Redacción Farmacosalud.com
La llegada de las vacaciones veraniegas suele ser un momento esperado por todos, pero para aquellas personas que sufren un Trastorno de la Conducta Alimentaria (TCA) puede llegar a ser un momento temido. Anna Folch, psicóloga del grupo Ita Argentona, explica que en la época estival “hay una mayor exposición del cuerpo a la vista de los demás; en una persona insatisfecha con su cuerpo, en mayor o menor medida esto causará temor. Los estereotipos sociales de tener que estar ‘a punto’ para el verano y el inicio de muchas dietas cuando el verano se acerca no ayuda a las personas con un TCA, ya que contribuyen a que estén mucho más focalizadas en su cuerpo. Todo esto, acompañado de otros factores, puede ser un motivo desencadenante en el inicio de un trastorno alimentario”.
Desde la Fundación FITA se señala que durante la época estival las consultas de TCA aumentan un 25%. El INE señala que un 3,54% de las mujeres de edad adulta tienen un peso insuficiente, porcentaje que se ve incrementado hasta el 14% en menores. A pesar de que el peso es uno de los indicadores más fáciles de detectar, hay otras dificultades que, al ser menos ‘visibles’, pueden pasar desapercibidas. “La falta de estructura, horarios y actividades prestablecidas son a veces situaciones difíciles de manejar para las personas que sufren un TCA. Tener la necesidad de estar continuamente realizando actividades útiles puede suponer un problema para las personas con un perfil perfeccionista y autoexigente en época estival”, sostiene Folch.
Cambios en la rutina deportiva, no querer ir a la playa, evitar las comidas familiares…
El verano puede servir para poder detectar en casa que alguien cercano a nosotros está sufriendo un TCA. Cambios en la dieta, en su rutina de deporte, preocupación excesiva por su imagen, no querer hacer planes que impliquen ir a la playa o a la piscina, o evitar comer en familia son algunos indicadores que pueden revelar un trastorno de estas características. Los TCA son graves enfermedades mentales que afectan a la salud física y psicológica del paciente que los sufre. Afectan a 400.000 personas de la población española, 300.000 de ellos jóvenes adolescentes.
El modelo de tratamiento Ita consiste en un sistema integral que aborda todos los ámbitos afectados por la enfermedad; además de recuperar el peso, el tratamiento va más allá y quiere incidir en todos aquellos factores psicológicos que hay detrás de la enfermedad. El equipo terapéutico de Ita de los centros especializados en esta patología trabajan con los pacientes el ámbito psicológico, social, familiar y nutricional para conseguir una recuperación total.
Este tipo de estrategia de tratamiento muestra una mejora muy significativa tanto para los síntomas alimentarios como para el malestar psicológico que subyace a estos síntomas, según el estudio científico ITAMITED de Ita. Esta investigación, realizada junto a la Universidad de Barcelona y la Universidad de Sheffield, prueba la eficacia del modelo de tratamiento del grupo. Los resultados del estudio demuestran el beneficio de las estrategias asistenciales interdisciplinares, no solo centradas en los síntomas, sino también en el malestar psicológico asociado, asegurándose al mismo tiempo la continuidad asistencial que requieren estas complejas enfermedades.