Dra. Paula Galván Blasco / Redacción Farmacosalud.com
Se considera alergia al mecanismo de reconocimiento inmunológico de proteínas no propias, requiriendo un periodo de sensibilización previo, que causa un conjunto de síntomas secundarios a la activación de células de defensa. Con respecto al uso de los textiles, un pequeño porcentaje de la población (sobre un 1%) puede desarrollar alergias de tipo retardado en forma de eczemas, conocida como dermatitis de contacto. “No está actualmente descrita la alergia ‘inmediata’ a tejidos en sí. Los síntomas de aparición inmediata con el contacto con ropa son en realidad producto de mecanismos irritativos de ciertos tejidos, más frecuente en sintéticos, lanas y uso de tintes, por ejemplo, que pueden provocar picor o enrojecimiento”, afirma la doctora Paula Galván Blasco, médico especialista en Alergología e investigadora en la Sección de Alergología del Servicio de Medicina Interna del Hospital Universitario Vall d’Hebron (Barcelona).
No obstante, hay que tener en cuenta que en el caso de las personas con alergia a ácaros, sobre todo cuando utilizan prendas de lana o prendas que han estado almacenadas durante mucho tiempo en zonas oscuras y húmedas, el contacto con alta cantidad de estos artrópodos puede ocasionar síntomas de rinoconjuntivitis, aparición o empeoramiento del eczema atópico e incluso hiperreactividad bronquial. De la misma forma, tender la ropa al aire libre en épocas de alta carga polínica en el ambiente puede provocar estos síntomas en pacientes alérgicos a pólenes.
La dermatitis de contacto irritativa puede surgir del roce del calzado contra los pies
La prevalencia de dermatitis de contacto alérgica del calzado varía del 1.5% al 24.2% del paciente examinado con las pruebas epicutáneas o Patch-test. Los agentes causantes más frecuentes son las gomas (tiurams, benzotiazoles, carbamatos), los adhesivos como el p-terciarioButilfenol resina de formaldehído o PTBFR, tintes como la parafenildiamina y aminoazobenzeno, sales de cromo, conservantes como el dimetil fumarato, o metales como el cromo, níquel o cobalto.
“Cuando se evalúa el eccema persistente del pie, es necesario considerar otras afecciones que pueden tener presentaciones clínicas similares. La dermatitis irritativa, la dishidrosis, la psoriasis, la tinea pedis, el liquen plano, la dermatosis plantar juvenil y las reacciones de autoeczematización se incluyen en el diferencial. La dermatitis de contacto irritativa puede surgir del roce del calzado contra los pies o del contacto con irritantes, tales como detergentes, jabones o adhesivos del calzado, así como la utilización de medicamentos tópicos para los pies. A diferencia de la dermatitis de contacto alérgica, no hay un mecanismo inmunológico involucrado en esta respuesta”, describe Galván, que también es miembro del Comité de Alergia Cutánea de la Societat Catalana d'Al·lèrgia i Immunologia Clínica (SCAIC) de l'Acadèmia de Ciències Mèdiques i de la Salut de Catalunya i de Balears [Sociedad Catalana de Alergia e Inmunología Clínica de la Academia de Ciencias Médicas y de la Salud de Catalunya y de Baleares].
Atención a cordones, hebillas, botones, complementos de ropa…
Los cordones, hebillas y botones también pueden causar reacciones alérgicas en caso de estar constituidos por metales (níquel, cobalto) y que la persona desarrollara una dermatitis de contacto alérgica a dichos metales. Su contacto directo con la piel también puede provocar la aparición de eczemas o dermatitis irritativa. De la misma forma que los cordones, hebillas y botones, el uso de complementos de ropa (reloj de pulsera, colgantes, pendientes, etc) podría favorecer el desarrollo de “una dermatitis de contacto alérgica a los metales (oro, níquel, cobre, cobalto, cromo...) o a los tintes o adhesivos utilizados en el caso de la correa del reloj”, establece la experta.
Por otro lado, se ha constatado que vestir determinada ropa de poliéster a todas horas puede ser nocivo para la salud[1] ya que, en algunas camisetas, hay presencia de antimonio por encima de los límites permitidos. El óxido de antimonio se usa como catalizador para hacer las fibras de poliéster y puede quedar impregnado en ellas. “Esto no supondría un riesgo, siempre y cuando no se superen los niveles de seguridad permitidos. El antimonio en contacto continuado con la piel puede provocar irritaciones y, en algunos casos, incluso ser absorbido por el organismo con riesgo de ocasionar problemas en el tracto gastrointestinal y en el aparato reproductor. No debemos olvidar que algunas formas del antimonio, como el trióxido de antimonio, están clasificadas como metales posiblemente cancerígenos por la Agencia Internacional de Investigación sobre Cáncer (IARC). No obstante, el antimonio no ocasiona reacciones de hipersensibilidad alérgica, si bien en pacientes con dermatitis atópica el uso continuado de ropa con poliéster puede empeorar su eccema”, advierte la doctora Galván.
Existen una serie de factores favorecedores para el desarrollo de dermatitis de contacto en la población general: capacidad de la sustancia para penetrar la piel y producir alergia, el daño previo de la piel, el grado de sequedad o hidratación de la piel, factores genéticos (polimorfismos en genes implicados en la captación de antígenos, metabolismo cutáneo, etc), el género (más frecuente en mujeres probablemente por factores hormonales), el grado de humedad y temperatura ambientales, etc.
Según la investigadora en la Sección de Alergología del Servicio de Medicina Interna del Hospital Vall d’Hebron, “sí que se ha visto que hay una entidad dentro de las patologías alérgicas que se ha relacionado con una mayor prevalencia de dermatitis de contacto alérgica que en la población general: la dermatitis atópica. Esta enfermedad consiste en una inflamación crónica de la piel que cursa a brotes, y que característicamente presenta una afectación de la barrera cutánea, favoreciendo el reconocimiento de alérgenos y así la aparición de reacciones inmunológicas con el contacto”.
Se aconseja lavar la ropa antes de usarla por primera vez
A todo esto, la Agencia Nacional de Seguridad Sanitaria, Alimentaria, Medio Ambiente y Trabajo de Francia (ANSES) recomienda lavar, antes de usar por primera vez, cualquier prenda de ropa que pueda entrar en contacto con la piel[2] Todo ello, para evitar posibles reacciones nocivas de tipo alérgico e irritativo. Las sociedades de alergia española y catalana también se han posicionado a favor de lavar la ropa antes de usarla, por la evidencia de la disminución de la concentración en sustancias irritantes o posiblemente sensibilizantes. “Se aconseja lavar un par de veces la ropa recién adquirida antes de usarla y, al igual que el resto de la colada, hacerlo con detergentes sin colorantes ni perfumes a temperaturas altas", precisa. Posteriormente, hay que aclarar muy bien y dejar secar totalmente, si puede ser al sol.
Según la especialista, comprar una prenda, lavarla, ponérsela por primera vez y comprobar que su uso no produce ningún tipo de reacción alérgica no quiere decir que el riesgo de desarrollar tal reacción haya desaparecido por completo, ya que después de varios lavados es posible que, por contacto con la piel, pueda aparecer una alergia: “Para la aparición de dermatitis de contacto alérgica es necesario que primero la persona se ‘sensibilice’ al agente alergénico, es decir, que sea reconocido por el sistema inmunológico y se creen linfocitos T que lo reconozcan en un nuevo contacto y desarrollen una respuesta inflamatoria. En la mayoría de casos, este proceso puede llevar días en producirse”.
A la hora de intentar prevenir la aparición de reacciones irritativas o de hipersensibilidad alérgica vinculadas a la ropa, lo más recomendable es vestir tejidos 100% naturales (algodón, seda, lino, lana…), en tonos claros y sin teñir. “Hay que tener en cuenta que, en personas con alergia a ácaros, la lana o el algodón son más fácilmente colonizados por éstos, sobre todo cuando las prendas se almacenan a oscuras durante largos periodos de tiempo. Los materiales sintéticos como el nylon y la lycra son poco aconsejables en la ropa interior. A diferencia del algodón transpirable, estas telas mantienen la humedad y el calor, lo que predispone a infecciones por hongos o irritación de la piel”, explica Galván.
Evitar la ropa demasiado ajustada
Además, según comenta la miembro del Comité de Alergia Cutánea de la SCAIC, “hay que evitar ropas demasiado ajustadas. Consideramos ropa ajustada aquella que impide realizar movimientos de forma natural y que, tras haberla llevado unas cuantas horas, deja marcas en la piel”.
Por último, cabe destacar que la edad de las personas no se correlaciona con un mayor o menor riesgo de sufrir una reacción alérgica por uso de ropa o calzado. En este sentido, la doctora Galván sostiene que “no hay factores de edad que predispongan más a los niños a presentar dermatitis de contacto alérgica; no obstante, las exposiciones a los materiales sí que puede ser diferente por franjas de edad. Las revisiones científicas actuales muestran que no hay de diferencia de prevalencia entre la población pediátrica y adulta”.
Referencias
1. www.farmacosalud.com ‘Usar determinada ropa de poliéster a todas horas puede ser nocivo para la salud’. Noticia. Noviembre 2017. Artículo de base Rovira, J., Nadal, M., Schuhmacher, M., Domingo, J.L. Home textile as a potential pathway for dermal exposure to trace elements: assessment of health risks (2017) Journal of the Textile Institute, 108 (11), pp. 1966-1974. DOI: 10.1080/00405000.2017.1302635 http://farmacosalud.com/usar-determinada-ropa-poliester-todas-horas-puede-ser-nocivo-para-la-salud/
2. ANSES. ‘Articles chaussants et textiles d’habillement : mieux protéger les consommateurs du risque d’allergies et d’irritations cutanées’. Julio 2018. https://www.anses.fr/fr/content/articles-chaussants-et-textiles-d%E2%80%99habillement-mieux-prot%C3%A9ger-les-consommateurs-du-risque-d