Redacción Farmacosalud.com
Eyacular sin tener una erección es posible, pero sólo en casos muy extremos. O, dicho en otras palabras: es posible pero difícil, y cuando se produce, pocas veces es consecuencia de un acto erótico. Según el doctor Antoni Fernández Lozano, urólogo y médico adjunto jubilado de la Fundación Puigvert de Barcelona, se puede expulsar semen sin que el pene esté en posición rígida a causa de “problemas neurológicos, o también por una alteración producto de la ingesta de psicofármacos”, de manera que las personas que han ingerido estos medicamentos “no tienen una erección completa, pero masturbándose o incluso de manera espontánea, pueden tener eyaculación”. “Hay un tipo de tumores a nivel cerebral -revela Fernández Lozano- que provocan estas eyaculaciones”. Sería el caso de un paciente intervenido de lesiones tumorales a nivel cerebral que tiene “una eyaculación en el momento de reírse o de defecar, y que no tiene nada que ver con la erección… no hay erección, es una eyaculación espontánea; no hay erotización previa ni excitación o deseo, se desencadena a nivel de los núcleos de la base del preóptico medial y del paraventricular, que son los (núcleos cerebrales) que rigen la eyaculación… automáticamente se desencadena el reflejo eyaculatorio sin haber tenido ningún tipo de excitación previa”, detalla el experto. “Hay pacientes que se masturban aún sin tener una erección completa y eso es suficiente para que puedan eyacular”, añade el urólogo.
En el otro extremo de estos casos, se encuentra la posibilidad de tener erección sin que se llegue a eyacular, por más que se llegue al orgasmo. “Los pacientes que operamos de cáncer de próstata pueden tener erección y pueden tener un orgasmo, pero no tienen eyaculación porque les falta el mecanismo que produce el líquido seminal, además de las vesículas seminales donde se almacena y la musculatura prostática que expulsa el semen en unos 14 impulsos aproximadamente cada 0.8 segundos”, explica Fernández Lozano. “Existe también el hecho de que se pueda tener erección sin eyaculación y sin tener orgasmo”, agrega.
“El paciente teme perder la erección y acelera la eyaculación”
Según un estudio de la Fundación Puigvert, a la mitad de los hombres con disfunción eréctil también les afecta la eyaculación precoz*. De acuerdo con el doctor Fernández Lozano, “la disfunción eréctil en sí no es una impotencia absoluta… hay distintos grados, a veces hay una rigidez suficiente como para poder penetrar. Muchos pacientes se quejan diciendo: ‘sí, tengo erección pero la pierdo enseguida’; pierden la erección intravaginalmente, eso es muy frecuente”. Así pues, la disfunción eréctil y la eyaculación precoz son dos procesos que habitualmente van unidos pero que son absolutamente independientes, de la misma manera que “la eyaculación y el orgasmo, que parecen sinónimos, también son dos procesos absolutamente diferentes”, recuerda el especialista a través de www.farmacosalud.com. Del mencionado estudio se desprende que muchos de los pacientes que padecen eyaculación precoz presentan, como problema primario, una disfunción eréctil. “Al tener disfunción eréctil, el paciente tiene miedo de tener una erección muy corta, teme perder esa erección e inconscientemente acelera la eyaculación. La misma ansiedad que produce no tener una erección suficientemente deseable también provoca que se produzca una eyaculación rápida”, argumenta el doctor.
En los hombres que tienen problemas de erección y que sufren de expulsión temprana del semen, la aceleración de la eyaculación es el cuadro más frecuente. Tal celeridad se origina en base al mecanismo psicológico de la ansiedad y a una maniobra puramente física, como es el aumento de la frecuencia de los empujes intravaginales: “los empujes intravaginales tienen un cierto ritmo y, en un momento dado, lo aceleran por temor a perder la erección, con lo cual no disfrutan ni ellos ni sus parejas”, advierte el facultativo. De ahí la importancia de ser tratados por un especialista. Desde un punto de vista farmacológico, “es muy fácil mantener una erección”, sostiene Fernández Lozano. Para ello se recurre a los inhibidores de la fosfodiesterasa 5: sildenafilo, vardenafilo, tadalafilo, avanafil (o avanafilo). En aquellos pacientes que comparten la disfunción eréctil y la eyaculatoria, primero siempre procede tratar la disfunción eréctil “porque, en la mayoría de los casos, una vez resuelto el problema de una buena erección, automáticamente se corrige la eyaculación rápida”, indica.
"Menos quejas del clímax rápido que de la falta de sensibilidad del hombre”
Si con el uso de inhibidores de fosfodiesterasa 5 y la aplicación del tratamiento durante 2-3 meses no se corrigiera la expulsión prematura del semen, entonces entran en escena fármacos como la dapoxetina, o bien ciertos antidepresivos a modo de “tratamientos off-label” (uso fuera de indicación, prescripción de un medicamento para una indicación distinta de las autorizadas), “como por ejemplo los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina: paroxetina, fluoxetina y sertralina, que nos permiten prolongar el tiempo de latencia intravaginal**”, especifica Fernández Lozano, que también es andrólogo de la clínica Vallés de Sabadell.
Tratarse por este tipo de disfunciones sexuales puede suponer, en numerosas ocasiones, salvar un matrimonio o una relación de pareja. De hecho, el 25% de los hombres que visitan la consulta por problemas de eyaculación precoz afirman haber roto con su última pareja por este motivo. Y, aunque es difícil saber quién toma la iniciativa de la ruptura, Fernández Lozano tiene bastante experiencia como profesional médico como para afirmar que “normalmente es la mujer… no tanto por el hecho en sí de la eyaculación rápida de la pareja, sino por el hecho de que, habitualmente, el eyaculador precoz primario (el que desde siempre ha tenido eyaculación rápida) es un paciente al que le cuesta resolver problemas, esto es lo que la pareja de estos eyaculadores no tolera bien”. “Una vez que el paciente ya ha eyaculado -expone el facultativo-, se da la vuelta y no es capaz de compartir con su pareja ese problema. A menudo, la mujer lo soporta en silencio porque teme herir la autoestima ya lesionada del marido, pero se cansa de que muchas veces tenga que acabarse ella misma con los dedos o con algún tipo de adminículo, hundida en un pozo de amargura. Normalmente, se quejan menos del clímax rápido del marido que de la falta de habilidad, sensibilidad o romanticismo de ese hombre”.
“Todo el mundo piensa que hay que durar tanto como en una porno”
“En un principio, la pareja es comprensiva porque piensa que él está nervioso”, explica el andrólogo, pero cuando la mujer se decide a pedir soluciones se da cuenta de que está chocando contra un muro… que ha construido el propio enfermo: “el paciente se siente muchas veces avergonzado porque hoy en día en la sociedad no cotiza ser un eyaculador rápido”. De hecho, no hace falta nada más que ver una película porno para darse cuenta de que “todo el mundo se piensa que hay que durar tanto como en esas películas; muchos eyaculadores precoces consideran que son incapaces de resolver su problema, y por eso no lo consultan”, apunta el doctor, quien reivindica la ayuda farmacológica y el apoyo de las terapias combinadas (terapias conductuales-apoyo farmacológico) como método ideal para solucionar las disfunciones sexuales y los problemas amatorios anteriormente descritos.
* Eyaculación precoz: aunque existen algunas divergencias al respecto, se suele considerar que se sufre esta disfunción sexual cuando, tras haberse iniciado el coito, se expulsa el semen antes de un minuto (o incluso antes de llegar a los dos minutos).
** Tiempo de latencia intravaginal (tiempo que transcurre desde la penetración hasta la eyaculación).