Redacción Farmacosalud.com
Se calcula que entre el 25 y el 30% de los trabajadores sufren el síndrome postvacacional (estrés, tristeza, etc, por tener que volver al trabajo), que es el nombre que se ha puesto al proceso de adaptación al ámbito laboral tras el período de vacaciones. "Esta adaptación, efectivamente, puede verse afectada por la ‘nueva normalidad’ asociada al COVID-19 en la medida en que ésta amplía los retos adaptativos: aprendizaje y seguimiento de protocolos, cambios en el formato de trabajo (presencial u online), incertidumbre ante la posibilidad de gestionar las necesidades familiares (p.e. hijos/as y/o personas a cargo), cambios en las relaciones laborales y sociales y, sobre todo, el cuidado y mantenimiento de la salud propia y ajena. Todo esto puede llevar a una mayor intensidad de la sintomatología, teniendo quizás especial relevancia la ansiedad anticipatoria y la angustia ante el desempeño de dichos retos”, sostiene Elena López, psicóloga del centro ABB Málaga del grupo Ita (especialistas en salud mental).
Se vea una persona afectada o no por el síndrome postvacacional, en una situación de amenaza por el coronavirus “todos estamos expuestos a la incertidumbre, una de las emociones que más nos cuesta manejar. Esta incertidumbre no sólo es personal, sino también social, sanitaria y económica, lo que puede promover alteraciones del estado de ánimo, ansiedad anticipatoria, pérdida de motivación, preocupación y estrés. Cabe señalar que hay algunos sectores que pueden verse más afectados, como es el sanitario y el educativo”, advierte López.
“La situación actual es compleja. No sólo tenemos el contexto de volver de vacaciones que, a menudo, supone un momento de estrés o de tristeza, sino que además debemos tener en cuenta el contexto sociocultural y laboral que se nos presenta con todo lo acontecido por la crisis sanitaria mundial de la COVID-19”, afirma Cristóbal Rivera, director del centro ABB Málaga del grupo Ita.
Métodos para minimizar el estrés
Para volver a la oficina o centro de trabajo minimizando los riesgos de sentir estrés es importante tener en cuenta una serie de consejos que los psicólogos recomiendan:
• Recuperar de forma paulatina los horarios como las franjas de comida, actividad física y/o horas de sueño
• Organizar las tareas por prioridades para evitar colapsarse y evitar sentir que no se consigue llevarlo todo a cabo
• Establecer objetivos realizables, reales y concretos; de este modo uno se siente realizado cuando las tareas se vayan completando
• Aprovechar los momentos libres para realizar actividades que resulten placenteras
• Practicar yoga o mindfulness puede ayudar con la relajación
En función de cómo evolucione la pandemia, López prevé un aumento del consumo de medicación -tranquilizantes- y de la aparición de bajas laborales debido al COVID-19: “Sí, es previsible. No sólo debemos tener en cuenta las posibles dificultades de adaptación comentadas anteriormente, sino que muchas personas no se incorporarán al ámbito laboral, con las consecuencias personales y psicológicas que esto conlleva. Además, nos encontramos en una situación que afecta a la seguridad y salud de las personas, por lo que es frecuente el miedo y la activación de pensamientos asociados. Todo ello está promoviendo un aumento de sintomatología obsesiva, depresiva y ansiosa, así que es previsible que aumenten los tratamientos psicológicos y psiquiátricos. En función de la gravedad, también es probable que se incrementen las bajas laborales”.
Según datos del barómetro COVID-19 elaborado por Kantar entre el 14 y el 31 de marzo de 2020, únicamente el 26% de los españoles estaba dispuesto a volver a la oficina en cuanto les fuera posible, mientras que un 30% de los encuestados preveía que iba a necesitar de media entre 1 y 3 meses para sentirse de nuevo cómodo en su puesto de trabajo. De acuerdo con el mismo barómetro, 7 de cada 10 españoles afirman no sentirse seguros con la nueva situación hasta que no haya una vacuna frente al nuevo coronavirus.