Redacción Farmacosalud.com
Las farmacéuticas Pfizer y BionTech habían anunciado en un principio que su vacuna contra el coronavirus lograba un 90% de efectividad en la prevención del COVID-19, pero con posterioridad Pfizer aseguró que los resultados finales de la última etapa del ensayo habían mostrado que la efectividad ascendía hasta el 95%. Por su parte, la firma biotecnológica Moderna asegura que su vacuna alcanza el 94,5% de este valor de capacidad. “Hasta ahora sabíamos que esos preparados vacunales tenían una eficacia clara en las formas leves o moderadas del COVID-19, pero no sabíamos el comportamiento de los mismos frente a las formas graves. Pfizer ya ha comentado algo al respecto y también Moderna, y, con todas las cautelas del mundo porque los resultados no han sido publicados aún en revistas científicas, parece que sí, que según lo escuchado en determinados foros, la vacuna de Pfizer, por ejemplo, también tiene eficacia sobre las formas graves”, comenta el Dr. Amós García Rojas, presidente de la Asociación Española de Vacunología (AEV).
Si una vacuna es eficaz al 95% quiere decir que, de cada 100 vacunados, 95 no van a desarrollar la patología. Se calcula que, con esos datos en la mano, y si se logra una vacunación del 70% de la población, se estaría en condiciones de controlar la pandemia a partir del concepto de ‘inmunidad de rebaño’ (una parte importante de la población se hace inmune a una enfermedad -por ejemplo porque ha sido vacunada- y gracias a ello interrumpe la cadena de contagios hacia las personas no inmunizadas).
Para García Rojas, los anuncios relativos al éxito de las nuevas vacunas permiten arrojar “algo de luz en el horizonte después de tantas noticias negativas y tanto tiempo de oscuridad”. No obstante, la manera en que se han difundido los resultados de esos preparados no le convence del todo, ya que, si bien no duda en absoluto de la veracidad de los datos conocidos, hubiera preferido que, en lugar de una nota de prensa, se hubieran difundido "en forma de artículos científicos, evaluados y presentados en revistas científicas. O, en todo caso, que se hubieran publicado simultáneamente en una revista científica y también mediante una nota de prensa”.
Previsión de más de mil millones de dosis entre este año y 2021
Pfizer y BioNTech han anunciado que han llegado a un acuerdo con la Comisión Europea para suministrar 200 millones de dosis de BNT162b2, su candidato vacunal contra el SARS-CoV-2, a los Estados miembros de la Unión Europea (UE), con la opción de que la Comisión Europea pueda solicitar 100 millones de dosis adicionales. Se prevé que las entregas de la nueva vacuna en investigación -basada en ARNm- comiencen a finales del presente año en función del éxito clínico y la autorización regulatoria. La vacunación con BNT162b2 se realiza en 2 dosis, administradas con tres semanas o casi cuatro de diferencia. Por ahora no se ha reportado ningún problema de seguridad significativo. Suponiendo que se obtengan nuevos datos positivos y disponibilidad de los datos de fabricación y seguridad necesarios, y según las proyecciones actuales, Pfizer y BioNTech esperan producir a nivel mundial hasta 50 millones de dosis de vacunas en 2020 y hasta 1.300 millones en 2021.
Identificados grupos de pacientes de COVID-19 con buen y mal pronóstico
Por otro lado, médicos internistas de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) han publicado los resultados de una investigación vinculada al Registro SEMI-COVID-19 en la que, tras analizar una gran serie nacional de 12.066 pacientes hospitalizados por infección SARS-CoV-2 confirmada en España, identifica, establece y caracteriza cuatro grandes grupos fenotípicos de pacientes COVID-19, uno de ellos especialmente con alto riesgo de ingreso en Cuidados Intensivos (UCI) y mortalidad y mal pronóstico, y otro, por el contrario, asociado a buen pronóstico y con bajo riesgo de muerte1.
En palabras del Dr. Manuel Rubio-Rivas, miembro de SEMI y primer firmante del artículo científico, “los pacientes que presentan solo la tríada clásica de fiebre, tos y disnea, así como aquellos que, además, tienen vómitos y diarreas, son los de peor pronóstico a priori; en cambio, los que presentan síntomas como los de un resfriado común o con clara pérdida de olfato y gusto, son los de mejor pronóstico”.
El grupo con mayor tasa de ingreso en UCI y mortalidad
El primer grupo (C1), con 8.737 pacientes, el 72,4% de los que participaron en el estudio, fue el más grande y numeroso y comprendió a pacientes con la tríada de anteriormente descrita de fiebre, tos y disnea. Los sujetos agrupados en este grupo C1 tendían a ser hombres mayores con una mayor prevalencia de comorbilidades. El tiempo entre el inicio de los síntomas y la admisión también fue más corto en este subgrupo de sujetos, en comparación con los otros grupos identificados. Uno de cada 10 enfermos de este colectivo requirió Ingreso en UCI y una cuarta parte de ellos fallecieron, lo que representa la tasa de mortalidad más alta de los cuatro grupos.
Segmento de hospitalizados con menor tasa de ingreso en UCI y mortalidad
El segundo grupo (C2), con el 9,9% de los pacientes, un total de 1.196, también presentó ageusia -dificultad para detectar el gusto- y anosmia -pérdida del olfato-, a menudo acompañadas de fiebre, tos y/o disnea. Los C2 mostraron el menor porcentaje de ingreso en UCI y tasa de mortalidad.
Artromialgia, dolor de cabeza y dolor de garganta
Respecto al tercer segmento de población (C3), con 880 pacientes, el 7,3%, también tenía artromialgia -dolor en articulaciones y/o músculos-, dolor de cabeza y dolor de garganta, que a menudo también se acompañaba de fiebre, tos y/o disnea. Hasta el 10,8% de ellos requirieron UCI.
La segunda tasa de mortalidad más alta
El cuarto (C4), con 1.253 pacientes, el 10,4% del total, también se manifestó con diarrea, vómitos y dolor abdominal, también a menudo acompañados de fiebre, tos y/o disnea. De estos, el 8,5% requirió ingreso en UCI y el 18,6% falleció. Esta tasa de mortalidad es la segunda más alta de los cuatro grupos identificados.
Nuevos tests de detección de anticuerpos
Por su parte, la compañía Beckman Coulter ha anunciado el lanzamiento de su prueba Access SARS-CoV-2 IgM en países que aceptan el marcado CE. El nuevo test de anticuerpos IgM ha demostrado un 99.9% de especificidad basándose en 1.400 muestras negativas, y un 100% de sensibilidad a los 18 días posteriores del inicio de los síntomas y después de la PCR positiva. La nueva prueba de anticuerpos IgM forma parte de un conjunto de soluciones diagnósticas que la compañía está desarrollando para facilitar a los profesionales la toma de decisiones, tanto a nivel clínico como en el ámbito de la salud pública, durante la pandemia de la COVID-19.
Beckman Coulter también está desarrollando el test de antígenos frente al SARS-CoV-2 y la prueba cuantitativa IgG. Las técnicas de anticuerpos de la compañía y el resto de las soluciones que pone a disposición contra el coronavirus SARS-CoV-2 incluyen sus reconocidos analizadores de inmunoensayo, entre los que destaca el analizador de alto rendimiento Dxl 800, capaz de procesar 200 muestras en tan solo una hora.
Atención integral para evitar el deterioro de ancianos con COVID-19
Ofrecer un seguimiento de atención integral y multidisciplinario a los pacientes de más edad ingresados por COVID-19 que presentan fragilidad permite reducir el impacto de la hospitalización y el aislamiento en su capacidad funcional. Así lo demuestra un estudio de médicos y enfermeras del Hospital del Mar (Barcelona) que valida la utilidad de este modelo de atención integral, ACE (Acute Care for Elders, por sus siglas en inglés). El trabajo lo ha publicado la revista ‘Geriatric Nursing’2.
Los investigadores han hecho un seguimiento de 51 pacientes ingresados durante la primera ola de la COVID-19 en el Centro Dr. Emili Mira, un equipamiento especializado en la atención a enfermos psiquiátricos y geriátricos del Parc de Salut Mar. Para evitar el deterioro funcional que aparece durante el ingreso hospitalario por afección aguda en los enfermos de edad avanzada (entre el 30 y el 80% de los pacientes geriátricos ingresados en un hospital sufren una disminución de sus capacidades a consecuencia de la estancia hospitalaria), que en el caso de la COVID-19 es más importante por las restricciones que se deben aplicar en las unidades confinadas, se aplicó un modelo de atención integral, ACE. Esto implica, como explica la Dra. Maria José Robles, responsable de la Unidad de Ortogeriatría del Hospital del Mar y última firmante del artículo, “el trabajo de un equipo multidisciplinario, formado por enfermeras geriátricas, auxiliares de enfermería especializadas, una trabajadora social, fisioterapeutas y un geriatra especializado en enfermedades infecciosas”.
“El equipo multidisciplinario desarrolló un plan de cuidados basado en el modelo ACE, con el objetivo de que el paciente pudiese volver a su estado funcional de base, con un seguimiento semanal de su evolución”, analiza la Dra. Robles. En el momento del ingreso, 9 de cada 10 individuos presentaban un grado elevado de dependencia, que las condiciones de hospitalización hubiesen podido empeorar. A pesar de ello, en el momento del alta, el 70% de ellos mantenía su capacidad funcional previa al ingreso en la Unidad COVID-19. A la vez, se observó una tasa de mortalidad menor que en el conjunto de pacientes de su edad y un número muy bajo de traslados a centros hospitalarios de más complejidad.
Referencias
1. Rubio-Rivas M, Corbella X, Mora-Luján JM, Loureiro-Amigo J, López Sampalo A, Yera Bergua C, et al. Predicting Clinical Outcome with Phenotypic Clusters in COVID-19 Pneumonia: An Analysis of 12,066 Hospitalized Patients from the Spanish Registry SEMI-COVID-19. J Clin Med. 2020 Oct 29;9(11):E3488.
2. Vallecillo G, Anguera M, Martin N, Robles MJ. Effectiveness of an Acute Care for Elders unit at a long-term care facility for frail older patients with COVID-19. Geriatric Nursing, 2020, ISSN 0197-4572. https://doi.org/10.1016/j.gerinurse.2020.10.004.