Redacción Farmacosalud.com
Cuando se habla de cannabis, inevitablemente se piensa en porros o en el acto de fumarlos, es decir, en un tipo de droga que se usa con fines lúdico-recreativos. No obstante, existe todo un mundo paralelo girando alrededor de esta planta, dado que el cannabis puede utilizarse también con fines medicinales. Oficialmente, en España sólo existe un fármaco -considerado como tal- que contenga cannabinoides y que pueda encontrarse en farmacias. Se trata de Sativex, indicado para tratar la espasticidad muscular. El problema surge cuando se busca cannabis terapéutico para otras enfermedades, dado que por ahora no hay más medicamentos cannábicos aprobados. Quienes necesiten un recurso terapéutico de este tipo y no quieran recurrir al mercado negro, sólo tienen una alternativa: consumir complementos nutricionales que contengan elementos cannábicos, cuya dispensación, aunque legal si tiene lugar en establecimientos acreditados, puede entrañar ciertos riesgos para la salud porque la gente consume esos complementos como si fueran medicamentos, cuando en realidad no lo son, según recuerda Guillermo Bagaría, vocal de Oficina de Farmacia y responsable de Atención Farmacéutica del Col·legi de Farmacèutics de Barcelona (COFB) [Colegio de Farmacéuticos de Barcelona].
“Hay una serie de registros sanitarios que garantizan que los medicamentos que están en el mercado cumplen una serie de requisitos -afirma Bagaría-. Cuando hablamos de cannabis medicinal y miramos la farmacoterapia que tenemos disponible en España, vemos un solo medicamento que cumple con todas estas características: Sativex, indicado para la espasticidad muscular. De modo que estamos expectantes porque, por un lado, tenemos esta vertiente racional, científica y regulada del fármaco convencional, y por otro tenemos una vía consultiva promovida por aquellos usuarios que, en el mostrador, nos hablan de las ventajas terapéuticas del cannabis y nos piden recursos, orientación, consejo… Y lo que nos encontramos es que ese cannabis terapéutico está asociado a una comercialización que no se ajusta a los parámetros de lo que es un medicamento, sino que se comercializa en base al concepto de complemento nutricional, que no tiene las características que le atribuimos a un medicamento”.
“En la actualidad, nuestra opinión es expectante: necesitamos encontrar un punto de equilibrio entre la demanda social y la respuesta que damos como sistema sanitario, para que todo ello nos permita cubrir esa demanda con respuestas seguras y eficaces, iguales a las que estamos acostumbrados a dar en nuestro circuito sanitario”, sostiene el vocal de Oficina de Farmacia del COFB.
Atención a los conceptos de variabilidad y reproducibilidad
Según el farmacéutico, “los complementos nutricionales están muy bien, pero no tienen la garantía de la composición cuali-cuantitativa que le exigimos a los medicamentos. En el caso de una persona que habitualmente compra un complemento nutricional, cuando al mes siguiente vuelve a comprarlo no tiene la garantía de que ese mismo producto con ese mismo nombre tenga la misma composición, porque a lo mejor ha cambiado el lote, y la variabilidad entre lotes que aceptamos en los complementos nutricionales no es la misma que la que aceptamos en los fármacos, en los que, como es obvio, exigimos unas garantías de calidad y una reproducibilidad de lotes que no trasladamos a los complementos nutricionales”.
“Por tanto -prosigue-, se da un subterfugio, según el cual se utilizan complementos nutricionales con indicaciones de medicamentos sin atribuir a esos complementos nutricionales las exigencias que nos imponemos para los fármacos. De ahí que esa situación suponga un riesgo para la salud de los pacientes”.
El abordaje cannábico de la epilepsia como botón de muestra
El cannabis medicinal puede tener utilidad como tratamiento complementario en casos en los que se presentan dificultades a la hora de conseguir el efecto terapéutico buscado por la medicación convencional. En otros casos, puede erigirse como una alternativa terapéutica si los efectos de la farmacoterapia convencional son insuficientes. Por poner un ejemplo: si bien existe un arsenal terapéutico muy eficaz para la epilepsia, hay un porcentaje de pacientes -entre los cuales puede haber niños- en los que la terapia habitual no es suficientemente resolutiva. Así las cosas, se ha demostrado que el uso combinado de extractos oleosos de cannabis aporta mejoras para la gestión de las crisis epilépticas, como lo demuestra el hecho de que se reduzca la cifra de tales episodios.
Dado que actualmente el cannabis terapéutico no puede adquirirse en farmacias como tratamiento para la epilepsia porque no está aprobado como medicamento antiepiléptico, estos pacientes se ven empujados a recurrir a los complementos nutricionales que contienen dicha sustancia, e instaurar ellos mismos, a partir de la bibliografía existente o la experiencia de otros usuarios descrita en internet, la indicación y la posología del tratamiento. “Como farmacéutico, me entristece ver situaciones en las que un usuario, desesperado ante el fracaso de su terapia convencional, busca fuera del ámbito sanitario un recurso que, en el mejor de los casos, es un complemento nutricional, y en el peor un producto que adquiere en el mercado negro”, señala Bagaría. En este último supuesto, familiares y cuidadores se ven obligados a buscar productos de peor calidad y sin controles sanitarios en circuitos marginales, lo que inevitablemente les aboca a ser vistos como clientes de camellos (vendedores de estupefacientes), con los riesgos de estigmatización que ello comporta.
“La situación actual tiene que aclararse; necesitamos un consenso”
La evidencia recogida en los últimos 20 años pone de manifiesto que el uso del cannabis como complemento terapéutico puede ser efectivo en pacientes con cáncer, enfermedades neurodegenerativas, enfermedades inflamatorias intestinales, ansiedad y dolor nervioso. De hecho, no faltan personas que atestiguan que el consumo de esta planta les aligera el dolor producido por enfermedades o accidentes y los efectos secundarios de tratamientos como la quimioterapia y radioterapia, entre otros.
Ahora bien, advierte el experto, las pruebas recogidas hasta el momento no gozan de la suficiente envergadura como para oficializar la ampliación del uso farmacológico del cannabis, ya que su validación únicamente puede alcanzarse con el cumplimiento de estrictos criterios científicos: “En esas enfermedades hay evidencias pero no hay estudios clínicos sobre la efectividad del cannabis terapéutico… las evidencias deben plasmarse en estudios clínicos porque esa es la norma para la comercialización de medicamentos”. En otras palabras, hay que regularizar científicamente las posibles nuevas indicaciones del tratamiento cannábico, más allá de la autorización ya vigente para el fármaco Sativex. “La situación actual tiene que aclararse; necesitamos un consenso sanitario y social”, manifiesta Bagaría.
Llega la tercera edición de CANNABMED
A todo esto, la Fundación ICEERS organiza, junto con el COFB y la Unión de Pacientes por la Regulación del Cannabis (UPRC), la tercera edición de CANNABMED (6-7 de octubre), el congreso de cannabis terapéutico más importante de España. Bajo el lema ‘Hacia una farmacopea cannábica’, la reunión ha incorporado este año como novedad la perspectiva científica de los profesionales de la salud, como médicos, farmacéuticos e investigadores. Las conferencias del primer día (6 de octubre), dirigidas principalmente a profesionales sanitarios, se retransmitirán online desde la sede del COFB, mientras que las del segundo día (7 de octubre), dirigidas a público en general, serán difundidas también online desde la sede de la Fundación ICEERS. Las inscripciones a ambas jornadas se pueden realizar a través de la web del Congreso, www.cannabmedforum.com. Desde el punto de vista de los profesionales sanitarios, todos aquellos que participen durante la primera jornada podrán obtener créditos formativos acreditados por el Consejo Catalán de Formación Continuada de las Profesiones Sanitarias.
Durante la celebración del encuentro se llevarán a cabo diferentes mesas redondas multidisciplinares que contarán con expertos de cada materia. En las conferencias del 6 de octubre, se abordará cuál es la situación actual del cannabis medicinal, se repasarán los adelantos científicos y el potencial del cannabis como tratamiento, se darán a conocer las dosis y las vías de administración del cannabis medicinal, y también se revisarán las ventajas y los riesgos del autoconsumo y del autocultivo del cannabis.
El 7 de octubre se contará con la participación de Lucía Muñoz, diputada de Unidas Podemos en el Congreso de los Diputados por las Islas Baleares, que responderá a todas las preguntas de cariz legal y jurídico que le formulará Constanza Sánchez, directora de Leyes y Política de la Fundación ICEERS. Unidas Podemos, de hecho, ultima una propuesta de ley para realizar una regulación integral del cannabis que espera consensuar con el PSOE. Asimismo, se hablará de las dificultades de acceso al cannabis en tiempo de COVID-19 y de los obstáculos y oportunidades para el futuro de los cannabinoides. Según la última encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), el 84% de la población está a favor de regular el cannabis medicinal.
El cánnabis terapéutico se administra a través de varias vías, entre las que se encuentran la vía oral e inhalada. Por cierto, según el responsable de Atención Farmacéutica del COFB, a día de hoy no hay evidencia de que el consumo de esta planta pueda ser útil en casos de COVID-19.