Redacción Farmacosalud.com
“Los Servicios Extendidos de Medicina Intensiva se están implantando a un buen ritmo en los hospitales españoles como servicios de respuesta rápida. Estos dispositivos de seguridad son capaces de detectar precozmente el paciente ingresado en la planta de hospitalización que está sufriendo un deterioro clínico, con el fin de aplicar una intervención inmediata y efectiva”. Son palabras del nuevo presidente de la Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias (SEMICYUC), el Dr. Álvaro Castellanos, quien remarca que la experiencia derivada de la pandemia de COVID-19 ha enseñado que a partir de ahora hay que trabajar en el diseño de “circuitos del paciente grave y potencialmente grave más integrados, en coordinación con los Servicios extrahospitalarios y hospitalarios implicados en el proceso de tratamiento de estos pacientes”. En el capítulo de avances médicos, el Dr. Castellanos destaca “la aparición de nuevas técnicas de depuración extracorpórea y la oxigenación con membrana extracorpórea (ECMO)”, procedimientos que “están atrayendo” la atención de los intensivistas.
-¿A nivel organizativo y logístico, qué prioridades se ha marcado al frente de la SEMICYUC?
La complejidad y el número de pacientes graves que ingresan en los hospitales está aumentando significativamente y de forma constante, por lo que, a nivel organizativo, intentaremos influir para mantener una proporción significativa de las ampliaciones que se han producido en las UCI (Unidades de Cuidados Intensivos), con su dotación de personal correspondiente. Éstas son especialmente necesarias en hospitales grandes con mucha actividad, donde los índices de ocupación superan actualmente el 80%. Idealmente, estos recursos podrían emplearse también para estratificar la asistencia de forma eficiente.
Otro proyecto clave para nosotros es la formación. Tenemos el reto de implementar un programa de formación avanzado, basado en competencias, europeo, y que requiere nuevos métodos docentes más efectivos que los actuales para garantizar que nuestros especialistas en formación adquieran todas las competencias del programa. Este nuevo modelo de educación médica requiere un esfuerzo en la capacitación de los tutores en técnicas de coaching y la realización de ejercicios frecuentes de evaluación formativa en el trabajo. También potenciaremos la simulación clínica, tanto en la formación especializada como en la continuada, ya que es un método excelente y seguro de aprendizaje y de entrenamiento de los equipos.
Finalmente, pondremos en marcha el proyecto SEMICYUC Calidad, un proceso para homogeneizar la asistencia en las UCI con un nivel de calidad excelente y que incluye una certificación que nos permitirá avanzar hacia la UCI única.
-Suya será la responsabilidad de comandar la esperada ‘vuelta a la normalidad’ de los servicios de Medicina Intensiva tras la pandemia de COVID-19. ¿Pero… será realmente una ‘vuelta a la normalidad’, o bien será una ‘entrada en una nueva normalidad’ del Intensivismo a causa de la crisis del coronavirus?
La pandemia nos ha enseñado la importancia de la anticipación, la planificación, la flexibilidad organizativa y el apoyo a otros Servicios, plantas de hospitalización y Urgencias. Trabajaremos para diseñar circuitos del paciente grave y potencialmente grave más integrados, en coordinación con los Servicios extrahospitalarios y hospitalarios implicados en el proceso de tratamiento de estos pacientes. Las ampliaciones también son una oportunidad para trabajar la UCI del futuro, más automatizada, menos invasiva, más humanizada y más segura.
-En su opinión, la pandemia ha comportado que los equipos de las Unidades de Cuidados Intensivos se hayan cohesionado en la acción, pero a costa de un desgaste profesional más que evidente. De ahí que se muestre partidario de dar un merecido descanso a todo el personal de las UCI. ¿Cómo debería ser ese descanso?
Es muy importante que se mantengan los contratos del personal en concepto de acúmulos de tareas para COVID-19 al menos hasta finales del año en curso. De esta forma, se podrán devolver las jornadas extras realizadas.
-¿Cuál es el caso que más le ha impactado de algún superviviente de COVID-19 que haya pasado por una UCI? ¿Hasta qué punto puede sorprender la capacidad de resistencia y superación de un enfermo crítico, favorecida -claro está- por la profesionalidad de los equipos intensivistas?
Actualmente disponemos de tecnología avanzada para el apoyo de las funciones vitales de tal forma que, si se utiliza adecuadamente y por personal de la UCI con experiencia y bien entrenado, permite mantener con vida a pacientes muy graves durante mucho tiempo, a la espera de que el organismo se recupere de la agresión sufrida por el virus. Especialmente impactantes son los casos de aquellas personas que han requerido oxigenación con membrana extracorpórea como técnica de rescate, porque con la ventilación mecánica exclusivamente era imposible oxigenar los tejidos. En algunos casos hubo que asociar también una diálisis continua por un fallo renal asociado. Hemos tratado varios de estos pacientes con fallo multiorgánico que finalmente han sobrevivido tras 2-3 meses de tratamiento intensivo.
-¿Las personas que no quieren vacunarse frente al COVID-19 pueden convertirse en uno de los próximos perfiles de pacientes-UCI?
La vacunación está siendo altamente efectiva para reducir el número de infecciones, el número de contagios, los ingresos en el hospital y en la UCI y, en definitiva, el riesgo de desarrollar una enfermedad grave. Sin embargo, aunque en el Hemisferio Norte la pandemia se está controlando de forma efectiva gracias a las vacunas, en el Sur sigue siendo un problema importante, por lo que el virus seguirá circulando durante bastante tiempo. Así pues, los no vacunados siguen estando en riesgo de contraer una COVID-19 de gravedad variable dependiendo de la edad y factores de riesgo asociados como la hipertensión, obesidad y diabetes.
-Usted quiere estratificar la asistencia y desarrollar tanto las Unidades de Cuidados Intermedios como los Servicios Extendidos de Medicina Intensiva (SEMI) de apoyo a las plantas de hospitalización. ¿Qué puede ampliarnos acerca de las Unidades de Cuidados Intermedios y los Servicios Extendidos de Medicina Intensiva?
Los Servicios Extendidos de Medicina Intensiva se están implantando a un buen ritmo en los hospitales españoles como servicios de respuesta rápida. Estos dispositivos de seguridad son capaces de detectar precozmente el paciente ingresado en la planta de hospitalización que está sufriendo un deterioro clínico, con el fin de aplicar una intervención inmediata y efectiva. La vigilancia se realiza a partir de una escala clínica cuyos componentes son las constantes vitales que toman las enfermeras en sus rondas. Esta información es transformada automáticamente en una puntuación que estratifica al enfermo en grupos de riesgo. Si se trata de un riesgo alto, se genera una alerta que, inmediatamente, llega como una notificación al médico responsable y también al intensivista, quien acudirá a evaluar al paciente junto con su médico responsable, y juntos decidirán la ubicación más apropiada para el enfermo desde el punto de vista de la seguridad, eficiencia y confort.
Las Unidades de Cuidados Intermedios disponen de monitorización continua para vigilancia y cuidados de pacientes potencialmente graves que no precisan técnicas invasivas de apoyo orgánico. También se utilizan como paso intermedio entre la UCI y la planta para evitar ese gran salto asistencial cuando damos el alta a un paciente todavía frágil. Esta estratificación (monitorización en la planta, Cuidados Intermedios y la UCI propiamente dicha) permite adecuar la asistencia y los cuidados a las necesidades del enfermo.
-Para la Dra. Laura Galarza, coordinadora de SEMICYUC Joven, ‘el Big Data es el futuro del Intensivismo’. ¿Está usted de acuerdo?
Absolutamente. Uno de nuestros proyectos prioritarios es la puesta en marcha de un registro común de datos básicos que nos permita tener información rápida sobre determinadas patologías e indicadores de calidad relevantes. Todo ello posibilitará abordar ciertos fines de investigación, como puede ser la elaboración de modelos predictivos potentes a partir del análisis de los datos de ese gran registro obtenido de todas las UCI del país que se sumen a este proyecto. El conjunto mínimo de datos ya lo tenemos y algunas UCI ya lo han incorporado a su historia clínica electrónica.
-¿Qué novedades diagnósticas y terapéuticas vinculadas al trabajo desarrollado en las UCI le gustaría destacar? ¿En qué se están produciendo más avances, quizás en el abordaje de la sepsis?
Las enfermedades respiratorias, la ventilación mecánica, la sepsis y las infecciones nosocomiales son áreas de conocimiento en las que, tradicionalmente, los intensivistas hemos invertido mucho tiempo para investigación, lo que ha acabado redundando en una producción científica de calidad. El traumatismo grave, la donación y mantenimiento de órganos del donante también son campos muy activos. Más recientemente, la aparición de nuevas técnicas de depuración extracorpórea y la oxigenación con membrana extracorpórea (ECMO) están atrayendo también la atención de los intensivistas.