Redacción Farmacosalud.com
El nuevo presidente de la Sociedad Española de Contracepción (SEC), el Dr. José Gutiérrez Alés, se ha marcado como reto al frente de esta organización “eliminar las diferencias entre comunidades autónomas que afectan a la accesibilidad de los servicios, gratuidad de los métodos, etc., y que tanto agravio comparativo generan entre las mujeres de unos territorios y otros. Me parece totalmente injusto que por el mismo método anticonceptivo en Aragón no tengas que pagar nada, y en Andalucía sí”. El nuevo presidente de la SEC apuesta decididamente por la telemedicina -vía teléfono o videollamada- como canal para establecer una primera toma de contacto con el profesional de la salud. Con todo, se trata de un recurso que, a su juicio, hay que ir ajustando con el fin de evitar que una persona usuaria se quede sin la visita presencial que en un momento determinado pueda necesitar. “Establecer cuándo se puede y cuándo no mantener la vía telefónica será, con toda seguridad, objeto de debate en los próximos meses”, señala.
El Dr. Gutiérrez Alés, asimismo, hace una acérrima defensa de los anticonceptivos hormonales frente a aquellas personas que los ‘satanizan’ en internet debido a las creencias equivocadas sobre su eficacia y seguridad: “Los anticonceptivos orales sólo permiten que las mujeres que desean disfrutar de unas relaciones satisfactorias sin riesgo de embarazo puedan conseguirlo. Como si un embarazo no deseado no fuese un problema de salud para la mujer que lo soporta. A algunos les gustaría que esto se hubiera detenido en la Edad Media. Seguramente les gusta el derecho de pernada, los bastardos, las ‘queridas’ y tantas otras formas de sometimiento y explotación de las mujeres por parte de los ‘machos’".
A lo que añade: “Desde mi punto de vista y el de muchos otros/as, los anticonceptivos orales han contribuido al empoderamiento femenino más que las sufragistas en su momento, porque permiten que las mujeres decidan cuándo es el momento oportuno de su vida reproductiva para quedar embarazadas”.
-¿Cuáles son sus principales retos al frente de la Sociedad Española de Contracepción (SEC)?
En primer lugar, quisiera continuar favoreciendo que esta sociedad científica sea la referencia de los profesionales de la salud en la toma de decisiones en materia de anticoncepción, salud sexual y reproductiva. Esto requiere un esfuerzo de permanente actualización y adaptación a circunstancias -tal y como lo estamos viviendo- cambiantes e imprevisibles.
También me planteo, como reto importante, favorecer la participación de la SEC en los planes diseñados por las Administraciones estatal y autonómicas para el desarrollo de la ley de Salud Sexual y Reproductiva (SSyR) en todas sus dimensiones. Esto incluye formación, que debería ser específica e incluida en las distintas etapas escolares de chicas y chicos para potenciar una vivencia de la sexualidad apoyada en el afecto y no en la posesión, y formación adecuada y especifica también para los profesionales dedicados al asesoramiento anticonceptivo, favoreciendo la realización de cursos y talleres encaminados a la actualización de éstas/os.
Por último, me gustaría ir dando pasos a nivel estatal para conseguir eliminar las diferencias entre comunidades autónomas que afectan a la accesibilidad de los servicios, gratuidad de los métodos, etc., y que tanto agravio comparativo generan entre las mujeres de unos territorios y otros. Me parece totalmente injusto que por el mismo método anticonceptivo en Aragón no tengas que pagar nada, y en Andalucía sí.
-¿Cómo ha cambiado la pandemia de COVID-19 el escenario de la anticoncepción en España?
Como a todos los profesionales de la salud, la pandemia nos ha obligado a adaptarnos a circunstancias hasta este momento inimaginables. Ya considerábamos que algunos servicios de salud estaban saturados (sobre todo la Atención Primaria) antes de la aparición del COVID-19, de manera que es fácil adivinar que cuando esta crisis se considere finalizada, quedarán meses de gestión de lo habitual, más la gestión de aquello que en plena pandemia se consideró menos prioritario y que sigue pendiente de ser definitivamente resuelto. Por poner un ejemplo, a las usuarias de DIU que cumplían los años de estancia durante la etapa de confinamiento se les ha informado que la retirada y nueva inserción de estos dispositivos puede demorarse sin perjuicio de su efectividad, siempre que la demora no sea superior a un año, salvo en los casos de portadoras de DIU de levonorgestrel para el tratamiento de su hemorragia menstrual abundante.
-En el webinar ‘Anticoncepción: qué hemos aprendido durante la pandemia de COVID-19’ se dijo que había que apostar por la telemedicina y más concretamente por el asesoramiento anticonceptivo digital.
La pandemia, que todavía continúa haciendo estragos, nos está obligando a plantearnos con urgencia algo que tanto pacientes como profesionales veníamos observando que ganaba espacio en nuestra relación: me refiero a las consultas mediante llamada telefónica, o a través de videollamadas.
La SEC ha emitido unas recomendaciones durante el confinamiento, y en la fase de desescalada, para ayudar a los profesionales a tomar decisiones en la gestión de las demandas de anticoncepción, las infecciones de transmisión sexual (ITS) y la interrupción voluntaria del embarazo (IVE), con el fin de poner certidumbre en circunstancias completamente inusuales. Estas recomendaciones han potenciado, y siguen potenciando, la telemedicina. Muchas de estas nuevas maneras, creo firmemente, se van a quedar para siempre. Por ejemplo: el primer contacto en anticoncepción cuando se demanda asesoramiento siempre puede ser telefónico. A partir de este primer contacto estableceremos prioridades que nos harán tomar la decisión de mantener la vía telefónica, o bien recurrir a la presencia física. En algunas ocasiones la decisión de recurrir a la presencia física no tiene que ver con la severidad del problema de salud, sino con la constatación de que una usuaria en concreto pertenece a un grupo que requiere atención prioritaria, o a un grupo de población especialmente vulnerable.
Establecer cuándo se puede y cuándo no mantener la vía telefónica será, con toda seguridad, objeto de debate en los próximos meses tanto en nuestra especialidad, como en el resto. Yo apuesto por la telemedicina de forma decidida porque creo que todo aquello que aporte simplificación será bien recibido por nuestras/os pacientes. Es importante tener en cuenta que, si queremos transformar muchas de nuestras consultas presenciales pasándolas a un modelo telemático, deberemos pedir a las distintas Administraciones sanitarias que hagan un gran esfuerzo por modernizar equipos y conectividad de profesionales y usuarios.
-En el mismo webinar también se dijo que los anticonceptivos hormonales han sido ‘satanizados’ en internet debido a las creencias equivocadas sobre su eficacia y seguridad…
Es una polémica viejísima y perfectamente superada en la actualidad. Esto es como el negacionismo, o como los colectivos antivacunas. Detrás de los/as detractores de la anticoncepción hormonal sólo podemos encontrar ignorantes, y también personas totalmente respetables, que por razones estrictamente ideológicas/religiosas no quieren usar estos métodos anticonceptivos. Desde el punto de vista de la efectividad como método, sabemos que son de los más efectivos siempre que se utilicen de manera consistente. También está perfectamente acreditado, desde el punto de vista científico, que si el profesional que asesora hace una buena historia clínica y comprueba que la tensión arterial (TA) de una mujer es completamente normal, no hay ningún inconveniente para utilizar sin temor un anticonceptivo de este grupo.
La incidencia de efectos adversos en mujeres -que hemos concluido que no tienen ningún factor de predisposición mediante una buena historia clínica y la toma de la TA- es poco significativa. Un profesional bien formado / actualizado sabe que esto es así, y por ese motivo, aunque siempre habrá personas que confundan sus convicciones ideológicas y religiosas, cabe decir que, en base a los hechos demostrados, los anticonceptivos hormonales son desde hace varias décadas -y yo creo que seguirán siendo- los anticonceptivos reversibles más usados a nivel mundial. Cualquier fármaco de los que se utilizan de forma muy cotidiana en nuestro medio (ibuprofeno, aspirina, omeprazol, etc.) tiene muchísimas menos evidencias científicas de inocuidad que los anticonceptivos orales, pero a aquéllos casi nadie los cuestiona porque van destinados a ‘aliviar’, mientras que los anticonceptivos orales sólo permiten que las mujeres que desean disfrutar de unas relaciones satisfactorias sin riesgo de embarazo puedan conseguirlo. Como si un embarazo no deseado no fuese un problema de salud para la mujer que lo soporta. A algunos les gustaría que esto se hubiera detenido en la Edad Media. Seguramente les gusta el derecho de pernada, los bastardos, las ‘queridas’ y tantas otras formas de sometimiento y explotación de las mujeres por parte de los ‘machos’.
Desde mi punto de vista y el de muchos otros/as, los anticonceptivos orales han contribuido al empoderamiento femenino más que las sufragistas en su momento, porque permiten que las mujeres decidan cuándo es el momento oportuno de su vida reproductiva para quedar embarazadas. Esto les da autonomía, independencia y, por tanto, posibilidad de desarrollo profesional y personal; en definitiva, nos acerca a la -temida por muchos- igualdad. Me parece importante añadir que una gran mayoría de las usuarias de anticoncepción hormonal obtiene, además del beneficio anticonceptivo, importantes beneficios no contraceptivos como desaparición del dolor que coincide con la menstruación (dismenorrea), regularidad en los ciclos, desaparición de una serie de síntomas desagradables que acompañan a los días previos y los primeros días de la menstruación y que técnicamente conocemos como Síndrome Premenstrual, etc.
-En 2018 se comentaba que el Doble Método contraceptivo en la perimenopausia era una asignatura pendiente. ¿Cómo estamos ahora?
Está cerca de realizarse por parte de la SEC-FEC* una comunicación o encuentro con los medios para presentar los datos obtenidos en la encuesta de uso de anticoncepción en España que se ha elaborado este año, en 2020. Esta encuesta que publicamos cada dos años nos permite desde hace una década ir viendo las tendencias en anticoncepción, y cómo repercuten nuestros programas de formación en la correcta utilización de los métodos anticonceptivos disponibles en España. Como todavía no tenemos los datos definitivos del sondeo, prefiero esperar a su análisis para responder a esta pregunta. De todas formas, será un problema difícil de resolver, ya que existe desinformación en las mujeres de esta franja etaria, sobre todo en lo relacionado con la capacidad reproductiva disminuida... pero no desaparecida. Una creencia bastante absurda, pero generalizada, es que 'en una única relación esporádica no me pueden transmitir ninguna infección'.
La SEC ha actualizado sus protocolos en 2019, existiendo uno específico para ayudar a los profesionales a tomar decisiones sobre la perimenopausia basadas en la mejor evidencia científica disponible, que incluye recomendaciones al respecto de estos temas. La cercanía del cese biológico de la fertilidad no debe comportar que estas mujeres se olviden de la necesidad de impedir embarazos no deseados, ni tampoco debe suponer no tomar las precauciones (uso del preservativo) destinadas a impedir la transmisión de infecciones de transmisión sexual. Es necesario que los profesionales que hacen asesoramiento anticonceptivo tengan en cuenta estos detalles y los comenten con estas mujeres en todos los casos.
-¿En qué situación estamos en España con respecto a los embarazos no deseados en adolescentes?
Tengo la intuición de que se mantienen las cifras respecto a la encuesta de 2018, pero como he comentado, los datos de los que dispongo son de ese año. Para ser realistas, deberíamos esperar a la encuesta más reciente. De todas formas, este es uno de esos retos que nos impulsan a intentar llegar a acuerdos con las Administraciones públicas relacionadas con la salud y la educación. La única formación recibida por muchos de nuestros jóvenes en materia de sexualidad son las películas porno. Esto explica en parte que abunden los embarazos no deseados entre nuestras mujeres jóvenes, y la violencia de género.
-¿Qué novedades en contracepción destacaría o bien están a punto de llegar?
En la actualidad no se intuye ninguna aparición que vaya a revolucionar el panorama de la anticoncepción. Sí estamos viendo que aparecen nuevas dosificaciones dirigidas a minimizar efectos molestos como sangrados intermenstruales.
También han sido propuestas nuevas pautas para la toma continuada de anticonceptivos orales. El motivo es que en los días libres de toma del anticonceptivo oral, o sea, entre la última píldora de un envase y la primera del siguiente (a esto le llamamos técnicamente intervalo libre de toma), se producen unos síntomas muy desagradables para la mujer y su entorno, idénticos a los que experimentan la gran mayoría de las mujeres que no utilizan este método, y que agrupamos bajo el nombre de Síndrome Premenstrual (dolor en la zona pélvica, irritabilidad e inestabilidad emocional, mal humor sin causa aparente, sensación de hinchazón generalizado, dolor en las mamas, sequedad vaginal). Como su nombre indica, ‘pauta continuada’ quiere decir que no se producen intervalos entre el final de un envase, y el comienzo del siguiente. El único inconveniente para algunas mujeres -que supone una ventaja para otras- es que puede desaparecer la regla.
* FEC: Fundación Española de Contracepción