Redacción Farmacosalud.com
El Programa de Actividades Preventivas y Promoción de la Salud, PAPPS-semFYC, ha publicado al cierre de 2020 sus recomendaciones preventivas ‘Actualización 2020-PAPPS’. Se trata de una actualización de referencia en Atención Primaria (AP) que se realiza con carácter bienal y que sintetiza y simplifica las recomendaciones preventivas en base a la evidencia científica en distintos ámbitos (cardiovascular, estilos de vida, prevención del cáncer, o vacunación en adultos, entre otros). El objetivo de las recomendaciones de facilitar el trabajo del médico de familia en su día a día en consulta, conforme el objetivo troncal del PAPPS de estimular la calidad asistencial en los centros de AP y promover la integración de las actividades preventivas y de promoción de la salud en el seno de las tareas desarrolladas habitualmente en las consultas.
La pandemia global causada por el nuevo coronavirus SARS-CoV-2 ha generado un estrés sin precedentes a nivel mundial, no sólo en el sistema sanitario sino en toda la sociedad y ha demostrado que el sistema de promoción de la salud precisa de una gran capacidad de adaptación. Lo que reivindica el PAPPS es que “esa adaptación no sólo debe hacer frente a la atención a los pacientes, (nuevas tecnologías y telemedicina), sino también en la prevención y promoción de la salud como parte fundamental de la atención que los profesionales sanitarios prestan”, señala Francisco Camarelles, presidente del Organismo de Coordinación del PAPPS.
Cambio climático, disminución de la biodiversidad, escasez de tierra cultivable…
En sus últimos consejos, el PAPPS ha señalado tres nuevos ejes que en el actual escenario están adquirido una especial relevancia y que se refieren a la salud macro: la Salud Planetaria y su afectación en numerosos aspectos de la salud, la próxima epidemia de Enfermedades-No-Transmisibles y Equidad en Salud. Para el PAPPS se trata de cuestiones que afectan a la salud de las personas desde la estructura social, los sistemas sociales y la población a gran escala.
Respecto a la primera, Camarelles afirma: “El cambio climático, la disminución de la biodiversidad, la escasez de tierra cultivable y agua dulce, la contaminación y los cambios en los flujos biogeoquímicos exigen un compromiso con la Salud Planetaria con la que nuestra sociedad científica está comprometida”.
Con Enfermedades No Transmisibles (ENT), Camarelles se refiere a patologías “crónicas que deben ser de larga duración y resultan de la combinación de factores genéticos, fisiológicos, ambientales y conductuales”. Es decir, enfermedad cardíaca, cáncer, diabetes, y enfermedad respiratoria crónica (EPOC y asma), que suponen uno de los principales retos de salud de nuestros tiempos y el trabajo preventivo y de control cotidiano de los médicos y enfermeras de familia. En este sentido, “se abre una oportunidad de influir desde el PAPPS para que se implementen políticas de prevención y control. La alianza para la prevención de enfermedades no transmisibles RedENT puede ser una plataforma importante para influir en las medidas políticas”, afirma el coordinador del Programa de Actividades Preventivas y Promoción de la Salud.
En cuanto a la equidad en salud, se persigue que los recursos sean asignados según la necesidad, en un sistema público de salud universal, equitativo, accesible, gratuito y de calidad. Solo así se conseguirá que las personas puedan desarrollar su máximo potencial de salud independientemente de su posición social u otras circunstancias determinadas por factores sociales.
Intervenciones preventivas
Además de incorporar estas novedades, se abordan también intervenciones las actuaciones preventivas en:
• estilos de vida (consumo de tabaco, consumo de alcohol, alimentación saludable, actividad física en el tiempo libre, prevención de accidentes de tráfico y sistemas de retención infantil)
• salud cardiovascular (factores de riesgo mayores como hipertensión arterial, dislipidemia y diabetes mellitus, describiendo el método para su diagnóstico, los objetivos terapéuticos y las recomendaciones de medidas de estilo de vida y de tratamiento farmacológico; indicaciones de antiagregación, y recomendaciones para el cribado de la fibrilación auricular)
• prevención del cáncer (estrategias de prevención para cada uno de los cánceres con mayor incidencia, con base en la disminución de los factores de riesgo -prevención primaria- y en el diagnóstico precoz del cáncer, a través del cribado y la detección temprana de los signos y síntomas, en población de riesgo medio y de riesgo elevado)
• vacunación (el calendario común de vacunación a lo largo de toda la vida y la consolidación de la vacuna nonavalente frente al virus de papiloma humano y en el cambio de la dosis de vacuna antimeningocócica monovalente C por la tetravalente ACWY a los 12 años de edad)
• salud mental en epidemias (caracterización psicológica y psicosocial que está adquiriendo la pandemia de la COVID-19 en los países de nuestro medio sociocultural y se proponen una serie de reflexiones y recomendaciones para los cuidados psicológicos de la población, los trabajadores sanitarios y la organización social)
• atención al mayor (revisión de las ayudas para caminar, recomendaciones en nutrición y aislamiento social. Se han revisado las recomendaciones sobre deprescripción, fragilidad, deterioro cognitivo leve y demencia ya presentadas en actualizaciones anteriores)
• actividades preventivas en la mujer (seguimiento del embarazo, las actividades preventivas en la planificación y seguimiento de los métodos anticonceptivos, actividades preventivas en la menopausia, y la prevención de las fracturas osteoporóticas)
• actividades preventivas en infancia y adolescencia (el apoyo a la lactancia materna, la promoción de la actividad física, la prevención de lesiones infantiles por accidente de tráfico y el cribado de depresión mayor).
Paquete mínimo del PAPPS
En lo que respecta al comportamiento y la agencia social individual, la salud micro, el Paquete mínimo del PAPPS es uno de los aspectos que el documento entiende como iniciativa que debe ser abordada. “La limitación de tiempo del que disponemos para la prevención y promoción de la salud implica reflexionar sobre qué mínimos hacer. En los últimos tiempos, numerosas sociedades científicas, agencias de calidad y revistas están elaborando recomendaciones para dejar de hacer prácticas clínicas que no están soportadas por suficiente evidencia o que, sencillamente, no aportan suficiente valor. Es el momento de elaborar unas Recomendaciones NO HACER en prevención”, asegura Camarelles.
A juicio del organismo coordinador, la aplicación de estas recomendaciones preventivas es una responsabilidad individual del profesional sanitario, pero también de los gestores sanitarios, que deben facilitar su implementación. Su conocimiento y difusión a nivel de pregrado y postgrado es responsabilidad de todos, con especial responsabilidad de las Unidades Docentes de Medicina/Enfermería de Familia y Comunitaria, que en muchas ocasiones no prestan la suficiente atención a las actividades de prevención y promoción de la salud.
El PAPPS genera estas recomendaciones de prioridades y métodos preventivos sobre la base de la evidencia científica, los datos de morbimortalidad, los recursos disponibles y los resultados de las evaluaciones de las actividades preventivas de los equipos de Atención Primaria.