Redacción Farmacosalud.com
En España, se estima que los alérgicos a las gramíneas que residen en las Canarias, norte de la península y litoral mediterráneo tendrán una primavera de 2016 ‘benigna’ como pacientes. En cambio, los residentes de la zona centro vivirán una afectación alérgica moderada, mientras que los que viven en la mitad sur de la península serán los que lo tendrán peor. Este es el pronóstico que, en base a las lluvias caídas en los últimos meses, ha realizado para www.farmacosalud.com el doctor Ángel Moral, alergólogo de HM IMI Toledo (HM Hospitales) y presidente del Comité de Aerobiología de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC).
De acuerdo con el doctor Moral, para pronosticar el comportamiento primaveral de los pólenes de gramíneas es vital analizar la cifra de precipitaciones caídas durante los meses de otoño-invierno. Si bien este período otoñal ha sido seco, en los meses invernales las lluvias han aumentado de forma importante, dejando una precipitación acumulada hasta mediados de marzo de 333 milímetros por metro cuadrado, un 9% por debajo de la media de los últimos 30 años, que es de 366. En la mitad norte de España es donde ha llovido con más intensidad, como es habitual, pero hay otras zonas donde las precipitaciones han sido más escasas. De hecho, no se ha llegado al 75% de los valores habituales en zonas como Castilla-La Mancha, Madrid, Extremadura y Andalucía… Incluso hay sitios donde no se ha alcanzado ni tan siquiera el 50%, como es el caso de Cataluña, Comunidad Valenciana y Murcia, según comenta Moral.
Primavera intensa: polen por encima de 6.000 granos por metro cúbico de aire
Desde un punto de vista alérgico, se considera una primavera intensa si los niveles de pólenes de gramíneas se sitúan por encima de 6.000 granos por metro cúbico de aire. Primavera moderada, entre 4.000 y 6.000, leve entre 1.000 y 4.000 y muy leve por debajo de 1.000.
“Teniendo en cuenta este rango de graduación, en las Islas Canarias prevemos una primavera muy leve, con cifras que van a ir de los 125 granos por metro cúbico de aire en Santa Cruz de Tenerife a los 380 en las Palmas de Gran Canaria. En la España septentrional (Galicia, Asturias, Cantabria, País Vasco, Navarra y la Rioja), la previsión es que sea una primavera leve, con cifras que van a oscilar entre los 1.050 de Santander y los 3.500 de Vitoria. En el litoral mediterráneo (Cataluña, Baleares, Comunidad Valenciana y Murcia) se prevé igualmente una primavera leve, oscilando las cifras entre los 1.500 de Barcelona y los 2.100 de Valencia”, detalla el alergólogo.
“Sin embargo -alerta el doctor-, en la zona centro (Castilla-León, Aragón, Madrid y Castilla-la Mancha) se espera una primavera moderada, en la que las cifras que arrojan las previsiones son de 4.190 en Salamanca y 6.200 en Toledo, teniendo en cuenta que en Madrid se esperan cifras de 4.850. Y donde verdaderamente va a haber más problemas para los alérgicos de pólenes a gramíneas va a ser en Extremadura y Andalucía, donde va a haber una primavera intensa que registrará valores que oscilarán entre los 5.920 de Sevilla, los 8.240 de Badajoz y los 8.940 de Cáceres”.
Cuanto más llueva entre octubre y marzo, más polen de gramíneas habrá, por lo que si en otoño-invierno se registran abundantes precipitaciones las perspectivas son peores para las personas con alergia. Lo que ocurre es que si la primavera también es lluviosa, los granos polínicos se mojan, pesan más y no tienen oportunidad de ser transportados por el aire, factor que beneficia a los alérgicos. De ahí que en la España septentrional, a pesar de que las lluvias han sido cuantiosas en invierno, la previsión es que los pólenes tiendan a ser 'neutralizados' por el agua caída en el período primaveral, en tanto que el patrón pluviométrico de esas zonas indica que en primavera las precipitaciones suelen ser generosas. En el Sur de España las lluvias de otoño-invierno han sido discretas, pero el tradicional clima seco de esas regiones induce a pensar que los pólenes camparán a sus anchas durante la primavera porque es de suponer que no habrá precipitaciones suficientes como para ‘anular’ el polen generado meses antes.
Cierto adelanto en la sintomatología de los pacientes alérgicos a pólenes
Los expertos están detectando un cierto adelanto en la sintomatología de los pacientes alérgicos a pólenes. En concreto, la primavera del pasado año fue muy calurosa -en el mes de mayo se llegó a tener una temperatura de 15’1 grados-, lo que comportó un adelanto en la polinización de las gramíneas. “Normalmente, los niveles más altos de pólenes de gramíneas en ciudades como Cáceres, Badajoz, Sevilla o Toledo, que tienen niveles polínicos importantes de gramíneas, suelen producirse en la cuarta semana de mayo, mientras que en 2015 se registraron en la segunda semana de ese mes. Estamos hablando de los niveles más altos, pero si hablamos de inicio de la sintomatología, ésta suele empezar a manifestarse a primeros de mayo, mientras que en 2015 el inicio tuvo lugar a mediados de abril… o sea, todo se adelantó unos 15 días”, argumenta Moral.
El facultativo señala que las alergias a pólenes más comunes en marzo “son a los cipreses y las arizónicas, seguidas de otras menos comunes como los enebros o las tuyas”. Este tipo de árboles pertenecen a la familia de las cupresáceas, que no pierden sus hojas durante el invierno. Se plantan frecuentemente en parques, jardines, colegios o como seto delimitador en viviendas de urbanizaciones. "Las cupresáceas han pasado de ser unos pólenes anecdóticos hace unos pocos años, a representar una causa destacada de alergia a pólenes. La subida de las temperaturas en marzo ocasionará síntomas intensos en los alérgicos a las cupresáceas”, apunta Moral, en unas declaraciones recogidas por HM Hospitales. Los síntomas más comunes son picor en los ojos y, cuando afecta a la nariz, estornudos muy seguidos, mucosidad continua, transparente y líquida. En los casos más agudos los signos aparecen cuando afectan a los bronquios y son, principalmente, tos, falta de aire, opresión en el pecho e incluso silbido.
Más alergia en las ciudades a pesar de que en esas zonas hay menos polen
Según un estudio en el que ha participado el doctor Moral, a pesar de que en las ciudades existe menos cantidad de pólenes que en las zonas rurales, las enfermedades alérgicas son más frecuentes porque las partículas de emisión diesel producidas por vehículos y calefacciones crean un ambiente hostil a las plantas arizónicas. Éstas reaccionan produciendo pólenes que presentan proteínas diferentes a los pólenes de zonas no contaminadas. Las nuevas proteínas, denominadas de estrés, se generan como un mecanismo de defensa ante agresiones como la contaminación, enfermedades vegetales o sequía.
A criterio de Moral, “este fenómeno en concreto es posiblemente extensible a otras especies vegetales. Ya están en marcha estudios sobre árboles como el plátano de sombra o el olivo, especies que en zonas de contaminación también producen proteínas diferentes a las habituales. Ante un ambiente nocivo, los árboles o las plantas tienen que modificar la composición de las proteínas que tienen sus pólenes para poder persistir. Y esto hace que los pólenes se conviertan en pólenes más agresivos, con la aparición de nuevas proteínas que son las que hacen que en ciudades donde en teoría hay menos árboles y hay menos polen, haya muchas más alergias que en el ambiente rural, donde sí hay muchas más plantas pero éstas tienen menos capacidad de producir problemas alérgicos”.
“Lo que habría que hacer es que no hubiera contaminación”
Para el especialista, plantar menos arizónicas en los jardines urbanos podría ser una manera de mejorar la calidad de vida de los alérgicos a estos vegetales. ¿Debería hacerse lo mismo con los olivos y plátanos de sombra? Moral se muestra aquí más ‘conciliador’ con respecto al mundo vegetal y prefiere dar un toque de atención a la especie humana: “Lo que habría que hacer es que no hubiera contaminación y así estos árboles no darían problemas. Sí que es verdad que hay árboles que son más alergénicos que otros, y precisamente el plátano de sombra nunca sería un árbol recomendable porque, si ya de por sí causa problemas alérgicos, si encima está en una zona contaminada esos problemas se van a incrementar aún más; el olivo no es muy habitual que se plante en las ciudades, aunque últimamente en algunas rotondas sí que se le ve más”.
El presidente del Comité de Aerobiología de SEAIC recuerda que la combinación contaminación + nuevas proteínas polínicas surgidas por culpa de la polución puedan afectar tanto a los no alérgicos como a los alérgicos. A los primeros porque la contaminación en sí es capaz de producir reacciones de las vías respiratorias, y en los alérgicos porque a su problema de base alérgico se le añade el daño producido por la polución. Por cierto, Moral revela que “el rango de edad de afectación de alergia por pólenes está desciendo, dado que estamos hablando de niños que ya con 3-4 años presentan alergias a pólenes, cuando hace 10 o 15 años era raro que con esas edades los viéramos. Por otro lado, antes era raro encontrar a un alérgico que debutara por encima de los 50-60 años de edad, pero actualmente se ven más casos de personas con edades avanzadas que debutan con problemas alérgicos, es decir, padecen un tipo de problemas que nunca habían tenido y por eso acuden a nuestras consultas”.
Otra solución para los alérgicos a los pólenes es la inmunoterapia, cuyo avance parece imparable, viene a decir el doctor: “Cada vez se está mejorando… no solamente habrá vacunas contra los pólenes, sino que las habrá contra las proteínas que hay dentro de esos pólenes, que son los agentes que verdaderamente dan los problemas alérgicos. Es lo que se llama diagnóstico de componentes moleculares. O sea, ya no vamos al polen en sí, sino a lo que hay dentro del polen, que es verdaderamente lo que causa los problemas alérgicos”.
“Las enfermedades alérgicas son multiorgánicas”
Los cambios bruscos de temperatura y humedad de la actual época del año aumentan los brotes de dermatitis atópica. El doctor Carlos Colás, del Servicio de Alergia del Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa de Zaragoza, resalta que aunque los temas de dermatología no suelen ocupar un lugar destacado en los programas de formación continuada en Alergología, sí lo hacen en las consultas de los especialistas. Según Moral, “la dermatitis atópica es un tipo de afectación de la piel que habitualmente suele asociarse a personas que también tienen otro tipo de problemas alérgicos. Hay que tener en cuenta que las enfermedades alérgicas son multiorgánicas, en el sentido de que es muy frecuente que un niño al poco de nacer pueda tener una dermatitis atópica… después puede que sea alérgico a algún alimento como la leche o al huevo, y quizás cuando ya tenga 7-8 años empiece a tener alergia al polen de las gramíneas… y así sucesivamente. No se ha demostrado que la dermatitis atópica esté causada por un tipo de polen, si bien en algunos casos sí se ha podido relacionar con algún tipo de alimento. Pero no por tener una dermatitis atópica se tiene que tener obligatoriamente una alergia a alimentos o a pólenes”.
Por su parte, la doctora Marta Ferrer, miembro del Comité de Alergia Cutánea de la SEAIC, explica que “la dermatitis atópica es una enfermedad bien definida por los síntomas clínicos, que hasta en un 80% de los casos se asocian a enfermedades atópicas (asma bronquial, rinoconjuntivitis alérgica y alergias alimentarias), y en la que intervienen tanto factores constitucionales -como una mayor sensibilidad inmunitaria y alteraciones genéticas-, como multitud de factores de exposición que ayudan a mantener y exacerbar los síntomas. Muchas veces esta patología se da como primera manifestación de otras enfermedades alérgicas”.
Recomendaciones frente a la alergia a pólenes
La Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica recomienda:
-Acudir al alergólogo antes del invierno y la primavera para evitar la aparición de los síntomas en estas estaciones.
-Llevar gafas de sol y/o mascarilla para proteger la conjuntiva ocular y la zona nasal.
-Ventilar la casa tras la caída del sol, ya que en las horas centrales del día la polinización es mayor. Cinco minutos son suficientes para ventilar perfectamente una habitación.
-Es conveniente llevar las ventanillas del vehículo cerradas si tiene que viajar.
-De manera general, se debe evitar la estancia prolongada y la actividad física innecesaria en parques, jardines y zonas de arbolado, intentando permanecer el mayor tiempo posible en interiores limpios, sobre todo cuando haya mucho viento.
Dronesphere: pioneros en uso de drones para captar muestras de pólenes
A todo esto, la empresa ‘Dronesphere’ ha desarrollado un proyecto de I+D+i que posibilita la utilización de drones para la realización de estudios aerobiológicos de una manera mucho más selectiva, rápida y dinámica que el método estandarizado. El nuevo uso de drones en el campo de la aerobiología supone un avance significativo en la captación de muestras de pólenes y esporas de hongos presentes en el aire, con importantes aplicaciones en el ámbito de la salud y de la prevención de problemas respiratorios en la población con problemas de alergias y en el ámbito agronómico.
El proyecto, impulsado por la empresa de La Gomera (Islas Canarias) Dronesphere y por el Instituto de Ciencia y Tecnología Ambientales (ICTA-UAB) a través de su directora, la doctora Jordina Belmonte, ha permitido patentar el uso de drones adaptados tecnológicamente para este fin. "En España somos los primeros en hacer algo así, haciendo posible la captación de muestras en zonas donde antes no se había podido llegar", explica Francisco Javier García, cofundador de Dronesphere junto con Jorge Roldán, de acuerdo con un comunicado difundido por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB).