentando forzar lo menos posible. Puede añadirse un venotónico tipo diosmina. Pero esto únicamente deberíamos aconsejarlo en aquellos pacientes en los que existe un sangrado mínimo, sin prolapso defecatorio, muy ocasional y con una colonoscopia negativa para otra patología.
-¿Puede darse un sobreexceso de cirugías, es decir, intervenciones quirúrgicas que muchas veces no son estrictamente necesarias?
Lo que ocurre con relativa frecuencia es que se indica algún tratamiento para las hemorroides cuando éstas no son la causa de los síntomas del paciente.
-¿Algún mito de las hemorroides que debería erradicarse de una vez por todas y que sigue persistiendo?
Básicamente existen dos mitos:
1. El agua fría, incluso hay quien se pone hielo en las hemorroides trombosadas. Creo que esta creencia está relacionada con el uso del frío ante un sangrado, heredada de tiempos ancestrales. Si logramos coincidir con los primeros momentos de la inflamación, podría tener un efecto beneficioso, pero en una trombosis hemorroidal, lo que está indicado es el agua caliente, que tendrá un efecto relajador en el esfínter interno. Esfínter que, en la mayoría de los casos, está contraído debido al dolor y tiende a ‘estrangular’ el flujo venoso.
2. El dolor. Las hemorroides entendidas como síndrome hemorroidal, no como trombosis hemorroidal (que es un episodio puntual en el que no tiene nada que ver en qué estadio clínico esté el paciente, y que puede aparecer en un paciente que no tiene hemorroides), NO DUELEN. Sangran y/o prolapsan, pero no duelen.
-¿Por qué trombosan determinadas hemorroides?
La trombosis es siempre un problema de las hemorroides externas. En rarísimas ocasiones vemos el componente interno con trombosis y/o inflamación. Cualquiera puede tener una crisis hemorroidal (trombosis hemorroidal externa). De hecho, se estima que cerca del 40% de la población tendrá una crisis hemorroidal a lo largo de su vida. Las causas más frecuentes son una deposición forzada por estreñimiento y la contracción esfinteriana debido a stress, que actuará dificultando la circulación del retorno venoso.
-Internet es una fuente inagotable de información sobre este tema, pero también una fuente de confusión y en ocasiones de alarma entre la población. No todo lo que se ve en internet es cierto. ¿Qué recomendaciones daría en este sentido?
Que se consulte a un profesional de confianza. Diría que es casi imposible que un paciente pueda decidir qué tratamiento necesita y cuál es su patología consultando sólo internet.
-¿Algún avance reciente en el manejo de las hemorroides que merezca destacarse?
La verdad es que no. No tenemos nada nuevo en los últimos años.
-¿Cuándo es motivo de urgencia una crisis hemorroidal?
En realidad, nunca. Para el paciente sí, porque tiene dolor. En algunos casos, mucho dolor.
-¿El volumen de la hemorroides indica la gravedad de la misma, o no necesariamente?
No necesariamente, aunque a más volumen de la trombosis o de la inflamación que se produce, más largo y molesto será el proceso.
-¿Para que las hemorroides desaparezcan, se reduzcan de tamaño o vuelvan a su posición anterior, se necesita tiempo?
Normalmente el proceso sigue este patrón: el ‘bulto’ aparece de forma bastante súbita. Por ejemplo, el paciente nota molestias una noche y aprecia un bulto al ducharse al día siguiente.
A los tres o cuatro días, el dolor disminuye de manera notable y de manera bastante súbita también. El bulto sigue igual de voluminoso, quizás un poco más ‘blando’. En 5-7 o 15 días el bulto va menguando. Finalmente, el ano quedara igual que antes de la crisis; en el peor de los casos, con un pequeño colgajo cutáneo.
-¿Hay alternativas eficaces a la hemorroidectomía (cirugía de extirpación de hemorroides) que puedan tratarse en consulta o de forma ambulatoria?
Si hablamos de las hemorroides como síndrome hemorroidal (sangrado y/o prolapso) puede utilizarse la infiltración con sustancias esclerosantes o las ligaduras con bandas elásticas.
Si nos referimos a la trombosis hemorroidal, la actitud debe ser siempre que se pueda conservadora. Abrir una trombosis hemorroidal no acorta la evolución, ya que se le añade una herida que sangrará durante unos cuantos días. Sólo está indicada si el dolor es muy severo y la trombosis no tiene un componente inflamatorio predominante, sino que el ‘bulto’ es básicamente trombo.