La Enfermedad Inflamatoria Intestinal (EII) continúa siendo un auténtico desafío para los profesionales sanitarios dedicados al cuidado de las personas que la padecen. Por una parte, un diagnóstico no demorado en el tiempo implica una adecuada relación entre niveles asistenciales, especialmente con Atención Primaria y Urgencias. Ello conlleva un tratamiento precoz en aquellos casos en los que sea necesario para evitar la progresión de la enfermedad, especialmente en enfermedad de Crohn (EC). Por otra parte, es evidente la necesidad de equipos interdisciplinares que pivotan alrededor de gastroenterólogos y Enfermería especializada en EII, pero eso es algo que ha de complementarse con otros especialistas como reumatólogos, dermatólogos, cirujanos endocrinólogos, nutricionistas o psicólogos, por citar algunos ejemplos, que centren la atención en el paciente y en sus necesidades. A todo esto, seguimos sin conocer completamente su fisiopatología, pero cada vez disponemos de más evidencia de la importancia de algunos factores implicados en ella, y sobre todo en su evolución como es la dieta.
Por otro lado, otro de nuestros grandes desafíos es la ausencia de factores predictivos sobre la respuesta a las terapias que nos permitan personalizar el manejo. Además, existen múltiples factores en la elección de los tratamientos a ser tenidos en cuenta, como puede ser la vía de administración.
Los temas del monográfico sobre EII
El tratamiento precoz es eficaz para modificar la historia natural de las personas con EC. No obstante, un porcentaje nada despreciable de pacientes no desarrollarán complicaciones ni necesitarán tratamientos biológicos, por lo que la estrategia de tratar a todos los pacientes con biológicos desde el principio podría acarrear un sobretratamiento en algunos de ellos. De ahí que predecir qué enfermos se pueden beneficiar de terapias avanzadas tempranas permitiría dirigir estos tratamientos a pacientes que realmente los necesitan. Claro que, para poder lograrlo, previamente hay que haber establecido los criterios de predicción clínica del riesgo de desarrollar una EC de curso agresivo. Las claves, con el Dr. Guillermo Bastida Paz, médico adjunto de la Unidad de EII del Hospital Universitario y Politécnico La Fe (Valencia).
Desde la Unidad de Nutrición Clínica y Dietética del Hospital General Universitario Gregorio Marañón (Madrid), las Dras. Irene Bretón Lesmes y Clara Serrano Moreno buscan respuestas a ciertos interrogantes sobre el papel que juega la alimentación en su condición de posible factor ambiental implicado en la etiología de la EII: ¿Influye la dieta en la incidencia de esta afección? ¿Qué mecanismos implican a la dieta en la patogénesis de la EII? Además, el artículo ahonda en la relación que existe entre restricción dietética -una práctica muy habitual entre estos pacientes- y desnutrición.
La Dra. Marisa Iborra, perteneciente a la sección de Gastroenterología del Servicio de Medicina Digestiva del Hospital Universitario y Politécnico La Fe de Valencia, argumentará, a partir del estudio ENEIDA, el cambio de un fármaco anti-TNF biológico intravenoso a su equivalente subcutáneo como es Remsima SC. Ello conlleva un aumento de los niveles del fármaco y un mejor enfoque en determinadas circunstancias, por ejemplo en pacientes que desean no depender de una medicación intravenosa y que quieren estar el menor tiempo posible en el hospital. La formulación subcutánea es tan eficaz como la intravenosa y, posiblemente, tal y como demuestra el estudio ENEIDA, menos inmunogénica. Ello significa que podrá ser utilizada en monoterapia (sin fármacos inmunosupresores).
Si bien la vinculación del arte con la mejora de la salud es un tema controvertido, en los últimos años no dejan de aparecer informes en los que se ponen de manifiesto los beneficios que pueden aportar las actividades artísticas a los pacientes. Cabe decir que este es un campo de estudio todavía por explorar en el ámbito de la EII, pero eso no impide que surjan iniciativas que, partiendo de un espacio de expresión artística, intenten plasmar el camino que sigue la persona que convive con la EII, es decir, el trayecto recorrido durante las distintas fases de esta enfermedad crónica. Este es un artículo que firma Antonio Valdivia Martínez, graduado en Biología y director de la Confederación ACCU España (Confederación de Asociaciones de Enfermos de Crohn y Colitis Ulcerosa de España).
Un 10-15% de los nuevos casos de EII se declaran en pacientes mayores de 60 años y, además, se estima que para la década que viene un tercio de los individuos con EII superarán esta edad. El paciente mayor es, de facto, vulnerable, por lo que a la hora de elegir un tratamiento para controlar su enfermedad hay que seleccionar aquel que tenga menos eventos adversos. El Dr. Federico Argüelles Arias, Prof. de la Facultad de Medicina de la Universidad de Sevilla y especialista del Servicio de Digestivo del Hospital Universitario Virgen Macarena (Sevilla), y la Dra. Teresa Valdés Delgado, también especialista de dicho Servicio, analizan el aumento de la EII en edades avanzadas y se centran en las causas y el manejo de este tipo de casos.
María Soledad Serrano Redondo, enfermera de práctica avanzada (EPA) en la Unidad monográfica de EII en el Hospital Universitario Marqués de Valdecilla (Santander) y miembro del Grupo Enfermero de Trabajo en EII (GETEII), desgrana los puntos clave del seguimiento a los pacientes de EII durante su hospitalización. En este contexto, es de suma importancia prestarles una adecuada asistencia continuada, atendiendo sus dudas y sus necesidades nutricionales y dándoles apoyo psicológico. Las enfermeras EPA ejercen aquí un papel de liderazgo en la coordinación de la actividad asistencial.
Es fundamental que los Médicos de Familia, primera puerta de entrada al sistema sanitario, conozcan los síntomas y signos de la EII y las herramientas para poder establecer un diagnóstico precoz. Para ello, también resulta necesaria la colaboración y coordinación entre Atención Primaria y la especialidad de Gastroenterología. Se ocupan de dar detalles sobre tales cuestiones las Dras. Noelia Fontanillas Garmilla, facultativa del Centro de Salud de Bezana (Cantabria), y Elena Pejenaute Labari, facultativa del Centro de Salud Mar Báltico (Madrid), ambas adscritas al Grupo de Trabajo de Digestivo de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN).