Redacción Farmacosalud.com
La pandemia y el confinamiento han hecho valorar más que nunca la salud y, en especial, la de las personas mayores. De hecho, el 77% de los mayores de 65 años creen que tener una buena salud es el aspecto más determinante a la hora de tener una vida feliz, según el II Estudio de Salud y Vida de Aegon.
De acuerdo con el estudio, de todas las descargas de la app de telemedicina de Aegon, solo un 5,2% corresponde a mayores de 65 años, frente al casi 83% de las personas de entre 31 y 64 años que la usan frecuentemente. “Desde el ámbito sanitario, y a raíz de la pandemia, hemos percibido que la asistencia a través de llamadas o video consultas ha crecido exponencialmente” dice Belén Gonzalez, directora de Salud de Aegon. “En este sentido, es muy importante enseñar a las personas mayores a usar las nuevas tecnologías, ya que van a ser imprescindibles a la hora de cuidar y gestionar la salud en el futuro”.
En relación a las consultas, los ancianos se han interesado principalmente por medicina general (80,7%) y especialidades de dermatología (10,8%), ginecología (3,6%) y psicología (1,2%). “Muchas personas de edad avanzada que han acudido a nosotros ha sido principalmente por el sentimiento de soledad” afirma Gonzalez.
Acompañamiento a mayores
En este sentido, y con el objetivo de ofrecer compañía, apoyo y cercanía, Aegon ha puesto en marcha una iniciativa de acompañamiento telefónico para más de 1.200 clientes de la empresa en edades avanzadas. La compañía detectó que, durante el confinamiento, muchos de sus clientes sufrían debido al aislamiento social lejos de sus familias y por el miedo a contraer el virus, de ahí que la compañía quisiera estar cerca de ellos en esos momentos más difíciles. Este proyecto ha contado con la participación de más de 40 voluntarios de la compañía que han realizado llamadas a los asegurados mayores de 80 años para ofrecerles, así, seguimiento y conversación durante la crisis sanitaria.
“La crisis sanitaria que estamos viviendo no solo está afectando a nuestra salud física, sino también a nuestra salud emocional. Las personas mayores que viven solas son más vulnerables a estos cambios, ya que la soledad y el miedo a contraer el virus puede provocar angustia, estrés o tristeza que desemboquen en enfermedades como depresión o ansiedad”, sostiene Smara Conde, directora de Recursos Humanos de Aegon.
Los voluntarios destacan que poder sentirse útiles y ayudar a otros en estos momentos tan difíciles ha sido una experiencia única. “He tenido la posibilidad de conocer a numerosas personas que se han sentido agradecidas al recibir una llamada para ver cómo se encontraban o si necesitaban algo que no procediese de un familiar. Remarcaban que ese acercamiento humano les hacía sentir como si no existiese el distanciamiento social” comenta Francisco Sánchez, uno de los voluntarios que ha participado en el proyecto. “Me alegra saber que he sido capaz de ayudar de alguna forma en esta crisis que nos está afectando a todos”, agrega.