El hipotiroidismo es una producción deficiente de hormonas tiroideas. Es la enfermedad más frecuente del tiroides, que padecen casi 700.000 personas en España (en torno al 2% de la población). Cansancio crónico, debilidad, piel seca, intolerancia al frío, caída de pelo, dificultad de concentración, mala memoria, estreñimiento y aumento discreto del peso corporal, son algunos de los síntomas que se presentan en las personas que lo padecen cuando es severo. Si es poco intenso puede pasar desapercibido, descubriéndose al hacer un análisis de sangre, según se desprende de un comunicado difundido por la la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN).
Existen tres grandes grupos o poblaciones de riesgo en los que tiene mayores consecuencias el hipotiroidismo no tratado -los escolares, la mujer en edad fértil y las embarazadas-, por lo que la SEEN solicita la realización de ‘screening’ en embarazadas de forma generalizada, “al menos una vez al principio del embarazo, pues un mal control de esta patología aumenta el riesgo de abortos y de prematuridad, así como de que los hijos tengan una disminución en sus capacidades intelectuales”, ha afirmado el doctor Sergio Donnay.
Ausencia de signos en fases tempranas de hipotiroidismo
En la actualidad, el diagnóstico del hipotiroidismo es muy sencillo, aunque se estima que cerca del 50% de los casos se diagnostica por casualidad, debido a la ausencia de signos en las fases tempranas de la enfermedad. “Un estudio reciente realizado por el Grupo de Trabajo de Déficit de Yodo y Disfunción Tiroidea de la SEEN evidencia una prevalencia de hipotiroidismo ‘no conocido’ del 1,3%”, explica el doctor Donnay. La detección se lleva a cabo a través de la determinación de la tirotropina (TSH), que es una hormona hipofisaria que se eleva de manera muy sensible cuando la tiroides reduce su función.
Por otra parte, los endocrinólogos destacan la importancia de adoptar una alimentación que facilite la cantidad de yodo necesaria para prevenir el hipotiroidismo, mediante la ingesta de sal yodada, leche y pescado marino, ya que el yodo es un elemento imprescindible para una producción normal de hormonas tiroideas.