Redacción Farmacosalud.com
UNAD, la Red de Atención a las Adicciones, junto a la Federación Española de Jugadores de Azar Rehabilitados (FEJAR), ha publicado un manual para mejorar la atención e intervención de personas con adicciones al juego. En el nuevo documento se indica, en clave de visión de género, lo que no hay que hacer con la población femenina que sufre de ludopatía, como por ejemplo animar a estas pacientes a cumplir con la terapia seguida bajo el argumento de que su esfuerzo acaba y acabará redundando en beneficio de su entorno afectivo: ‘No intente incentivar a las mujeres a permanecer en el tratamiento por sus hijos, su madre o cualquier otra persona de su familia. Este sesgo es muy común en el caso de mujeres que no se adhieren al tratamiento, o están en permanente recaída. Recurrir a generar culpa por los estragos que la conducta adictiva puede generar en las personas cercanas reproduce el rol de ‘ser para otros’ que las mujeres tienen tan interiorizado por su socialización, pero que los hombres ignoran muy a menudo’.
‘Recurrir a la culpa no estimula su capacidad de agencia y decisión y, por tanto, no tiene efectos positivos en el largo plazo. Al contrario, los mensajes deben ir encaminados a ir centrando su atención en ella misma, aunque no sepa cómo hacerlo y esté pendiente de los y las demás’, según se expone en la guía.
‘La mayoría de tratamientos no están pensados para acoger las experiencias de las mujeres’
De hecho, el sesgo de género en este ámbito de la salud mental es algo que se arrastra desde tiempos inmemoriales, tal y como se apunta en el nuevo manual, que lleva por nombre Modelo de intervención con enfoque biopsicosocial y de género para adicciones sin sustancia: ‘la evidencia también demuestra que los servicios de atención a las adicciones son mayoritariamente utilizados por varones, a excepción de los casos de adicciones a determinados psicofármacos e hipnosedantes. Este hecho ha tenido como consecuencia que los tratamientos a las adicciones se diseñen teniendo como referencia la experiencia de los hombres como base neutra, lo cual tiene consecuencias negativas en términos de prevención, tratamiento y adherencia al tratamiento para las mujeres’.
Y es que, a la hora de llevar a cabo un abordaje terapéutico de la ludopatía, cabe decir que ‘la mayor parte de los tratamientos no están pensados para acoger las experiencias de las mujeres’, ya que dichas estrategias han sido diseñadas ‘teniendo como referencia la experiencia masculina en un contexto determinado: hombres de mediana edad, nacidos en España, que manejan el idioma, que pueden tener hijos, o no, porque ese asunto no aparece reflejado como estrictamente relevante en el caso de ellos’, se puede leer en la guía.
Al margen del enfoque para la población femenina, el nuevo manual propone también estrategias de tratamiento para todo tipo de perfiles de personas con problemas de adicción al juego. A grandes rasgos, el modelo terapéutico propuesto se basa en una relación profesional-paciente de escucha activa que pretende ahondar en los factores psicosociales desencadenantes de las conductas ludópatas. De este modo -apuntan desde UNAD-, se logrará que el propio paciente se posicione de manera activa, entienda y afronte lo que le está pasando para, posteriormente, decidir tratarse.
Según los últimos datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), entre el 1 y el 6% de la población mundial es propensa a desarrollar comportamientos adictivos al juego. En las entidades de UNAD se atendieron en 2022 un total de 690 personas con adicciones sin sustancia, y sólo una de cada cinco eran mujeres. Más allá de los juegos de azar, la adicción sin sustancia más frecuente, tanto en hombres como en mujeres, son las redes sociales.
El tratamiento de la ludopatía 'parece no ser una prioridad en salud pública'
Con todos estos datos sobre la mesa, los expertos prevén que la cifra de adicciones al juego aumente por la mayor presencia de los locales de apuestas y webs de juego online, fenómeno que se traducirá, muy probablemente, en un incremento de la prevalencia de los trastornos asociados. A pesar de ello, el tratamiento de la ludopatía 'parece no ser una prioridad en salud pública', sostiene las fuentes de UNAD consultadas. Tanto es así, que una gran parte de las respuestas que existen para paliar el problema surgen de diversas organizaciones sociales que tratan de minimizar el impacto de este tipo de conductas, si bien lo que hace falta es trabajar desde la prevención, remarcan las mismas fuentes.
Sea como fuere, la nueva publicación, financiada por el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030, pretende convertirse en una referencia para aquellos profesionales que abordan los casos de ludopatía. El manual, en este sentido, trata de proporcionarles las claves de un modelo de atención biopsicosocial que pueda mejorar la intervención prestada a personas tanto jóvenes como adultas.
La EMT, estudiada para tratar adicciones
Por otro lado, cabe destacar que la estimulación magnética transcraneal es efectiva hasta en un 70% de los individuos con depresión resistente y acaba con los efectos secundarios de los fármacos tradicionales, según se ha puesto de manifiesto en las I Jornadas de Actualizaciones en Neuromodulación, evento celebrado en San Sebastián de los Reyes (Madrid). “En los últimos años, su demostrada evidencia ha permitido que sea una técnica aprobada, tanto por la FDA americana como a nivel europeo, para el abordaje terapéutico de la depresión resistente a tratamientos convencionales (fármacos y psicoterapia) y del Trastorno Obsesivo-Compulsivo (TOC). Además, se está investigando su empleo en otras patologías como las adicciones a sustancias psicoactivas, el trastorno de estrés postraumático o la esquizofrenia”, informa el Dr. Álvaro Moleón, psiquiatra del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla.
La estimulación magnética transcraneal (EMT) es una terapia física de neuromodulación no invasiva (no necesita anestesia) que permite modular la actividad del córtex cerebral través de un campo magnético que se genera con una bobina colocada sobre la superficie del cráneo. Este campo magnético atraviesa el cráneo y llega hasta la corteza cerebral, donde genera la activación o la inhibición de las neuronas que forman parte de los circuitos afectados en diversas patologías mentales.
SEMERGEN presenta las Guías Clínicas en Depresión
Por su parte, la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN) ha presentado sus ‘Guías Clínicas en Depresión’, un manual de referencia para los profesionales de este primer nivel asistencial. El nuevo trabajo aborda desde aspectos generales del trastorno depresivo -qué es la enfermedad, cuál es su impacto, cómo se diagnostica, principales síntomas o criterios de derivación o atención compartida con Salud Mental, entre otros- hasta su tratamiento, comenzando por los actuales objetivos terapéuticos, fases y duración, para dedicar después distintos bloques temáticos a la psicoterapia, el tratamiento farmacológico, la neuroestimulación y los tratamientos de medicina complementaria y alternativa.
Atención Primaria (AP) es uno de los servicios sociosanitarios de mayor accesibilidad, por lo que “todos sus profesionales pueden jugar un importante papel tanto en la prevención como en el tratamiento y seguimiento de las personas con depresión, facilitando la continuidad de cuidados y evitando la perpetuación futura de trastornos psicosociales graves y, a veces, irrecuperables. Los trastornos emocionales que no se detectan precozmente por AP tienen peor pronóstico”, afirma la Dra. Verónica Olmo, coordinadora del Grupo de Salud Mental de SEMERGEN.
CROBI, el test que mide el impacto biopsicosocial en enfermedades crónicas
Finalmente, la Plataforma de Organizaciones de Pacientes (POP) presenta el proyecto CROBI (acrónimo de Cronicidad y Bienestar), la primera escala validada para medir el impacto de la enfermedad crónica en el ámbito psicológico, afectivo, emocional y sociolaboral de las personas que sufren esta clase de afecciones. La presidenta de POP, Carina Escobar, recuerda que los problemas emocionales asociados a las patologías crónicas pueden redundar en un empeoramiento de la propia enfermedad. “Detectar a tiempo si la salud emocional del paciente se está deteriorando permite poner en marcha los mecanismos asistenciales necesarios para prestarle apoyo y favorecer de esta manera su calidad de vida y su estabilidad psicoemocional, y un mejor manejo de su enfermedad crónica”, apunta.
El proyecto CROBI va dirigido a aquellas personas con afecciones crónicas que desean conocer cómo la dolencia que sufren afecta a su salud psicosocial. Esta escala también sirve de referencia estándar aplicable en estudios observacionales o de calidad de vida, por lo que, además, va dirigida a profesionales sanitarios como herramienta adicional en la monitorización del paciente en la práctica clínica habitual. Sin olvidar que también resulta útil para la Administración, en el sentido de que puede aportar soluciones a las necesidades que destaquen los resultados de CROBI a fin y efecto de incorporarlas tanto en el ámbito sanitario como en el social.