Redacción Farmacosalud.com
“Uno de los objetivos por los que trabajamos es que se haga realidad el reconocimiento de la COVID como Enfermedad Profesional; se ha dado un gran paso, pero aún existen dificultades. Nuestra petición, a la espera de valoración por parte de la Administración es, como no puede ser de otra manera, que la profesión médica sea considerada profesión de riesgo”. Así se expresa el nuevo presidente del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM), el Dr. Tomás Cobo Castro, quien cree que la crisis derivada de la pandemia ha dejado al descubierto una serie de “debilidades del sistema” sanitario, como por ejemplo ciertas condiciones de trabajo que padecen muchos profesionales, de ahí que haya que “atajar la precariedad laboral que afecta a la mitad de nuestros compañeros”.
Otro de los retos que se ha marcado el Dr. Cobo como nuevo presidente del CGCOM pasa por impulsar la transformación digital de esta organización. En este sentido, según indica, “el Certificado Médico de Defunción Electrónico, que ahora está en fase de pilotaje, permitirá la gestión segura y eficiente de los procedimientos privados y públicos” en los que intervenga este tipo de documentación avanzada, cuyo uso permitirá, además, “registrar en tiempo real la cifra de fallecimientos a causa de la COVID-19”.
-¿Al margen de la pandemia de COVID-19, qué objetivos se ha marcado al frente del CGCOM?
Para mi legislatura al frente del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos cuento con tres objetivos esenciales con un fin último, que es la modernización de la institución: la transformación digital, potenciar la formación médica especializada y continuada con acreditación internacional, y llevar a cabo la reforma de los estatutos de la Organización Médica Colegial y del código deontológico.
-¿Y en cuanto a la pandemia, qué retos afronta?
Sin ninguna duda, debemos hacer una revisión de todas las acciones y medidas que se han tomado y que aún se toman, analizarlas, evaluarlas y sacar conclusiones para próximas crisis, que las tendremos. Tenemos que conseguir que se escuche más a los profesionales. Por ello, reiteramos a las Administraciones que tenemos mucho que aportar y que deben de escuchar más a la profesión médica y a los sanitarios en general. Los profesionales y la ciencia son prioritarios en la búsqueda de soluciones.
Uno de los objetivos por los que trabajamos es que se haga realidad el reconocimiento de la COVID como Enfermedad Profesional; se ha dado un gran paso, pero aún existen dificultades. Nuestra petición, a la espera de valoración por parte de la Administración es, como no puede ser de otra manera, que la profesión médica sea considerada profesión de riesgo. Desde el mes de mayo de 2020 venimos trabajando en este tipo de acciones que consideramos son fundamentales, por nosotros y por los 112 compañeros que ya no están con nosotros.
-¿En qué momento se encuentra la seguridad de los médicos frente al coronavirus SARS-CoV-2? ¿Todos disponen del equipo anticontagio necesario y de los recambios -entendemos algo muy importante- pertinentes?
Actualmente la situación es muy diferente a la que nos enfrentamos en la primera ola, especialmente en todo aquello relacionado con el material. No obstante, ahora nos enfrentamos al tremendo desgaste físico y psíquico de nuestros compañeros, quienes cada vez afrontan en peor estado esta enorme crisis. Debemos de trabajar todos, especialmente las Administraciones, para cuidar del que cuida.
-¿Qué opina de la vacunación frente al COVID-19 que se está llevando a cabo hasta el momento en España?
Nos estamos enfrentando a unas semanas convulsas en todo aquello que concierne al proceso de vacunación, especialmente en la Unión Europea y también en nuestro país. Desde la profesión médica vemos con cierta preocupación este contexto, que está generando gran desconfianza entre la población con respecto a las vacunas y el proceso de inmunización. Insistir e insistir en vacunación y vacunación.
Creemos imprescindible que todos los responsables, tanto a nivel europeo como nacional y autonómico, sean más reflexivos y pausados a la hora de hacer pronunciamientos o tomar decisiones, y que éstas estén siempre avaladas por el método científico, el único que se ha mostrado eficaz y solvente a lo largo de miles de años. Pero insisto: la mejor vacuna es la que se pone… yo ya me la he puesto.
-Un reciente comunicado del CGCOM apuntaba que, salvo excepciones, ‘las Consejerías de Salud de las Comunidades Autónomas están priorizando la vacunación de los sanitarios públicos frente a los de ejercicio privado, quedando algunos sanitarios de primera línea en la sanidad privada sin vacuna’. ¿Esta se ha solucionado ya o bien está en vías de solución?
Este fenómeno ha sido desigual en función de las Comunidades Autónomas. Nosotros nos hemos pronunciado claramente desde el CGCOM reclamando que los profesionales médicos del ámbito privado deben de ser vacunados igual que en el ámbito público porque están igualmente expuestos al virus y el contagio, como también lo están los médicos y médicas cooperantes, a los que tampoco les está llegando la vacunación a tiempo.
-El CGCOM ha puesto en marcha el Certificado Médico de Defunción Electrónico. ¿Qué puede comentarnos al respecto?
Esto enlaza con los objetivos de los que hablaba al principio sobre transformación digital. El Certificado Médico de Defunción Electrónico, que ahora está en fase de pilotaje, permitirá la gestión segura y eficiente de los procedimientos privados y públicos en los que intervenga este tipo de certificados. Además, este nuevo modelo establece una nueva forma de actuación, de forma que un único instrumento sirva para realizar la inscripción del fallecimiento en el Registro Civil y haga la función de cuestionario estadístico necesario para elaborar las estadísticas del Movimiento Natural de la Población y de Defunciones según la Causa de Muerte, datos que están sujetos a la Ley de la Función Estadística Pública. En este sentido, el certificado permitirá también registrar en tiempo real la cifra de fallecimientos a causa de la COVID-19.
Es importante destacar que, para los médicos colegiados, esta transformación no supone ningún cambio a la hora de realizar el procedimiento, ya que éste tan sólo se vuelve más ágil e intuitivo para guiar al facultativo hacia una correcta cumplimentación. Además, podrá completarse en cualquier momento, aunque no sea activado de manera urgente o inmediata.
-¿A su juicio, qué asignaturas pendientes tiene hoy en día la sanidad española?
Tenemos que hacer una profunda revisión, especialmente ahora que se han visto más expuestas las debilidades del sistema. Hay problemas acuciantes como atajar la precariedad laboral que afecta a la mitad de nuestros compañeros, promover la formación transversal y la formación médica continuada, mejorar la situación de nuestros residentes, adoptar una correcta política de recursos humanos y reforzar el liderazgo clínico del médico en un entorno que no podemos olvidar que es totalmente multidisciplinar.
Asimismo, tenemos que facilitar, a una bolsa de 7.500 médicos y médicas formadas en nuestras universidades, el acceso a la formación médica especializada. No puede ni debe ser que no puedan acceder al MIR por falta de unidades docentes.
Reforzar la Atención Primaria y dotarla de presupuesto y más personal suficiente es también totalmente imprescindible para mejorar un sistema que ha resistido, pero que ha mostrado importantes carencias. La inversión en sanidad debe girar en torno a la atención al paciente y a los profesionales, que son el pilar fundamental del mismo.